enero 26, 2016
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Sobre el dinero, la religión y el sentido de la vida

En esta entrada resulté mezclando el hecho de que ya me llegó la edad de ganar dinero en serio, con el sentido de la vida, y la religión, fenómeno que, desde mi ateo punto de vista, me llama mucho la atención. Hablo sobre fantasías, en el sentido de que haría si me gano el baloto o un súper-baloto en EUA, y como a muchas personas el tener sus necesidades materiales cubiertas le restan sentido a la vida. Después de mis 30s, cuando tuve que superar una crisis existencial muy tenaz y después la muerte de mi papá, mi vida ahora en mis 40s tiene mucho sentido, pues siempre tendré el reto de aprender cosas nuevas, así mis fantasías materiales lleguen a cristalizarse totalmente. Uno de los tantos retos intelectuales que tengo es crear una filosofía-religionoide compatible con la ciencia, sobre lo cual al menos haré un libro, cuando tenga unos 50 o 60 años, edad en la cual el desarrollo de las estructuras religiosas del cerebro se hace sentir.


Hoy tengo tiempo de bloguear pero no sé exactamente de qué. Me leí mi última entrada y sigo en el mismo cuento. Hacer cosas que den dinero. Ya firmé contrato con Educaustralia, la agencia de un amigo en Cali (Carlos Arévalo) que se encarga de ayudarle a jóvenes a ir a estudiar y trabajar legalmente en Australia, Nueva Zelanda y otros países anglosajones. Y aunque todavía me falta el entrenamiento, desde ya empiezo a promoverme como representante de dicha agencia en Ibagué. Estoy muy contento con este nuevo trabajo.

Sigo ofreciendo mis servicios como editor, traductor, etc., para ayudar a otros investigadores a sacar sus publicaciones adelante. Ya me cayó mi primer trabajo del año y espero que me caigan más pues necesito recuperar ASAP (As soon as possible) la plata que me dejé tumbar desde Ucrania (ver entrada sobre donde cuento como me dejé tumbar de fácil).

Y este año estoy que termino mi primer libro real, al menos en longitud, para ser publicado en Amazon, lo cual ya ha demostrado ser muy divertido y lucrativo.

¿Pero qué pasaría si me ganara el baloto aquí en Colombia? ¿Perdería mi vida sentido? Creo que no pues seguiría interesado en leer y escribir, y seguramente utilizaría ese dinero para buenas obras y fundaría una especie de centro cultural o escuela de artes aquí en Ibagué, sobre lo cual seguramente escribiré un cuento más adelante pues me gusta mucho fantasear sobre realidades alternas. Pero el baloto no me alcanzaría para llevar a la realidad una fantasía que tengo hace tiempos: comprarme una nave para vivir en un crucero y darle la vuelta al mundo por el resto de mi vida. Mi subgénero favorito dentro de la ciencia ficción es opera espacial. Todo lo que tiene que ver planetas, naves, etc. Y aunque está planeado por parte de algunas compañías futuristas, creo que todavía no es común ir a turistear al espacio. Entonces me tocaría conformarme con una nave acuática que le dé la vuelta al mundo.


Me sueño con mi propio barco, en el cual tendría mi propia súper-habitación lo cual me permitiría conocer muchos lugares del mundo sin cambiar de cama, lo cual es muy importante para un bipolar como yo, pues mi condición me produce problemas de sueño y es difícil para mí adaptarme a diferentes camas en poco tiempo. El típico tour flash por Europa no me serviría a mí. Mis vacaciones favoritas han sido los dos cruceros que hecho en el caribe. Es buenísimo porque conoce uno varias islas, sean estados y/o colonias, en poco tiempo y sin cambiar de cama. Entonces mi sueño es tener mi propio crucero. Pero esto requería ganarme un súper-loto en EUA, y creo que hasta me quedaría corto. Mi crucero obviamente tendría que mantenerse solo, por lo cual tendría que tener turistas que pagaran por hacer viajes en mi nave. Y esto, a la vez de proporcionar dinero para la manutención de mi barco, me permitiría conocer gente bacana de todo el mundo. Esto sería lo máximo. Y obviamente podría seguir reciclando información, en el sentido de que seguiría leyendo, escribiendo, y publicando pues obviamente tendría conexión a internet todo el tiempo. Esto me hace acordar de la nave del capitán Nemo en la película de la “Liga de Caballeros fantásticos”. Además ser una nave turística también sería una nave de investigación. Haríamos, entre otros, estudios oceanográficos, de biología marina, etc. Me imagino haciendo tours a las islas galápagos en donde Darwin obtuvo su inspiración para más adelante converger con Wallace en la que ahora debería ser llamada la ley de “Evolución por selección natural”. Invitaría a científicos destacados a darle conferencia a mis pasajeros, etc. Sería divertidísimo.

Entonces es claro que ganarme un loto o un súper-loto no le quitaría sentido a mi vida, pues igual seguiría haciendo aquello para lo cual fui programado genética y culturalmente: estudiar. Simplemente lo haría con las mejores herramientas para investigar que el dinero podría proporcionar. Y además, en mis 30s pasé por un trance de salud cuasi-mortal (2002-2004) y la muerte de mi papá (2007), todo lo cual  produjo tremenda crisis, la cual una vez superada (2012) me dejó existencialmente definido, amando la vida y con ganas de hacer y aprender muchas cosas. Entonces aunque me encantaría vivir en mi propia nave, para seguir haciendo lo que hago, solo necesito un computador con acceso a internet. Al final no es imperante viajar pues, como se ve en la siguiente figura, los nerdos-ñonos nos conformamos con viajes mentales:

Esta figura básicamente lo que dice es que los académicos (y yo agregaría que los intelectuales) no necesitan vacaciones por que todos los días sus mentes viajan al límite más lejando del conocimiento humano, se regodean bajo el sol de la sabiduría acumulada, etc. Y el entrevistador pregunta que como eso relajante. A lo cual el académico responde: “se llama egoturismo”.


Pero he conocido aquí en Ibagué a amigos que tienen sus necesidades materiales satisfechas por lo cual casi sienten que su vida no tiene sentido. Es lógico, como cualquier animal, estamos programados para luchar, para huir de predadores, para cazar presas, etc. Entonces se necesita el reto. De esto he hablado suficiente, pero dado que los extremos se juntan, estar súper-ocupado y estar completamente desocupado es igual de estresante. La idea es tener un grado de ocupación medio, de acuerdo a las capacidades e intereses de cada persona. Yo pienso que para tener trabajo solo se necesita un computador con acceso a internet. La parte un poco complicada es que ese trabajo de dinero. Aunque he visto que pululan los sitios en internet que lo invitan a uno a ganar dinero trabajando desde su casa. Y he ahí paso a algo sobre lo cual debemos empezar a cambiar la mentalidad de la gente. Trabajo no solo es laborar en un lugar fuera de la casa de uno, de acuerdo al indicador hora-culo-silla. El tele-trabajo y en general el trabajar desde la casa es el futuro. El problema es que un país atrasado como Colombia, apenas estamos entrando en esa moda. De hecho le toca a uno defender su tiempo con un poco de vehemencia pues los horarios de trabajo en la casa todavía no son del todo respetados. Pero trabajar en la casa, como freelance (algo así como un contratista externo libre) es ideal para un bipolar como yo. Entonces el tener mis necesidades materiales satisfechas (y soy materialista) no implica que mi vida ya no tiene sentido. Hay tantas cosas que aprender y sobre las cuales escribir que antes siento que el tiempo no me alcanza para todo lo que quisiera hacer. Entonces si usted tiene sus necesidades materiales cubiertas, dedíquese a explorar el internet, aprender cosas nuevas. No se preocupe todavía por el dinero. Llegará el tiempo que encuentre algo que hacer en internet que le guste y le de dinero. Toca pasar por una fase “juguetona”, en el sentido de que le va tomar tiempo encontrar algo que realmente le guste y produzca dinero. Yo ya pasé por esa fase juguetona y es obvio que mi camino es seguir escribiendo, máxime ahora que encontré el lugar perfecto donde publicar: Amazon, donde a uno le dan muy buenas regalías, no le quitan a uno los derechos de autor, y uno es su propio editor,  por lo cual uno es su propio jefe. Tengo muchas ganas de terminar mi primer libro real (longitud de unas 300 páginas) para ser publicado a finales de este año, para ver cómo se comporta en Amazon, en cuanto a acogida y lucro.

En todo caso llegó la hora de monetarizar toda la basura que tengo acumulada en mi cerebro. Además de lo ya nombrado, me gustaría también armar tertulias para exponer temas bacanos y de forma sencilla y amena, a públicos que por sus ocupaciones, no tengan el tiempo que yo tengo para estudiar.  Lo he intentado hacer varias veces pero no logro cristalizar esta idea.

Hablando de encontrar sentido a la vida, y hacer cosas que den plata, hace rato me está rondando la idea, que al menos llevaré a un libro, de fundar una especie de filosofía-religionoide compatible con la ciencia. Hemos estado discutiendo esto con amigos literatos de mi círculo inmediato aquí en Ibagué (cinisofistas-psychopigs), y esa es una idea que también podría producir dinero. Las religiones son un súper-negocio multinivel y además no pagan impuestos. Son pirámides en las cuales los fundadores llenan sus bolsillos con la plata que les cobran a los feligreses. Una vez la pirámide está saturada, entonces se funda una nueva secta o sucursal, o lo que sea. Yo odio el mercadeo multinivel y obviamente no le cobraría a la gente por repetir lo que está escrito en un solo libro: la biblia. La idea sería formar una especie de logia-filosofía-religionoide en la cual se pueda articular la idea de las tertulias y cobrarle a la audiencia, repito, por exponerles temas bacanos, en lo cual ciertamente no nos quedaríamos cortos con los otros nerdos que andan conmigo.

Como parte de mis ensayos en cuanto a escribir y divulgar ideas alrededor de esta idea de formar la nombrada organización, o al menos el tener interés sobre el tema de la religión desde mi perspectiva atea, y desde el punto de vista Evolucionista y neuroteológico, la otra vez hice una entrada donde empecé con la idea de jugar a crear una religión y resulté narrando una pequeña experiencia religiosa que tuve la última vez que fui a Nueva York (verano de 2004: ver entrada). Manejaba el término “Panteísmo Cuántico” como posible nombre de este borrador de religionoide. Pero ahora entiendo que ese nombre no es adecuado por un número de razones. El término panteísmo está bien pues el mismo hace alusión a lo que Richard Dawkins llama en su libro “El espejismo de dios” como una forma de ateísmo acicalado. Yo podría ser panteísta pues, según el mencionado autor, el panteísta puede ver a la naturaleza como un todo (algunos físicos lo llaman dios) pero sin que haya encima de ella ningún ente sobre-natural. Pan significa todo y teo dios. Entonces, en pocas palabras, el panteísta equipara a toda la naturaleza como un dios, encima de la cual no hay entes sobrenaturales. Yo puedo creer en eso pues para mí sobre la naturaleza no hay nada. En el citado libro de Dawkins, este autor (que es mejor filósofo que el biólogo que oficialmente es) le pide el favor, sobre todo a los físicos, que dejen de estar llamando dios a la naturaleza, cuando en realidad no creen en nada sobrenatural. Esto me hace acordar de Sheldon Cooper, protagonista de la comedia situacional de “The big bang theory”, donde este personaje es un físico teórico superdotado y él dice que su trabajo es algo así “como quitarle la máscara a dios”, en el sentido de la idea es develar las leyes básicas con la cuales funciona la naturaleza.

Eso me lleva al otro término “cuántico”. Me estoy leyendo un libro viejito (finales de los 1990s) que con mucho cariño me regalaron mis tíos de Nueva York (Juancho y Laura) sobre física del autor Lee Smolin llamado “The LIfe of the Cosmos” (la vida del cosmos). Me lo estoy leyendo por hacer la tarea, pues no me gusta dejar un libro a medio leer, pero la verdad solo estoy entiendo lo general del mismo. A diferencia de la biología, en la cual tenemos una ley unificadora como lo es la teoría de evolución por selección natural de Darwin y Wallace, la física no tiene una teoría unificadora, pues no se ha podido elaborar una teoría que unifique lo realmente pequeño (lo cuántico, partículas subatómicas), con lo macro, como lo es la gravedad y la relatividad, que funcionan a nivel astronómico. No se ha podido llegar a una teoría de gravedad cuántica. Hay avances, pero todavía están lejos. Una de las cosas que aprendí es que el universo funciona con base en cuatro fuerzas:

1. La gravedad

2. El electromagnetismo

3. La fuerza nuclear débil

5. La fuerza nuclear fuerte

Se ha podido unificar en una teoría las últimas tres pero no se ha podido integrar la gravedad. Hay básicamente dos enfoques:

– Los que creen que todo está hecho con base en quarks, que serían lo más pequeño a lo cual de lo cual está hecho las demás partículas (atomismo de la filosofía Griega)

– La teoría de cuerdas, donde, si no entendí mal, se idearon unas estructuras unidimensionales (las cuerdas) que estarían moviendo todo tras bambalinas.

Entonces hay como dos parches que están compitiendo por llegar a una teoría unificada de campo para la física. Esto me hace acordar otra vez de la mencionada comedia (The Big Bang Theory) en la cual la enemiga de Sheldon Cooper, la física Leslie Winkle, se ennovia con el compañero de apartamento de Cooper, Leonard y gracias a Sheldon, se dan cuenta que Leslie está con el parche “Quark” y Leonard con el parche “teoría de cuerdas”. Entonces Leslie le dice a Leonard:

– ¿Cómo vamos a criar a nuestros hijos?

Y Leonard le contesta:

– Pues dejemos que cuando sean grandes escojan una teoría o la otra.

Y por esta simple razón Leslie le termina a Leonard.

La teoría de cuerdas casi que logra unificar lo cuántico con lo gravitacional, pero tiene varios problemas. Entre otros, que sus matemáticas predicen un universo en el cual hay unas 26 dimensiones. Después se le agregó otra teoría que redujo el número de dimensiones a nueve, y se inventaron el enrollamiento de las seis que sobran en micro-dimensiones para quedarnos con las tres dimensiones espaciales (no sé dónde quedaría la cuarta dimensión: el tiempo). El problema es que hay miles de formas de enrollar las dimensiones que sobran.

Eso es a grandes rasgos, lo que he entendido hasta ahora del 25% que llevo leído de dicho libro. Entonces sí, a nivel cuántico suceden muchas cosas locas, como viajes en el tiempo, conversión de un tipo de partícula en otra, acoplamiento de partículas que pueden estar muy alejadas, etc. Pero meter estos fenómenos en una religionoide sería darles estatus sobre-natural, y no estaría haciendo nada diferente a lo que hicieron la gente de “What the bleep do we know”, liderada por una especie de profeta que es la portavoz en la tierra de un ser sobrenatural llamado Ramtha. Básicamente lo que hicieron fue integrar esta mentira, perdón, el mito, darle estatus sobrenatural a lo cuántico y mezclar todo eso con nociones de superación personal y programación neurolingüística y estas cosas. Esa no es mi idea. No quiero meterle mitos ni leyendas a mi filosofía-religionoide.

Tengo que estudiar más a ver qué es lo que quiero en realidad. Pero que escribo un libro sobre religión, lo escribo, así me demore varios años para empezarlo, pues tengo proyectado escribir unos 16 libros en los próximos años. Cuando estaba haciendo mi maestría en ciencias básicas médicas en la Universidad el Valle sede San Fernando en Cali-Colombia, vimos un curso de método científico, que en realidad era un curso de epidemiología básico; el profesor, el Dr. Carrasquilla dijo algo que me quedó sonando:

– A usted le deben sobrar las ideas de investigación, o sino está haciendo algo que no es para usted.

Estamos hablando de año 2003 o algo así. Pues resulta que cuando terminé materias, me tomó un año (2004) encontrar un problema de investigación. Obviamente las Ciencias Básicas Médicas no eran lo mío. Pero ahora que puedo leer y escribir sobre lo que se me dé la gana, cuando se me dé la gana, me sobran las ideas de investigación. Eso es un indicativo que, como escritor aficionado freelance, si estoy en lo mío. Yo creo que ese libro sobre Religión, lo iré escribiendo alrededor de mis 50s o 60s que es cuando a las estructuras “religiosas” del cerebro se les empieza a ver su desarrollo. Pero para ese libro, repito, hay que estudiar mucho.

Hay que estudiar mejor las ideas religiosas de Einstein, por ejemplo, quién, al contrario de lo que cree la gente, no creía en entes sobrenaturales. Cuando él decía cosas como:

– Dios no juega a los dados.

En realidad estaba diciendo que la naturaleza no juega a los dados, de lo cual se concluye que era panteísta. Él decía algo más interesante todavía:

“El budismo tiene las características que se han de esperar de una religión cósmica del futuro: trasciende a un dios personal, evita los dogmas y la teología, cubre lo natural y lo espiritual, y además es la única religión capaz de ser compatible con la ciencia (ver enunciado completo haciendo click aquí)”.

Hay que leer la charla completa correspondiente al vínculo anterior que se llama “Talk: Buddhismand science”. Partiendo de fuentes como esa y de las ideas sobre la religión del biólogo más importante del mundo en estos momentos, Richard Dawkins, y de ideas como aquellas de la neuroteología (el cerebro tiene estructuras religiosas que evolucionaron por selección, lo cual toco superficialmente en un artículo publicado en la revista divulgativa de la ACAC: “Evolución y Neurobiología de las Experiencias Místico-Religiosas”) y estudiando mejor el budismo y lo que yo entiendo que es uno de sus derivados: la meditación Zen, se puede llegar algo. Ahora entiendo porque uno de mis profesores en mi pregrado en Biología, Manuel Giraldo, hablaba bien de la meditación Zen. Todo eso hay que estudiarlo mejor.

Entonces algunos encuentran el sentido de su vida en la producción de dinero (cosa de la cual no disiento), reproducción de humanos (cosa con la cual estoy totalmente en contra), otros en la Ciencia, arte e intelectualidad en general (en donde yo encuentro el sentido para mi vida). Pero como decía Goethe:

“A aquellos que no tienen acceso al arte ni a la ciencia, déjelos tener religión”.

De lo cual se concluye que la mayoría de gente en el mundo debe tener alguna fe en entes sobrenaturales, que obviamente no existen. Ojalá la mayoría de gente no tenga que pasar por una experiencia cuasimortal, como me tocó a mí, para apreciar la vida actual (no esperar a disfrutar una supuesta vida más allá de la muerte), como lo dice Rubén Blades en su canción Maestra Vida. La idea es aprender en cabeza ajena y darse cuenta que encontrarle un sentido a la vida es relativamente fácil. Ahora con Internet tenemos acceso a información prácticamente infinita y para cualquier gusto e incluso para ganar dinero on-line, pues estoy viendo que para la mayoría de gente (incluyéndome a mi) en nuestro sistema capitalista, parte integral del sentido de la vida es ganar dinero.



Muchas gracias por leerme.
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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

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