Hace
más de tres meses no publicaba un post pues tuve una gastroenteritis violenta
que con recuperación y todo me tomo desde finales de marzo hasta mediados de
mayo. Tuve hospitalización en casa, pero es algo que no aconsejo pues además de
salir muy caro, y al contrastarlo con un hospital donde lo sacan a uno adelante
lo más rápido posible, en el hogar, al estar más cómodo pasé mucho más tiempo
en cama, lo cual hizo que me atrofiara un poco y por eso mi recuperación fue
tan larga. Recién la semana pasada empecé a trabajar en serio. A mí las
gastroenteritis me dan más duro pues hace 20 años tengo una hernia abdominal
gigante y una ileostomía definitiva (que es diferente a una colostomía) por una
peritonitis que me dio en ese entonces.
Pero dicha preocupación por mi futuro lejano alborotada durante este impase de salud, poco a poco dio paso de fantasías imposibles, a la supuesta necesidad de trabajar en serio en cualquier trabajo académico, así no me gustara. Es decir, a prostituirme en el sentido no-sexual de la palabra, como lo expliqué en mi post anterior. Entonces escribí a ver cómo iba mi aplicación para trabajar como profesor en UNAD-Colombia (Universidad Nacional Abierta a Distancia) sin obtener una respuesta definitiva. Estuve explorando otras opciones como portales de empleo internacional pero remoto, hasta que redescubrí Upwork que, aunque no es para empleos estables, si es buen portal para encontrar tareas temporales como independiente (freelance). Apliqué a varios trabajos que se veían muy buenos. Me alcancé a emocionar con el dinero que supuestamente me iba a ganar, tanto que me dio la ucranianitis (ganas de casarme con una ucraniana: ver cuento al respecto, y un post anecdótico sobre este tema). Pues de los cerca de 10 empleos a los cuales me postulé no recibí respuesta de ninguno. El tal es que cuando a mí me da por buscar esposa y trabajar haciendo cosas que no me gustan, es porque estoy un poco fuera de mis cabales, pues yo hace rato me definí como un solterón quien con lo único que se pudo comprometer, tomándome descansos largos, es con este blog.
Sin
embargo, hay que reconocer que la gastroenteritis que medio en abril me
“reseteó” (me reinició: me apago y me volvió prender) y sobre todo durante la
recuperación se hicieron otros avances en cuanto a mi bipolaridad. Se eliminó
la amitriptilina de mi farmacoterapia, pues este antidepresivo tricíclico pertenece
a una tecnología muy antigua (fue creado en los 1960s) y me producía
inestabilidad anímica entre otros efectos de tipo digestivo. Se subió la Lamotrigina
(estabilizador anímico antidepresivo) de 50 mg a 100 mg diarios,
como me lo había aconsejado una psiquiatra que me vio hace como un año. Todo
esto hizo que mi ánimo se estabilizara y ya puedo dormir hasta la hora que
quiera sin deprimirme por hacerlo hasta tarde. Sin embargo, el horario de sueño
también se empezó a cuadrar pues llevo como dos semanas durmiéndome alrededor
de las 10:00 pm y despertándome alrededor de las 6:00 am. Cuando cumpla un año
así, puedo declarar que por fin puedo trabajar todo el día como lo he estado
haciendo desde la semana pasada, para lo cual, como lo he dicho antes, es
indispensable la higiene del sueño.
También habla Santandreu en dicho libro [1] que hay gente que cree que la felicidad está en tener una vida totalmente cómoda y sin problemas. Pero nos pone a pensar cómo sería el estar todo el tiempo acostado, perfectamente acomodado, con una temperatura constante y muy agradable, y que le trajeran a uno todos los alimentos y bebidas sin moverse. Esto puede ser placentero por un rato, pero estar así durante un lapso de tiempo muy largo resulta ser aburridor. A mí me pasó durante la recuperación posterior a la nombrada gastroenteritis que tuve, pues casi que no podía caminar y estuve como un mes acostado. Dice Santandreu que para disfrutar la vida toca incomodarse. Yo soy un biólogo teórico, entre otras cosas porque no me gustan las salidas de campo. Pero, diría yo, la mayoría de gente puede llegar a disfrutar por ejemplo el hecho de dormir incómodo en una carpa con tal de estar en contacto con la naturaleza. Además de ser cómodo, yo no disfruto de este tipo de paseos por mis problemas de sueño.
1.
Santandreu R. El arte de no amargarse la vida (edición ampliada y actualizada):
Las claves del cambio psicológico y la transformación personal. Penguin Random House Grupo Editorial España; 2018.