agosto 8, 2019
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El psiquiatra bipolar que hubiese querido ser biólogo

Juan-Carlos Calvo-Diazgranados se lamenta por no poder seguir leyendo un artículo interesantísimo sobre medicina Darwiniana o Evolucionista, pues ya llegó la hora de atender a un paciente. Juan-Carlos es médico psiquiatra egresado de la Universidad del Valle en Cali-Colombia de la cual se graduó con mucho esfuerzo pues tiene una condición afectiva bipolar. Pero sus insomnios y faltas de disciplina se veían más que compensados por su altísima productividad cuando se ponía eufórico o más aún, hipomaníaco. Últimamente se ha estado cuestionando sobre si la vida agitada, con matrimonio e hijas incluidas, ha sido lo adecuado para él.
Es el año 2017, Juan-Carlos tiene 40 años y hace 10 se casó con compañera de la misma facultad de salud de Univalle San Fernando en Cali-Colombia. Es una Odontóloga muy bella, rubia y alta con la cual tiene dos niñas, una de ocho y otra de seis años. Pero no fue un noviazgo ni ha sido un matrimonio fáciles pues además de la bipolaridad de Juan-Carlos está el hecho de Lina Garza, su esposa, es muy dominante. Ella es egresada de la misma Facultad. Se conocieron en una noche de gala donde se celebraba un aniversario de la Facultad de Salud en julio de 2006. Juan-Carlos acaba de salir de un internamiento en al ala psiquiátrica del Hospital Universitario del Valle, donde también había hecho su especialización en psiquiatría. En este año Juan-Carlos estaba débil y a Lina le gustó lo espontáneo de sus lamentos y lo genial que es. Ella es sapio-sexual (le gustan los hombres sabios) y además anuptafóbica (fobia a no estar casada). Cuando se conocieron en 2006 ella apenas tenía 25 años y ya sentía que la iba dejando el tren y sentía que se iba a quedar solterona. Ante todo este panorama, no dudó en “agarrar” a Juan-Carlos y al año de empezar su noviazgo se casaron.

Inicialmente se fueron a vivir a uno de los apartamentos de la familia de Juan-Carlos. Más exactamente a un penthouse en el conjunto residencial “Los Guaduales” en el barrio Camino Real al sur de Cali. Este apartamento tenía dos pisos. El de arriba era como un aparta-estudio en el cual nuestro personaje montó su consultorio. En la sala, ubicada en el primer piso los pacientes esperaban a ser llamados y eran atendidos por la secretaría.  Es un apartamento grande y en otra de las habitaciones del mismo Lina montó su consultorio odontológico. No podían darse el lujo de alquilar o comprar locales fuera de apartamento pues apenas estaban empezando. Todo funcionaba relativamente bien en ese apartamento al cual regresaba a vivir Juan-Carlos, después de muchos años. En este apartamento, nuestro personaje, había pasado su infancia separado por una pared del apartamento del conocidísimo intelectual Estanislao Zuleta en los años 1980s.
  
En 2009 nace su primera hija Gloria-Esperanza, lo cual los llena de alegría y aferra aún más lazos de la pareja que ha pasado por momentos difíciles. Hacía tiempo ya que Juan-Carlos había dejado de dar clases de psiquiatría por la mañana en Univalle para poder dormir hasta tarde, lo cual mejoró mucho los síntomas de su condición bipolar. Por cuestiones de economía, la pareja sigue atendiendo sus pacientes en el apartamento y más aún cuando en 2011 nace la segunda niña de la casa a quien bautizan como Maria-Matilde.



Todo iba bien. Con dificultades y todo. Pero en 2007 cuando Juan Carlos cumplió 40 años empezó a preguntarse qué hubiera sido de él si hubiese escogido una vida más relajada más acorde a su condición bipolar. Empieza a ir a su consulta un paciente bipolar, los pacientes favoritos de Juan Carlos por su genialidad, llamado Fernando Gutiérrez-Donoso, de 30 años. Entre otras muchas cosas Fernando le cuenta a nuestro psiquiatra que por razones ecológicas, económicas y genéticas había resuelto no tener hijos y dedicarse toda la vida a estudiar. No quería ayudar a sobre-poblar el planeta con la plaga humana, no quería volverse un esclavo del sistema para poder mantener a sus hijos y no quería correr el riesgo de que sus hijos salieran más bipolar es que él (Fernando) por un fenómeno que en genética se llama anticipación. Juan-Carlos queda muy pensativo con estas razones tan válidas para no reproducirse sin contar con el recorte en la libertad que supone un matrimonio a lo cual Fernando, desde una edad tan temprana, había renunciado también. Fernando cada vez dejaba cavilando más a Juan-Carlos. Se hacen amigos y ya no se sabe cuál de los dos es el paciente y cuál es el facultativo. Fernando nota todo esto y para que Juan-Carlos pruebe un poco de lo es estudiar por placer sin pensar en dinero, lo invita a este último y a su esposa, que como ya se dijo es odontóloga, a un curso que está dando todos los miércoles por la tarde sobre la evolución de mamíferos y su dentadura (1), como parte de su rotación por el departamento de morfología en el marco del Master en Ciencias Básicas Médicas que está haciendo Fernando en la ya nombrada Facultad de Univalle.


Fernando tiene una bipolaridad bien trabajada pero su problema es lo errático de su sueño.  Después de mucho experimentar llegaron a una fórmula farmacológica que mal que bien le funciona. Juan-Carlos, aun siendo bipolar también, quedó impresionado por la genialidad de dicho paciente. Siempre programaban la última cita del día escogido cada mes para poder hablar un poco más. Además de la calidad de las conversaciones, Juan-Carlos empezó a hacerse preguntas como:

– Y qué tal si yo hubiera escogido estudiar biología en vez de medicina. Tendría menos dinero pero hubiese aprendido muchas cosas bonitas e interesantes de los seres vivos. Y si no me hubiese reproducido no necesitaría tanta plata.

El único consuelo que le quedaba era leer a raticos sobre temas como la antropología biológica, psicología evolucionista, medicina evolucionista, etc.

Fernando, resignado a tener un sueño desordenado que no lo cuadra ni Mandrake que es mago, había dejado de ir a la consulta de Juan-Carlos hace mucho tiempo. Quince años más tarde se encontrarían en un acto social de la Facultad. Juan Carlos ya de 55 años y Fernando de 45 empezaron a evaluar sus vidas y aunque Fernando era más libre, no tenía su futuro asegurado por ser un freelance (trabajador independiente) que ocasionalmente trabajaba prestando servicios académicos a profesores universitarios consistentes en la edición y traducción de material publicable. Además no tenía un apoyo constante en forma de afecto femenino que tanta falta nos hace a todos pero especialmente a los bipolares. Juan-Carlos si tenía un futuro asegurado; y el constante, y a veces molesto apoyo de su esposa Lina. Pero no era libre como sí lo era Fernando quien hacía lo que quisiera a la hora que se le antojara.

Queda en el aire que es mejor ser libre que ser prisionero y tener todo asegurado. Analizan la canción “The Unforgiven” de Metallica (2), que narra la historia de un bebé que llega al mundo, es rápidamente sometido a las reglas de la sociedad, durante su vida adulta le da gusto a todos a su alrededor para terminar siendo un viejo amargado que nunca se dio gusto así mismo.

Rememoran lo que dijo Sófocles en el Siglo V antes de cristo:

Con filosofía se referían a lo que hoy entendemos como intelectualidad en general.

También recuerdan al filósofo existencialista del siglo XX, Jean-Paul Sartre quien dijo:

“El hombre está condenado a ser libre” (3)

Esto último le atañe más a Fernando pues al ser más libre que Juan Carlos, debe ser lo suficientemente responsable para no caer en el libertinaje o peor aún, en la bancarrota.

Juan-Carlos empieza a darse cuenta que por no darse gusto a sí mismo, el sistema tomó por él la decisión de formar familia dando al traste con su desarrollo intelectual. Solo le queda el consuelo que cuando se jubile se dedicará a lo intelectual cuando su intensa y dominante mujer se lo permita.

Pero las hijas de Juan Carlos le han traído muchas satisfacciones. ¿Qué hubiese sido de su vida sin ellas?

Entonces empiezan a divagar Juan-Carlos y Fernando y llegaron a la conclusión de que no hay felicidad completa y qué hay unas ventajas por otras en el caso de los dos.


Gracias por leerme.

Literatura Citada:
1. Duque-Osorio J-F, Ortiz-Salazar MA, Salazar-Mosalve L, Mejía-Pavony CA. Mamíferos: Evolución y Nomenclatura Dental. Revista Estomatología (Universidad del Valle: Escuela de Odontología). 2009; 17(2): 30-44. Disponible en: http://bit.ly/1udw0if. Consultado el 07-Ago-2019.
2. Hetfield J, Hammett K, Ulrich L. Metallica: The Black Album: The Unforgiven (canción). 1991. Disponible en: https://youtu.be/UMlYTieVGY8. Consultado el 07-Ago-2019.
3. Coelho F. El hombre está condenado a ser libre de Jean-Paul Sartre. Cultura Genial; 2019. Disponible en: https://www.culturagenial.com/es/el-hombre-esta-condenado-a-ser-libre/. Consultado el 07-Ago-2019.

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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

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