A raíz de una
conversación en la cual participé el último sábado, critico el hecho de que
algunas personas tratan de ganar todas las discusiones, así no tengan
fundamento. En este caso fue una conversación sobre la bipolaridad en la cual
uno de mis interlocutores dijo que esta condición es una ilusión de la mente.
Entonces divago sobre como el tomar fármacos para cualquier órgano está bien,
pero en el caso del cerebro, la toma de fármacos (que son diferentes a las
drogas) es un tabú. Relaciono todo esto con un libro autobiográfico-ucrónico (novela
alternativa) que publicaré en diciembre de este año en Amazon, y conecto esto
con lo político, y como el ser de derecha impidió que yo hiciese mi doctorado
en filosofía en la Universidad del Valle en Cali-Colombia. Pero relato que eso
es algo que estoy viviendo a través del personaje que me representa en el
mencionado libro, pues este alter ego, hace doctorado en psicología en la
nombrada universidad; su problema de investigación es sobre medicina
darwiniana, rama de la psicología evolucionista, aplicada a la evolución de las
entidades del gradiente bipolar como sobre-adaptaciones al clima glacial del
pleistoceno. Concluyo que todos los pacientes mentales, por no decir todo el
mundo, debería llevar un diario o bitácora privada para desahogarse. Además de
esto la literatura psiquiátrica recomienda adhesión al tratamiento
farmacológico y la psicoeducación, en el sentido de conocer lo que más se pueda
sobre una condición como la bipolaridad para manejarla mejor.
El sábado resultamos hablando con unos amigos en el centro de Ibagué-Colombia. Uno de ellos me preguntó qué yo que hacía. Yo le dije que muchas cosas, pero lo que más me gustaba hacer, y, por ende, a lo que más tiempo le dedicaba era a leer y escribir. Sobre todo, a escribir pues es claro que debo leer mucho más. Y sobre que escribe me preguntó; pues yo dije que sobre varias cosas, incluyendo divulgación científica y que ahora estaba preparando un libro autobiográfico-ucrónico, en el sentido que me inventé un personaje que me representa a mí y vive mi vida hasta el 2010, año en el cual en la vida real nos vinimos a vivir a Ibagué desde Cali-Colombia. Por medio de este personaje estoy explorando que hubiese sido de mí sí me hubiese quedado en Cali. Yo expresé que tenía algo de habilidad para escribir porque soy bipolar. Y expliqué que el registro psicobiográfico es claro a la hora de demostrar que las personas bipolares son buenas para escribir. Aunque, yo, sí mucho, seré famoso entre mis familiares y amigos; pero los escritores famosos de antes del siglo XX generalmente eran bipolares que al no tener la tecnología farmacéutica que tenemos hoy en día, terminaban siendo maniaco-depresivos y generalmente terminaban suicidándose. Esto lo deja muy claro la actual autoridad en la relación entre creatividad, temperamento artístico y bipolaridad. Se trata de Kay-RedfieldJamison, quien es bipolar y aún con eso es una exitosísima psicóloga, escritora y profesora universitaria. Tiene varios libros sobre este tema, pero yo me leí “Touched with Fire: Manic-Depressive Illness and the Artistic Temperament – Tocados por el fuego: Enfermedad Maniaco Depresiva y el Temperamento Artístico”. Pero uno de mis interlocutores, que se refiere a sí mismo como escritor, no me dejó hablar y me dijo que cosas como la bipolaridad estaban en la mente. Que era cuestión de que me casara y me tuviera una vida dura, y ya se me quitaba la pendejada. Alcancé a decir que cualquier característica de cualquier ser vivo es la interacción entre genética y ambiente, de acuerdo a la fórmula más simple de la biología:
Fenotipo (forma o comportamiento) = Genotipo (genética) +
Ambiente.
Afortunadamente mis padres pudieron darme buena educación, buen
tratamiento para mi bipolaridad y ahora estoy más que bien. Pero la posición de
mi interlocutor del sábado es repetitiva entre la mayoría de personas en
nuestros países. Existe como un prejuicio a tomar medicamentos para el cerebro.
Tomar medicamentos para los demás órganos está bien visto. Pero tomar
medicamentos para el cerebro es una vergüenza. Y gracias a esta posición, que
toman algunos padres de adolescentes con problemas mentales, es que muchos de
ellos terminan como indigentes en las calles. Cuando uno es bipolar le quedan
solamente dos caminos:
– Tomar fármacos correctamente recetados por un facultativo
o
– Consumir drogas callejeras y perderse en las mismas
Si las personas se
deshiciesen de los prejuicios y demás pendejadas de este tipo, obviamente la mejor
opción es tomar medicamentos. Pero por el miedo al qué dirán, cosa que es muy
evidente aquí en una ciudad pequeña como Ibagué, no tratan a sus hijos y al
final quedan como padres todavía más mal pues su hijo termina perdido en las
calles. Hoy le doy gracias a la vida de haber nacido bipolar, y haber sido tan
bien educado y tratado por mis padres.
Hay muchas personas
que piensan que un individuo como yo lleva una vida relajada por ser perezoso.
No es tan simple. Personas como yo tenemos que llevar una vida más tranquila
por nuestra condición, y en eso, nuestro traslado de Cali (2.5 millones de
habitantes) a Ibagué (600,000 habitantes) ha sido muy beneficioso. Pero muchas
personas tratan de “aconsejarlo” a uno diciendo que lo que me hace falta es
casarme y reproducirme. Casarme de pronto, pero tener hijos ya está descartado.
Estoy tan cansado de oír el mismo carreto tantas veces que ya me resbala. O
otras veces le dicen a uno cosas como – mire julanito de tal es bipolar y así y
todo se casó y formó una familia -. ¿Acaso la única forma de vivir es casándose
y reproduciéndose? Hay muchas formas alternativas de realizarse como persona. Y
ahí vuelvo a la diferencia entre progresar y prosperar. Debo profundizar en
esto, pero parece que progresar es seguir una receta predeterminada que es la
siguiente: estudiar, trabajar, arrejuntarse y reproducirse. Incluso las
personas humildes se pasan todo y se reproducen a muy temprana edad, sin ni
siquiera ser profesionales, entonces los ciclos de pobreza son interminables de
generación en generación. Prosperar es realizarse como persona de otras formas.
Uno puede realizarse artísticamente, intelectualmente, profesionalmente, etc.,
sin tener la obligación de someterse a un trabajo aburrido, fuera de su casa,
donde le paguen por el indicador hora-culo-silla para mantener una familia.
Muchas personas se meten en esta vacaloca y ya grandes se arrepienten y
terminan siendo unas personas amargadas pues no se dieron gusto así mismo, como
es narrado en la canción de “The Unforgiven”
de Metallica. De pronto la mayoría de los padres son felices con sus hijos,
pero los mismos son un lujo para el cual yo no tengo plata. Prefiero ahorrar
todo lo que me voy a gastar en hijos para contratarme una enfermera bien
buenona para que me cuide cuando yo sea
viejo.
Pero esta
conversación con ese intransigente interlocutor me hizo pensar también en lo difícil
que es encontrar gente bacana con quienes hablar. Y no se trata solo de charlas
intelectuales. Se pueden hablar pendejadas y hay gente que tiene tanta
inteligencia social-emocional, como mi prima Claudia España Diaz que es
una genio en cuanto a relaciones públicas se refiere, que vuelve cualquier
cuento un relato súper interesante y divertido. O su socia Sofía Ramírez Díaz que es una
conversadora de miedo también. Entonces no se trata de conseguir sabiondos para
conversar. Se trata de encontrar gente con buena inteligencia, con buena
empatía, pluralistas y que no se quieran ganar todas las discusiónes (así en el
fondo esté de acuerdo con su contendor). Esto es muy difícil encontrar. Y en
los hombres es aún peor pues al no tener instinto maternal no tenemos buena
capacidad para ponernos en los zapatos del otro para escuchar y ser empático a
la hora de conversar. Por eso, y por muchas cosas más, las mujeres son,
estadísticamente hablando, son mejores conversadoras que los hombres pues
tienen instinto maternal, lo cual las hace muy buenas para ponerse en los
zapatos del otro y resultan ser muy buenas escuchas. Yo creo que esto ya lo he
escrito antes, pero he tenido novias y amigas, que, con solo hacer dos o tres
preguntas claves, me ponen a conversar horas en las cuales brilla mi egocentrismo
y autismo masculino en el sentido de que a nosotros los hombres, en el fondo,
solo nos interesa nuestro propio discurso. En una entrada anterior de este blog
(leerla)
describo como el problema de no tener novia, lo he descompuesto en dos partes.
Digo problema porque durante mis 20s y 30s no me podía quedar solo sin novia
pues me daba sudadera en las manos y todo. Ahora estoy solo porque estoy en una
especie de limbo en el cual ya no me gusta buscar niñas de bajo estatus para
acceder sexualmente a ellas más fácilmente. No es que allá tenido la mundial de
relaciones de ese tipo, pero ya a los 41 años que tengo, fue suficiente. Pero
tampoco aparece una mujer que yo diga – esta es la mujer de mi vida-. Además,
yo no quiero tener hijos ni irme de mi “hotel mama”; y el resultado de todo eso
es que estoy sin pareja, pero ya los 40s yo lo tomo de una forma muy relajada.
El componente físico de no tener una pareja sexual estable se soluciona con
autocomplacencia (ver entrada respecto). No digo que con prostitutas pues envés de estar con una
trabajadora sexual, por la cual no siento nada, prefiero masturbarme y ya.
Lo que sí es difícil
de solucionar es la parte romántica del hecho de no tener pareja estable. Eso
lo estoy paleando teniendo amigas lindas buenas conversadoras. Pero ese tipo de
mujeres no abunda. Qué lástima porque estoy pasando por un momento romántico de
mi vida en el cual una buena charla con una mujer linda en un sitio chévere me
parece muy bacano. La otra forma por medio de la cual estoy paleando la falta
de romanticismo en mi vida real es que le estoy inventando unos romances muy
bacanos al personaje del libro que estoy escribiendo. Además, desde septiembre
he estado en contacto virtual con varias niñas Ucranianas muy lindas (verentrada al respecto) e incluso una de ellas me tumbó un billete (mirar historia) en diciembre. El tal es que de vez en cuando intercambio
correspondencia romántica con algunas de estas niñas y eso me mucho placer (es
como un pajazo mental) y me sirve de insumo para mis escritos. Entonces la
parte afectiva, de mi condición afectiva bipolar, valga la redundancia, ya está
superada. Además, me topé con un fármaco que se llama difenhidramina que es
antihistamínico (ayuda con el sueño) y es el predecesor de la fluoxetina. O sea
que es antidepresivo también. Pero lo importante es que por su similitud a la
fluoxetina (Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina) suben la
serotonina y bajan la dopamina. Y esto último es muy importante pues a los
bipolares nos da algo que se llaman “enamoramientos patológicos”. Durante
diciembre tuve un episodio de estos y fue cuando le envié dinero a esa ucraniana
y me dejé tumbar, y tuve que hacer un resto de movimientos para volverme a
cuadrar financieramente. En todo caso la difenhidramina sirve para conciliar el
sueño (sin la resaca al otro día) y evita los enamoramientos patológicos. Entonces
ahora puedo disfrutar de la amistad de amigas que me gustan mucho pero ya no me
da la traga maluca. Eso me tiene muy contento. La difenhidramina también me acabó de
organizar el sueño que es el otro talón de Aquiles de nosotros los bipolares.
Con todo esto lo que
quiero hacer es aconsejarle a otros bipolares que en lo posible lleven vidas
tranquilas, sean juiciosos con sus fármacos y traten de dormir bien. Desde que uno
esté durmiendo adecuadamente no hay problema. Y no se dejen ofender o llevar por
la gente que los presiona a hacer cosas que en realidad no quieren hacer solo
por ser como la demás gente. Estabilícese nuero-farmacológicamente. En medio de
las hipomanías o manías, no se comprometa a cosas que después no puede cumplir
y que le causan molestia cuando la subida de ánimo ha pasado. Lo primero es
estabilizar su ánimo y después podrá disfrutar de las cosas bacanas de ser
bipolar como los punticos extra en el coeficiente intelectual que le da uno la
naturaleza, y que se pueden explotar en diferentes actividades como escribir,
por ejemplo.
Mi papá murió en
octubre de 2007 y eso retardó mi recuperación de mi condición bipolar. En esa
época me fastidiaba mucho que la gente me dijera que no trabajaba y que para que
estudiaba tanto, y este tipo de cosas. Yo les trataba de explicar que estudiar
en la casa también es un trabajo, pero la gente del común no entiendo esto,
como me lo hizo ver un colega. Ahora que abiertamente digo que soy un parásito
de mi mamá, ya la gente lo deja de joder a uno. A veces me dan ganas de
explicarle a la gente que más que un parásito soy un simbionte (le colaboro a
la hospedera: mi mamá) pues yo puse una fracción muy importante de mi herencia
para solucionar las deudas de la casa el año pasado. Además, funciono como el
secretario y algunas veces como el chofer de mi mamá. Pero más importante aún,
mi mamá sobrevivió a la muerte de mi papá, por mí. Ahora, la pregunta es qué
voy a hacer cuando mi mamá falte. Pues para eso faltan muchísimos años todavía
pues mi mamá es más vital que yo. Además, ya se están tomando las medidas financieras
pertinentes para que yo tenga una vejez más o menos cómoda. Lo que más me
preocupa es el súper golpe emocional que me va a provocar la partida de mi
mamá. Volviendo a lo financiero y como lo estaba chateando ahora con una amiga,
siempre existe la posibilidad de entrar a dar clase en una Universidad, en caso
de que mi negocio de finca raíz no funcione y/o esto de la escritura no me dé más
que satisfacciones, lo cual es suficiente y es lo más seguro.
Entonces todavía hay
gente que cree que tener una condición mental como la bipolaridad es que el
individuo es perezoso o simplemente son ganas de joder de uno. Un primo de mi
mamá, hace varias décadas, sufría de depresión, y un tío suyo, que era militar,
dijo que eso era falta de disciplina y lo pusieron a pagar servicio militar. A
la primera oportunidad, este primo se encerró con su fusil y se suicidó. Todos
los extremos son malos. Tampoco se trata de echarse con las petacas y dedicarse
única y exclusivamente a funciones vegetativas que porque se tiene una
condición mental. Y menos algo tan manejable como la bipolaridad que una vez
controlada, le permite a uno, repito, tener un desarrollo intelectual
interesante. Pero tampoco se trata de irse al otro extremo y pensar que el
individuo no tiene nada, y forzarlo a llevar una vida llena estrés como la que
vive la mayoría de personas.
Entonces este
interlocutor mío del sábado estaba desconociendo la parte genética de una
condición como la bipolaridad. Esta es una posición típica de ignorancia y/o
tendencias de izquierda. A los izquierdocitos, entre los cuales me muevo muy
bien, aun siendo yo de centro derecha (soy Uribista y todo), no les gusta
reconocer que los seres humanos venimos con instintos, con comportamientos
predeterminados de fábrica. Lógico, como ya lo esbocé en este escrito, eso se
ve modificado por el ambiente. Pero a la gente de izquierda no le conviene la
noción de que los seres humanos venimos con instintos y otros comportamientos “de
fábrica” pues eso quiere decir que todos somos muy diferentes y al ser
diferentes, se hace muy difícil establecer una sociedad totalmente igualitaria.
Quiero ser claro: es obvio que la actual distribución de la riqueza en el mundo
no tiene la más mínima presentación. Pero querer imponer un igualitarismo
total, lo cual es tan anti-natural que en los países comunistas se necesita de
dictadores que impongan esta forma de sociedad, convirtiendo la utopía (un
mundo igualitario) en una distopía (una dictadura totalitaria), como le pasa a
Cuba y Venezuela. Yo pienso que la humanidad algún día llegará a ser equitativa
(mas no igualitaria) de forma espontánea. Yo creo que esas es la principal
diferencia que tengo con la gente de izquierda. Quieren condiciones equitativas
ya y si se trata de adolescentes, se recurre las revueltas y todas estas cosas
que nunca me gustaron, aun cuando pasé casi dos décadas en un claustro público.
Se trata de la segunda Universidad más importante de Colombia: La Universidad
del Valle.
Eso me hace acordar
de una anécdota adolescencial, que obviamente ya está consignada en el
mencionado libro que publicaré en Amazon en diciembre de este año. Cuando mi
hermana presentó las pruebas de estado al terminar la secundaria (el ICFES),
sobre 400 puntos saco 333 (el número del diablo dividido por la mitad) mientras
que yo saqué 375. Yo le grité a mi hermana:
– Bruta!!! Con ese puntaje no va a poder estudiar en la Universidad del
Valle y nos va a tocar pagarle Universidad privada, y entonces se nos va a
descuadrar el presupuesto familiar.
Mi mamá me llamó a parte y me dijo:
– – Juanfer, deja así que yo no quiero que Gloria estudie en una universidad
pública.
– – Por qué ma’.
– – Porque se vuelve un hippie-marihuanera-tira piedra.
– – Pero, ma’, yo llevo dos años en Univalle y no me ha pasado nada de eso.
– – Es que tu eres terco e inadaptable. Entonces igualito entras e igualito
sales.
Y tenía toda la razón. Entre períodos
matriculados y de turismo académico, estuve 18 años en la Universidad del
Valle. Yo tengo maestría en ciencias básicas médicas, de la misma universidad e
iba a hacer el doctorado en Filosofía en el grupo de Etología, donde iba a
entrar a formar la línea de investigación en antropología biológica. Pero desde
el principio quedó claro que los autores que yo sigo (de derecha y ateos: Richard Dawkins, Edward O Wilson,
Steven Pinker) son opuestos
a los autores que mis futuros tutores siguen: Gould, Lewontin, Rose, etc., a
quienes Dawkins llama los sumos sacerdotes de la izquierda.
Mi primer
librito-artículo de Psicología Evolucionista disponible en Amazon en: http://amzn.to/1LDitIq.
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Y es que volvemos al mismo
problema. Al ser izquierdosos niegan la existencia de instintos humanos y eso
está fuera de la realidad. Hasta el 2010 cuando todavía vivíamos en Cali y yo
todavía tenía la intención de hacer doctorado en la Facultad de Humanidades de
Univalle, y no veía estas diferencias políticas como algo no grave, pues
precisamente esa es la idea, que haya placentera y pacífica polémica para los
unos enriquecernos con los saberes de los demás. Pero me di cuenta que mi
futuro tutor, no solo no me iba a respaldar, sino que era capaz de hacerme
quedar mal ante los jurados y demás profesores. Afortunadamente ahora estoy terminando un doctorado virtual en la Atlantic International University con el tema de la evolución de las condiciones del gradiente bipolar, relacionándolo con la psicología evolucionista por medio de la medicina Darwiniana. Entonces parece que me estoy pudiendo sacar la espinita de no haber hecho doctorado en filosfoía en Cali-Colombia, ciudad de donde huimos pues era más importante la
salud de mi mamá, quien estaba muy sola en Cali pues todos nuestros familiares
están acá en Ibagué. Recuerdo mucho la charla que le di a los estudiantes de
posgrado en filosofía llamada “Biologíadel Comportamiento” la cual no
le gustó nada al profesor que iba a ser mi tutor, y yo de antemano sabía que
era la última charla que iba a dar en Univalle.
A raíz de esa publicación en
la Revista de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, un
profesor de la Universidad Nacional de Colombia me comentó que porque no
empezaba a estudiar psicología evolucionista. Mientras me acomodaba en Ibagué y
todas estas cosas, no pude explorar esa sugerencia en serio. Pero cuando me
empecé a empapar de lo que era psicología evolucionista (verlo poco que he aprendido sobre la misma),
“vi la luz”. Así decimos cuando uno encuentra por fin su línea de investigación
para toda su vida. Por mi retardo mental en cuanto al desarrollo de mi
inteligencia social-emocional, vi la luz muy tarde, cuando ya estaba viviendo
en Ibagué, ciudad en la cual ahora me siento muy amañado. Pero de haber visto
la luz antes de irme de Cali, probablemente ahora estaría terminando mi
doctorado en el instituto de Psicología de Univalle. Pero eso es algo sobre lo
cual estoy fantaseando en este libro autobiográfico-ucrónico que estoy
terminando. De hecho, la planilla del plan de estudios de este doctorado, me ha
servido como estructura para relatar la parte ficticia del libro. Y el
personaje obviamente está haciendo un trabajo sobre Psicología Evolucionista,
más exactamente dentro de una división de la misma que se llama Medicina
Darwiniana. Puse a Álvaro-Andrés Gutierrez-Osorio (mi papá decía que de tener
otro niño le pondría Alvaro-Andrés pues él se llamaba Alvaro Duque Donoso;
debería haberse llamado Alvaro Duque Gutiérrez, pero su abuelita, quien lo crío
le puso de segundo apellido el suyo: Donosi), es el nombre de mi alter ego,
quien profundizará en algo que ya se sabe. Que las entidades propias del
gradiente afectivo bipolar surgieron como sobre adaptaciones a veranos muy
cortos (durante los cuales había que estar muy activo para cazar y recolectar
la mayor cantidad de recursos posibles) e inviernos muy largos (donde había que
quedarse quieto para no malgastar energía en un ambiente que lo único que
ofrece es agua congelada) propios de las glaciaciones del pleistoceno. Sobre
esto ya hay un par de artículos escritos. Pero la idea
es que el personaje ahonde en esta posibilidad y la complemente con datos
epidemiológico-moleculares pues para mi es claro que la bipolaridad es típica
de gente de ascendencia judeo-árabe, cuyos representantes en Colombia somos las
personas de que pertenecemos a la etnia Paisa (los típicos cafeteros de
Colombia). De hecho, hay un pueblo paisa (Aranzazu) donde el 25% de la
población es indígena. Entonces, aunque en la novela que estoy escribiendo
actualmente (mi libro autobiográfico-ucrónico) no estoy ahondando mucho sobre
todo esta parte científica de la evolución, genética y epidemiología de los
trastornos afectivo-bipolares, sí que lo voy a hacer cuando en unos años haga
otro libro que tengo planeado que se va a llamar “Mi Bipolaridad” que es uno de
los libros 15 libros que voy a escribir y publicar en Amazon en el futuro.
Mejor dicho es que los aproximadamente 40 años que me quedan de vida (tengo 41)
no son suficientes (ver entrada sobre lo poco que me queda devida) para aprender y escribir sobre todos los temas que quiero cubrir.
Entonces para ya ir
concluyendo esta egocéntrica entrada, si usted es bipolar, no rechace el
tratamiento farmacológico. Tengo en cuenta que droga es algo muy diferente a
fármaco. Probablemente tenga que experimentar, con la ayuda de su médico, cual
es el “cocktail” que más le conviene. Yo estoy medicado desde los 14 años. Pero
en los últimos 10, por medio de ensayo error, y llevando registros en mi
bitácora privada, logré estandarizar una farmacoterapia que es perfecta para
mí. Una vez logrado esto va a poder prosperar (y no necesariamente progresar)
de muchas formas. Y una de esas es la escritura. Así usted no esté interesado
en hacer una carrera como escritor aficionado como es mi caso, escriba en un
diario, o en Word (yo lo hago en una bitácora en Access) todos sus rayes,
conflictos, rabias, etc. Solo con escribirlo uno se libera. Esta es una forma
gratuita y muy eficiente de aplicar la técnica psicoanálitica de libre
asociación. Entonces con farmacoterapia y psicoterapia en forma de escritura
privada ya tiene dos de los tres pilares necesarios para tratar de forma
exitosa una condición como la bipolaridad. El tercer pilar se llama
psicoeducación y consiste en aprender todo lo que pueda sobre su condición pues
entre más sepa de la misma, mejor va a entenderse y manejará mejor su
bipolaridad o cualquiera que sea su condición mental. De la Asociación Colombiana de Bipolares me
llegó la otra vez un mensaje que decía que los bipolares somos como aviones
hércules. Tenemos mucha más capacidad (para almacenar, procesar y relacionar
datos) que un avión normal pero tenemos mucha menos maniobrabilidad pues cuando
nos aceleramos (hipomanías o manías) es difícil pararnos. Al contrario, cuando
estamos parados (depresión) es difícil que cojamos una velocidad adecuada.
Fuera de eso no podemos hacer maniobras como trasnochar mucho, consumir drogas
como el alcohol o la nicotina pues cuando nos descuadramos en cuanto a
nuestro sueño y ánimo es difícil volvernos a configurar.
Gracias por leer una entrada
tan egocéntrica como son la mayoría de mis artículos en este, mi blog.