noviembre 25, 2017
Álvaro Duque-Donoso. MVz., anécdotas cómicas, Bitácora Personal, Décimo aniversario de su muerte, siempre dolerá su ausencia

Conmemoración del décimo aniversario de la muerte de mi Padre Álvaro Duque Donoso MVz

Este es un pequeño homenaje que le hago a mi papá justo cuando se cumplen 10 años de su muerte. Hablo sobre el hecho de que siempre tendré un dolorcito basal por su ausencia, así el grueso del duelo se haya superado ya. También recuerdo un par de anécdotas cómicas pues mi padre era muy chistoso. Entonces este resultó ser un artículo tragicomédico.

Mi papá murió el 26-Nov-2007 en Cali-Colombia. Todavía no me acostumbro a su ausencia y a veces siento que no he superado el duelo del todo, y quizás nunca lo lograré cabalmente. Este año, y aunque he mejorado en los últimos meses, he estado muy maluco del sueño. Es normal que a nosotros los bipolares nos moleste el sueño pero no tanto. Yo creo que este insomnio parcial y en remisión tiene que ver con el hecho de que se está conmemorando el décimo aniversario de la muerte de mi papá. Murió de cáncer hepático metastásico. Mi papá no fumaba ni tomaba. Le atribuimos la aparición de este cáncer a varias cosas como por ejemplo la desmedida pasión que le ponía a su trabajo. Pero creemos que la principal causa fue hipocondriaca. En los 2000s unos dos colegas suyos habían muerto de cáncer de próstata y esto lo obsesionó a hacerse exámenes e incluso se hizo una cirugía en está glándula que no era necesaria. Se obsesionó y se sugestionó en cuanto a un cáncer y la mente es poderosa.

Recuerdo como si fuera ayer que a mediados del 2007 estaba yo departiendo con unos amigos de teatro de Univalle en Unicentro en Cali cuando mi mamá me llamó urgente para que fuéramos a recoger al aeropuerto a mi papá quien venía muy maluco desde Bogotá. Nos fuimos directo para la clínica Imbanaco y lo internaron. Había perdido bastante peso y estaba ictérico, amarillo. Esa noche fue estresante pero yo no tenía ni idea lo que seguía. Después de dejarlo internado me fui para donde una amiga para relajarme. Al otro día por la tarde el diagnóstico estaba confirmado: cáncer hepático metastásico lo cual quiere decir que el tumor primario estaba en otro órgano. Por eso no se le pudo hacer trasplante de hígado pues para que el paciente no rechace el órgano trasplantado hay que inmunosuprimirlo y esto haría que el tumor primario, que nunca fue encontrado, se saliera de control. Nos dijeron que le quedaban a mi papá unos cinco meses de vida. Yo la estaba cogiendo suave con la culminación de mi maestría pero apenas supe esto me puse las pilas y logré que mi papá me viera graduado un mes antes de morir.

El 26-Nov-2017 fue el desenlace fatal cuando después de varios meses de estar padeciendo esta enfermedad, finalmente descansó en paz. Al velorio fueron muchos veterinarios avícolas de toda Colombia, familiares y amigos. Ese día pensamos que íbamos a estar súper acompañados pues había mucha gente en las honras fúnebres. Pero la verdad fue que después del entierro todo el mundo se abrió y la soledad poco a poco se apoderaba de mi mamá y yo, hasta que en 2010 tomamos la decisión de venirnos para Ibagué para estar en contacto con nuestros familiares y no estar tan solos. Aquí en Ibagué logramos superar el duelo pero siempre quedará el sabor de la ausencia de mi papá.

Para mí, el año más duro del duelo fue el 2009 cuando me dio una crisis mixta (mezcla el insomnio de lo hipomanía con la tristeza de la depresión) que me duró varios meses y que requirió la toma muchos fármacos para dormir aunque fuera un poco cada noche. Ahora estoy mucho mejor de mi condición bipolar, este año he tenido una réplica menor pues como ya lo comenté, he estado un poco maluco del sueño. Por eso digo que a lo mejor se supera lo duro del duelo pero siempre queda un dolorcito basal.

Pero sé que lo duro ya pasó pues puedo recordar a mi papá con humor. Él era muy chistoso. Envidio el hecho de que mantenía como subidito de ánimo pero el llegar la hora de dormir solo era que pusiera la cabeza en la almohada y de una se dormía, incluso en medio de una oración en cuanto algo que uno le estuviese contando. Alrededor del año 2005 por ejemplo, estaba haciendo un crucigrama con mi mamá en su cama. Mi papá, con la cara mirando hacia el crucigrama, se fijó en una pregunta y aparentemente estaba concentradísimo pensando en la respuesta. Después de un ratico mi mamá lo miró desde abajo y estaba dormido con la cabeza colgante arriba del crucigrama. Tenía un poco de narcolepsia creo yo. Qué envidia, repito, no haberle heredado esa capacidad para dormirse tan rápido. Pero entonces no sería yo bipolar y no tendría yo una vida relajada dedicada a leer y escribir.

Pero cuando estaba despierto no podía pensar en nada diferente a trabajar. Mi mamá la hablaba y le decía que iba a hacer tal o cual cambio en la casa y su típica respuesta era:

– Mi amor, este apartamento es tuyo, puedes hacer con él lo que quieras.

Era su amable y romántica forma de decir:

– Déjenme trabajar tranquilo.

Y no podía verlo a uno desocupado. Si me veía desocupado me preguntaba cosas tipo:

– Cómo estas en inmunoglobulinas en avicultura

– Pues ni idea Pa’.

– Ya me entendiste

Y me tocaba ponerme a bajarle artículos sobre el tema y hacerle un informe. Hacia el 2006 estaba yo con Vanesa, mi última novia en Cali, en mi estudio. Estábamos charlando y viendo TV y llegó mi papá preguntando:

– Qué están haciendo

Yo rápidamente puse en mi computador una filogenia y le dije que estaba yo trabajando en mi tesis de maestría. Se dirigió a Vanesa y le dijo:

– ¿Y usted niña no está haciendo nada? Ah ya le soluciono ese problema mamita.

Y le puso en los muslos un computador portátil y le dijo:

– Me va pasando estas cartas que tengo esbozadas a mano.

Se fue mi papá y me preguntó Vanesa:

– Y ahora qué hago

– Pues ponete a trabajar

– Y tu porque no pones a trabajar

– Porque yo no me dejé pescar sin estar haciendo nada

Cuanto daría ahora por tenerlo vivo así me llenara de chicharrones y demás cosas para hacer. Por eso si usted tiene sus padres vivos, no les peleé, téngales paciencia y lléveles la idea, que en menos de nada los pierde uno y después uno se arrepiente por no haberles dado gusto. Fueron muchas las peleas inútiles que tuve con mi papá cuando era yo adolescente y ahora me arrepiento. Ya en los últimos años los dos nos habíamos calmado mucho y teníamos unas discusiones muy interesantes que ahora extraño mucho. O jugábamos a que estábamos peleando. Un día yo hablé un poco duro y me dijo:

– Vea, me asusto al perrito

– Es que yo hablo como varón

Y puntualizó:

– Entonces yo soy el marica de la casa pues

Y todo el tiempo era molestando y haciendo chistes y estas cosas.

Durante el último año de su vida estuvo trabajando para una compañía farmacéutica veterinaria llamada DQSA, donde tenía el puesto ideal para él pues no le tocaba hacer ventas sino solamente tenía que ver con el soporte médico avícola a los clientes. Entonces nos compramos un apartamentico en hayuelos en Bogotá para que le quedara cerca de su trabajo en Fontibón donde era la sede principal de dicha empresa, donde por cierto, su dueño, Ivo Ramírez, se portó muy bien con mi papá y nosotros. Entonces a veces estábamos en Cali y otras veces en Bogotá. Mi papá era comprador compulsivo especialmente de herramienta. Cuando estábamos instalando el apartamentico nuevo en Bogotá, mi mamá necesitaba colgar algo y se le escapó decir:

– Hace falta una broca para cemento.

Y mi papá de una dijo:

– Vámonos ya para home-center a comprarla

Y mi mamá le dijo:

– Tranquilo que tenemos muchas brocas, ya encontraré una que me sirva.

Y mi papá reaccionó literalmente halándose los pelos de la cabeza:

– Pero por qué no me dejan ir a home center a comprar una broca!!!!

Nos quedamos mirándolo como en actitud de preguntar – que estás haciendo!! – y mi papá me miró y yo creo que pensó – le estoy dando mal ejemplo a mi hijo – y se calmó. Eso fue muy chistoso.

Esas y tantas anécdotas más serán inolvidables. A veces me pregunto qué sería de nosotros si mi papá todavía estuviese vivo. De pronto de todos modos nos hubiésemos venido a vivir a Ibagué pues la mayoría de sus colegas y familiares están aquí. Yo creo que hubiese llegado a validar su maestría en avicultura en la Universidad del Tolima y ya jubilado se hubiese dedicado a la docencia y darles asesoría privada a avicultores. O a lo mejor todavía estuviese trabajando en Bogotá y se vendría los fines de semana para Ibagué. En nuestra realidad actual estamos bien pero no puedo evitar pensar que donde mi papá estuviese vivo estaríamos pasándola delicioso y las relaciones públicas de la casa serían mucho más nutridas pues él era el encargado de ese departamento.

Yo soy ateo o más exactamente agnóstico fuerte pues dado que el cerebro tiene estructuras religiosas que también evolucionaron por selección natural, es imposible ser 100 % ateo por más que uno se esfuerce. Eso es tema de un libro sobre religión que pienso escribir con mi hermana varios años en el futuro entonces no voy a dañar la sorpresa aquí. Pero lo que quiero decir es que me gusta pensar, en medio de un cuento NO SOBRE-NATURAL (para que sea compatible con mi ateísmo) que la energía residual de mi papá, está ubicada en alguna de esas micro-dimensiones que predicen esas teorías cuánticas locas de la actualidad. Y me gusta pensar que esa energía residual, en medio de sus limitaciones, nos está ayudando y cuidando, y probablemente mi energía residual, cuando yo muera, se encontrará con mis ancestros que ya no existen en este plano de existencia. Me consuela pensar todo esto, pero siempre consciente que lo más probable y racional es que uno desaparece del todo cuando muere. Pero el atisbo de cuento cuántico que deje entrever, repito, me consuela y me ayuda a seguir adelante en momentos duros, como este año en el cual el he perdido mucho el sueño y tengo mi reloj biológico un poco descuadrado.

Si algo queda de mi papá, ojalá, además de ayudarme a mejorarme, esté leyendo este pequeño homenaje que le hago justo cuando se cumplen 10 años de su muerte.

Gracias por leerme.

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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

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