Tenía
un poco abandonado mi blog pues hemos estado trabajando con una amiga en un
artículo sobre Hive Minds (consciencias que ocupan más de un solo cuerpo)
insectoides en ciencia ficción para una revista internacional indexada, y sobre
el cual hablaré más si lo logramos publicar.
Hace como dos semanas me vi con una prima
con la cual no conversábamos hace años y entre unos pocos vinos (lo cual está
mal pues no debo consumir drogas como el alcohol dado que tomo fármacos para mi
bipolaridad) resultamos hablando sobre cosas muy privadas mías pues estaba yo
un poco desinhibido. Me preguntó por qué no participaba yo en las actividades
familiares y demás. Y llegamos al punto de que siempre se llega en estas
charlas y es por qué yo no “trabajaba”, que estaba muy viejo para vivir mantenido
por mi mamá, y que iba a ser de mi futuro cuando ella faltara, etc. Le respondí
que si todo sigue como lo estamos planeando, voy a tener una vejez frugal y austera
pero cómoda y tranquila. Además, debo reconocer que, aunque no creo en
entidades sobrenaturales, decidí dejar mi porvenir en manos de mis ancestros, dentro
del sistemita de creencias que ya describí en otro post [1]. Es posible que yo
simplemente le haya cambiado de nombre a los ítems religiosos y ahora sea
creyente. El tal es que ya me quité de encima esa preocupación sobre mi futuro
financiero lejano y le dejé ese problema una instancia superior no-sobrenatural
en cuanto al panteísta (ateo acicalado según Richard Dawkins [2]) que creo que soy.
Eso de las creencias da para para pensar
pues, lo natural es que los humanos seamos creyentes, dado que durante nuestra
evolución en el pleistoceno, nos empezamos a dar cuenta de que hiciéramos lo
hiciéramos íbamos a morir, entonces surgió el riesgo de sufrir una parálisis
existencial por lo cual evolucionó la tendencia de creer en el más allá después
de la muerte [3]. Entonces es parte de
nuestra naturaleza [4]. Pero si uno observa
el mundo bajo la lupa científica, se da cuenta que lo más probable es que no
haya vida después de la muerte [2]. Entonces he ahí una
contradicción que por lo menos para mí, resolví con ese loco post
sobre mi sistemita de creencias ya nombrado [1]. En todo caso el
contar con una instancia superior, así sea supuestamente no-sobrenatural como
es mi caso, lo tranquiliza a uno mucho, y más allá de eso, para
muchos pacientes mentales su religiosidad-espiritualidad es parte integral de
su medicina personal [5, 6].
Pero me quedé pensando en porque yo no
aprovechaba mi Curriculum
Vitae para dejar de ser un académico independiente que gana
dinero de vez en cuando y emplearme para producir en serio. Bueno la respuesta
rápida a esto es que soy cómodo y no veo la necesidad de ponerme a hacer cosas
que no me gustan por ganar dinero. Entonces se me acusó de no ser ambicioso. Y
pensándolo bien, cuando estoy eutímico (buen y normal ánimo) no lo soy. Cuando
a mí se me “abre la agalla”, es decir cuando me da hambre de ganar mucha plata,
es que estoy subido. Por el contrario, cuando estoy bajoneado un poco, cosa que
cada vez sucede menos desde que estoy tomando Lamotrigina desde ya casi un año,
no me dan ganas ni de bloguear. Por lo tanto, mi blog es mi mejor termómetro de
si estoy bien de ánimo o no. Entonces he ahí una respuesta más elaborada del
por qué no me meto a trabajar para producir grandes cantidades de dinero;
además de que no quiero hacer cosas que no me gustan hacer (es decir
prostituirme en el sentido no-sexual de la palabra), lo que deseo hacer puede
variar con mi estado de ánimo. El artículo para una revista de ciencia ficción
que estamos haciendo, es pago, entonces en enero eso me emocionó, me puso en
hipomanía y de ahí se me ocurrió trabajar para una universidad convencional.
Pero me puse a averiguar y resulta que se puede ganar más trabajando, sin salir
de casa, en la UNAD (Universidad Nacional Abierta y a Distancia) que es una
institución pública de enseñanza virtual colombiana. Entonces en medio de esa hipomanía
del mes pasado alcancé a subir parte de mis certificaciones a la plataforma de
esta última universidad. De repente al siguiente día me desperté pensando en
que todo esto había empezado en hacer un artículo pago y se había convertido en
llegar trabajar de tiempo completo en una universidad haciendo cosas malucas
como calificar trabajos y exámenes. Entonces como que volví en mí mismo y me
tranquilicé. Con esa inestabilidad en cuanto a mis horas de sueño que causan
cambios en mi estado de ánimo y demás, es muy difícil cumplir con un horario
como para trabajar de tiempo completo en una institución. Me toca seguir siendo
un académico independiente (freelance).
Lo otro de lo que mis familiares, a
excepción de mi mamá y padrastro que al vivir conmigo y han visto lo que sufro,
me acusan de forma disimulada de ser un drogadicto, perezoso y mentiroso que utiliza
su supuesta bipolaridad para hacer lo que se le dé la gana, especialmente el ni
“trabajar” como si las actividades académicas monetariamente no productivas no
fueran trabajo también. Debo reconocer que soy cómodo, pero creo estoy siendo
víctima de la llamada estigmatización. Se me está marcando o poniendo una
etiqueta de forma equivocada. El primer error que se comete es que equiparar
fármacos con drogas. Es como si se disectara el cuerpo y lo que se toma para la
salud del cerebro es una droga y aquello que se usa para el resto del cuerpo es
fármaco. El tomar fármacos para el cerebro es muy diferente a usar drogas. Y la
diferencia no está en la legalidad pues hay drogas lícitas como el alcohol y la
nicotina. Lo que en realidad pasa es que los medicamentos, correctamente
recetados, generalmente no producen placer al tomarlos, pero mejoran la salud
en el mediano y largo plazo. Las drogas, al contrario, producen placer al consumirlas,
pero son nocivas para la salud. En
otras palabras, violan una de las enseñanzas de Epicuro en el sentido de que
uno debe disfrutar de un placer siempre y cuando no produzca un sufrimiento
mayor en el futuro [7-9]. Entonces
soy farmacodependiente más no drogadicto [10]. Lo irónico es que
esas críticas en parte vienen de familiares que son adictos al alcohol y/o
nicotina. Con respecto a la acusación de no emplearme para producir dinero
consistentemente, y como las pocas veces que me los encuentro me ven bien, no
saben que no puedo cumplir con un horario pues me puedo despertar a cualquier
hora entre las 4:00 am y 12:00 del día. Y depende de cuanto duerma amanezco con
un ánimo diferente e incluso mis planes y objetivos pueden cambiar con la
variabilidad de mi horario de sueño. Entonces sí, yo tengo una dependiente
buena vida, pero solo los que conviven conmigo, repito mi mamá y padrastro,
saben lo que yo sufro.
Además, está mi ya nombrada e innecesaria incapacidad
de prostituirme para hacer cosas que no me gustan. No sirvo para hacer
compromisos que me incomoden y probablemente por eso, además de toda la vida
haber trabajado en puestos temporales, fue
que nunca me casé ni tuve hijos [11]. Bueno lo último tiene
justificación en el sentido de que la plaga humana tiene enferma el planeta. Y
al final yo simplemente quiero dedicarme lo que he hecho desde que terminé mi
maestría y murió mi papá en 2007 que es eso leer y escribir. Pero ni mi blog,
que es lo único con lo cual me he podido comprometer a largo plazo, no lo he
podido monetarizar pues me aburro con un mismo tema y siempre estoy saltando,
superficialmente, de un campo del saber a otro, lo cual me ha convertido en un
ignorante y especialista en asuntos generales y esa imposibilidad
de comprometerme con un nicho en particular impide que este blog crezca en
visitantes lo suficiente como para monetarizarlo [12]. Si esto sucede con
algo que me gusta hacer, como bloguear, no me imagino como profesor de una
Universidad dedicado al mismo tema todo el tiempo. Me moriría del tedio. Entonces
esa incapacidad de especializarme, junto con lo dicho anteriormente, me impide
emplearme.
Lo otro es mi compulsión por escribir. Lo
que yo publico en mi blog es apenas la punta del iceberg en cuanto al total de
lo que escribo. Aunque lo he tenido que reducir al mínimo para no maltratar mis
ojos, me encanta acostarme a oír música y escribir a través de mi tableta en mi
bitácora privada. Incluí la palabra Grafomanía en el título de este Post porque
tenía una idea de lo que era y me pareció llamativo. Pero parece que su
significado depende mucho del contexto. Como termino médico se refiere a
personas que sufren de compulsión por escribir todo el tiempo y la misma
interfiere el normal funcionamiento en su vida. Se puede relacionar con la
graforrea que consiste en escribir en exceso sin orden, sentido y/o significado
[13]. Escritos que no
trasmiten un mensaje, una experiencia o idea son el resultado son las típicas
“obras” de un grafómano, en el sentido estrictamente psiquiátrico de la palabra.
También conocida como hipergrafía, es un a apremio por escribir casi que todo
el tiempo, llenando todos los espacios de una hoja o incluso escribiendo en
papel higiénico. No es solamente la sana necesidad de desahogarse, sino que es
la compulsión por la palabra escrita como una si fuera la adicción a una droga [14].
En un sentido no psiquiátrico, es decir en
sentido amplio, la grafomanía es, como ya se dijo, una compulsión por escribir
generalmente de forma no profesional. Pero si un grafómano resulta teniendo una
larga y exitosa carrera como novelista, no se puede achacar que tiene una
condición psiquiátrica. Mas allá de su concepción médica, se usa
peyorativamente para personas que escribimos mucho pero nunca llegaremos a ser
escritores profesionales [15]. Hay diferentes grados
de grafomanía y generalmente el “paciente” no está abierto a que sus “obras”
sean criticadas. Teniendo en cuenta todo lo anterior o no soy grafómano, o
tengo una forma leve de esta “patología” pues me gusta que critiquen lo que yo
escribo. Además, no siento la compulsión por escribir absolutamente todo el
tiempo. Pero sé que es algo que me gusta mucho hacer y yo creo que sí alcanza a
ser, al menos en parte, una vocación pues no cambio esta actividad por dinero,
y eso, repito, es otra de las razones por las cuales no puedo “prostituirme”
para hacer cosas que no me gusten como para producir grandes cantidades de $.
Conclusiones: Entonces
sí, soy cómodo, pero eso no me quita el sufrimiento que me produce mi condición
bipolar. Además de que es adictiva, por eso prefiero mi relativa soledad, donde
nadie me juzgue incluso por llevar una vida solitaria, ni me marquen (estigma)
como un perezoso, fingidor, drogadicto, etc. Aunque soy de derecha, y
pro-capitalismo, es claro que en este sistema se considera que una persona está
bien de salud mental (no es grafómana, por ejemplo) y es normal cuando lo que
hace, por más bizarro que sea, produce dinero de una forma consistente. Pero si
uno está feliz encerrado y escribiendo por hobby sin producir financieramente,
entonces es anormal y hay que corregirlo como si la bipolaridad, que
definitivamente está relacionada con la habilidad para escribir [16, 17], fuera algo que se
pudiera arreglar solo con fuerza de voluntad y sin la ayuda de fármacos. Yo no
era consciente que, de forma leve, soy víctima de la estigmatización. Menos
mal, al menos todavía, no tengo que trabajar fuera de mi casa y puedo reconocer
públicamente que soy bipolar. Pero a las personas con alguna condición mental
que les toca trabajar en una corporación, el tema de la estigmatización debe
ser algo mucho más grave, que los inocuos chismorreos de los cuales yo soy objeto.
Otra cosa que estoy concluyendo es que me
hace falta dejar al menos un día a la semana solamente para leer pues estoy
citando repetitivamente en mis posts los mismos libros. Además, estoy viendo, a
partir de este flojo escrito cuyo borrador me tomo todo un día para hacerlo, es
que si no estoy en hipomanía como que no escribo tan de corrido y ni con tanta facilidad.
Eso me preocupa pues no me quiero ver la situación de tener que escoger entre
mi salud mental, que definitivamente ha mejorado mucho, y el bloguear lo cual
repito me encanta, pero además es parte integral de mi salud ocupacional.
Eso de tener una vocación, que de pronto
sea mi caso, también da para pensar. Me acuerdo cuando en 2007 andaba con los
de arte de dramático mi alma mater, la Universidad del Valle en Cali-Colombia y
después de una de las tantas funciones a las cuales asistí, uno de ellos dijo
que las ventas en boletería no habían sido suficientes como que los actores
ganaran dinero. Pero aun así seguía trabajando como actor por vocación. En
profesiones vocacionales como las artísticas como que la cosa es extrema. O la
persona llega a triunfar por todo lo alto, haciéndose famoso ganándose la vida
ejerciendo su vocación, o en algún momento le toca olvidarse de la misma y
hacer cosas más técnicas que le permitan sobrevivir. La mayoría de personas,
cuando empiezan a cursar sus estudios universitarios, como que tienen una idea
de que les gusta, pero la misma no alcanza a ser tan fuerte como para ser
considerada una vocación, por lo cual yo creo que la verdadera vocación de la
mayoría de personas es simplemente ganar dinero, estudiando lo mínimo necesario
para ganarse la vida y reproducirse. Repito, no estoy seguro si lo mío es una
vocación, pero la mayoría del tiempo me siento contento de haber escogido ser
biólogo, como
ya lo expresé en un cuento [18] pues tengo una vida
más relajada, aprendí cosas muy bacanas, que si hubiera escogido el destino que
tenía mi papá para mí que era ser médico. Pero también me he llegado a
arrepentir de no haber escogido esta profesión pues obviamente me hubiera
especializado en psiquiatría y tendría un sustento seguro, como
ya lo expuse antes también [19].
Entonces ante toda esta indecisión mía que
consejo puedo dar a los jóvenes: el estudiar algo comercial, pero olvidarte de
lo que de verdad te gusta para asegurar un sustento a futuro o educarse en algo
que de verdad te guste, como las artes, por ejemplo, pero ante lo cual tu
sustento a futuro se pone en riesgo. Yo pienso que esto, entre otras cosas,
depende de la situación financiera de tu familia. Es obvio que, si la misma es
precaria, tenés que salir estudiar algo técnico que te permita producir dinero
lo más rápido posible. Pero si, por el contrario, tu familia es acomodada
podrás estudiar algo más placentero, pero que tome tiempo para llegar a ser
productivo. En todo caso repito el consejo que siempre doy; tratá de retardar
tu reproducción, lo cual además de ser saludable para el planeta, y junto con
estudiar mucho, te permitirá acercar lo vocacional, es decir lo que verdaderamente
te gusta hacer, con lo monetariamente productivo. Y si además si sos bipolar, y
volviendo a lo del estigma, el consejo de estudiar lo que más podás y no
reproducirte es más importante todavía por al menos dos motivos. Primero, si te
reproducís, por un fenómeno que en genética se llama anticipación, tu
descendencia podría salir con una bipolaridad más acentuada que la tuya. En
cuanto a la estigmatización, si sos juicioso con tus medicamentos y horarios de
sueño, y al menos en teoría, los bipolares somos más inteligentes que el común
de la gente, por lo cual debes aprovechar tu juventud para estudiar lo que más
podás. Y si te gusta la academia procurá publicar todos los escritos que te
pongan a hacer, sobre todo durante tus posgrados, para que tener una hoja de
vida fuerte, para que, en caso de necesitar llegar a trabajar, tu curriculum
vitae contrarreste el estigma del cual podás ser víctima a la hora de buscar
trabajo en una corporación.
Gracias por leer este post.
1. Duque-Osorio JF. Mi Ateo Mito Religioso-Científico: Panteísmo Cuántico. Ibagué, Tolima-Colombia. Blog “El Duque Bipolar”; 2021. Disponible en: https://elduquebipolar.com/mi-ateo-mito-religioso-cientifico-panteismo-cuantico/ . Consultado el 04-Ene-2022.
2. Dawkins R. El espejismo de Dios. Espasa; 2012.
3. Alper M, Ochoa S. Dios está en el cerebro. Bogotá-Colombia. Editorial Norma; 2008.
4. Wilson EO. On Human Nature: With a New Preface. Harvard University Press; 2004.
5. Duque-Osorio JF. La Relación entre Religiosidad-Espiritualidad y Trastorno Bipolar: La visión de un Paciente ¿Ateo? Ibagué, Tolima-Colombia. Blog “El Duque Bipolar”; 2021. Disponible en: https://elduquebipolar.com/la-relacion-entre-religiosidad-espiritualidad-y-trastorno-bipolar/ . Consultado el 04-Ago-2021.
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