abril 18, 2019
actitud positiva, aumentar la autoestima, desechar el pasado, Louise L Hay, perdonar a nuestros victimarios, pseudociencia, Psicoeducación y Psicoterapia, Superación Personal y Autoayuda

Aprovechando y criticando las ideas del libro “Usted puede sanar su vida” de Louise L Hay

Después de 30 años de estar luchando por mi condición bipolar, llegué a un estado de tanta madurez que ya la ciencia médica no puede hacer más por mí. Por eso empecé a leerme el libro en cuestión para seguirme superando personalmente. Por mi escepticismo científico los libros de superación personal no me habían llamado mucho la atención. Pero ahora que se abre la posibilidad científica de que el cerebro sea un computador cuántico, los libros de autoayuda pueden cobrar relevancia. En el libro reseñado en este artículo se propende por tener una actitud afirmativamente positiva ante los problemas de la vida, para mejorar sobre todo la salud mental. Me gusto el este libro, especialmente en los primeros nueve capítulos. En los siguientes me pongo un poco crítico, pero rescato lo que a mi gusto es de destacar. Yo soy ateo, pero si usted es creyente le sacará mucho más jugo a este libro del que le saqué yo. La historia de vida de la autora es inspiradora, después de lo cual remato sacando algunas conclusiones, dentro de las cuales la recomendación es a leer este libro, quizás con una mente más abierta y menos criticona que la mía.





Introducción
Como lo atestiguan muchos de los artículos que he escrito en este mi blog, soy bipolar. Pero no me estoy quejando. Al contrario. Quiero celebrar que he llegado a un momento del manejo de mi condición en la cual la farmacoterapia no se puede mejorar más y el único síntoma que me queda de mi bipolaridad es que no pude estandarizar una hora de despertada estable. Me puedo despertar en cualquier hora de la madrugada o mañana. Pero ya aprendí a aprovechar productivamente los madrugones y a no castigarme cuando me despierto tarde. Y aunque la ciencia médica ya no puede hacer más por mí que mantenerme estable, yo quiero seguir creciendo como persona. Por eso se me ocurrió reseñar un libro de superación personal. Vamos a ver si hago una seguidilla de reseñas de este y otros temas relacionados como la psicoterapia, psiquiatría y filosofía aplicada la resolución de problemas cotidianos.

Mis padres leyeron muchos libros de superación personal cuando yo era niño y nos enseñaron mucho a mi hermana y a mí. Pero el escepticismo propio de mi formación científica había impedido que yo explorara dicho género literario. Pero en los últimos años cada vez encuentro más artículos científicos que exploran la posibilidad de que el cerebro además de ser un neuro-computador también puede ser un computador cuántico (1). Incluso hay una revista científica que se dedica este tema llamada NeuroQuantology (2). El que diga que entiende la mecánica cuántica o está mintiendo o en realidad no la entiende. Se sale del espectro de este artículo tratar de explicar qué trata esta ciencia, pero baste decir que la mecánica cuántica trata de lo que pasa a nivel de partículas más pequeñas que un átomo o, mejor dicho, partículas subatómicas. En todo caso a este nivel, dichas partículas muestran comportamientos muy locos entre los que se cuenta el estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo (viajes en el tiempo) o estar acopladas sin importar la distancia que las separe, teletransportación, etc. A partir de la mecánica cuántica se habla de universos paralelos y de muchas dimensiones adicionales al espacio cuatridimensional (ancho, largo, alto y tiempo) que habitamos cotidianamente. Entonces si yo creo que el cerebro puede ser un computador cuántico, además de ser miles de veces más poderoso que un neurocomputador, puede hacer cosas extraordinarias que para muchas personas rayarían en lo sobrenatural. Lo que pasa es que no sabemos utilizar los talentos que vendrían de tener cerebros de naturaleza cuántica. Entonces el creer que el cerebro puede ser un computador cuántico es el salto de fe que me hacía falta para encontrarle asidero a las muchas de las cosas fantásticas que se pregonan en el campo de la superación personal y disciplinas afines como la espiritualidad y demás.

Entonces le pregunté a mi madre de los tantos libros de superación personal que se ha leído, con cuál podría empezar yo. Y seguramente viendo que he sido una persona con varios problemas de salud, me recomendó “Usted puede sanar su vida” de Louise Louise L Hay.


Reseña
Este libro, clasificado dentro del movimiento del “nuevo pensamiento”, me gustó mucho hasta el capítulo 9. Después de eso me pongo a criticar y rescatar lo que se pueda. El libro gira alrededor de unas ideas generales que se repiten a lo largo del mismo y que son las siguientes:

– El momento del cambio es ahora. Es el presente. Hay que olvidarse del pasado y concentrarse en el presente. Pensamientos positivos en el presente crearán un buen futuro. Dejar de reprocharse por el pasado y por los errores que cometió en el mismo. Ahora se tiene el poder de cambiar de rumbo.

– Hablando de reprocharse sobre los errores cometidos en el pasado dice que uno debe amarse a sí mismo. Eso es claro y obvio. Explica que para amarse y aceptarse a sí mismo hay que parar de autocriticarse. Esto último no es tan obvio.

– También dice que bajo todas esas cosas negativas que la gente dice de sí misma como no puedo, no soy capaz, soy muy gordo, soy muy flaco, etc., en el fondo lo que pasa es que la persona no se ama así mismo. Y eso no solo pasa con críticas autodestructivas sino también con no lograr objetivos en su vida. No se dan esos logros porque la persona subconscientemente no se siente capaz de lograrlo y eso en el fondo significa que no se ama a sí misma. Habla de un ejercicio que aparentemente es muy simple, pero en realidad es difícil de hacer. Consiste en coger un espejo y decirse a uno mismo algo así como “te amo y te acepto como eres. Eres perfecto”. Cuenta la anécdota de un cliente que al tratar de hacer este ejercicio resultó tirando el espejo hacia el otro lado de la habitación, haciéndolo añicos.

– También habla de cambiar los debería por podría y agrego yo, llevarlos al puedo. En mi caso sería algo así: el “Debería hacer ejercicio” cambiarlo por “podría hacer ejercicio” y de ahí a “puedo hacer ejercicio” y de ahí es más fácil llegar a “voy a hacer ejercicio”. Todo esto suena a juego de palabras, pero es que lo que la autora de este libro nos quiere transmitir, junto con los autores de muchos libros de autoayuda más, y es que somos el resultado de lo que pensamos.


Entonces el infravalorarnos viene del hecho de no amarse a sí mismo. Y eso viene de creencias negativas sobre uno mismo que se han ido acumulando a largo del tiempo y que es necesario limpiar. Hay que entrar a la mente de uno mismo como si fuera una habitación descuidada que necesita limpiarse y organizarse, y es muy importante deshacerse de la basura mental que está haciendo, entre otros perjuicios, que nos infravaloremos. Que no nos amemos. Es como pretender que le guste a una habitación desorganizada, sucia y llena de basura.

Esa basura son creencias que atormentan a la persona y no la dejan crecer personalmente. Y muchas veces vienen de mensajes negativos que los adultos les enviaban cuando era niño como: usted no sirve para nada, usted es un estúpido. Entonces eso, cuando la persona es adulta, crea a la vez baja autoestima y ganas de ser aprobados por su padre, generalmente. Pero como la persona está llena de culpa y resentimiento por esos mensajes negativos que se le inculcaban, entonces no va a lograr nada más que fracasar en los intentos de ser un adulto que llene de orgullo a su padre, pues en el fondo lo que quiere es hacerle pagar por el sufrimiento que le causó cuando era un niño. 

Para empezar a solucionar todo esto, la autora les propone a sus clientes que anoten en una hoja de papel todos los mensajes negativos que recuerda haber recibido, no solo de sus padres, sino de sus maestros y superiores en general, reflexionar sobre los mismos y darse cuenta de que esa es la basura que necesita eliminar de su mente.

Peor aún es que muchas personas se siguen tratando a sí mismos como esos niños que sus superiores insultaban. La autora invita a mirarnos como niños que necesitan amor y mensajes positivos. A no seguirnos insultando y castigando como lo hacían con nosotros cuando éramos infantes. También invita a perdonar a nuestros superiores por esos insultos. Ellos actuaron con las mejores intenciones según el entendimiento y conocimiento que tenían. Al liberarlos a ellos de esa culpa, la persona también se libera y más importante aún, deja de echarles la culpa de sus problemas a sus padres y empieza a ver que no son obstáculos fijos. Empieza a ver que se puede botar toda esa basura mental y toma la responsabilidad de componer ella misma su vida. Esto está en línea con lo razón por la cual Carl Rogers habla más de clientes y no pacientes pues la última acepción da la impresión de que la persona que se está reparando es un elemento pasivo y que el terapeuta debe hacerlo todo (3). Esto no es así. El cliente tiene que poner mucho de su parte para superar sus problemas y en este caso, repito, Louise L Hay invita a que la persona se haga responsable de limpiar su habitación mental empezando por no echarles la culpa a sus padres de sus problemas actuales, así sus insultos y exigencias pasados sean la causa. Perdonar y liberar a sus padres o maestros es hacer lo mismo consigo mismo y eso le abrirá el camino para tomar la responsabilidad de cambiar patrones de pensamiento que antes creía inamovilidades por no haber sido causados por usted. Perdonar a sus padres es dejar de exigirles perfección pasada y futura, y eso evitará muchos conflictos en el presente, pero más importante aún, dejará de exigirse perfección así mismo y eso es liberador pues es imposible ser perfecto. Cuando uno entiende estas cosas uno empieza a aceptarse como es, con defectos y todo, eso lo pone a uno en el camino de amarse a sí mismo, y ese es el argumento central, el consejo principal que nos da la autora en el libro en cuestión.


Y eso también aplica a creencias que aprendemos desde chicos. Si en su niñez de alguna forma le llegó el mensaje repetitivamente de que usted no merece lo que tiene, probablemente cuando sea adulto irá de crisis financiera en crisis financiera porque subconscientemente piensa que no merece tener dinero. Esto viene del hecho de que las cosas son verdaderas o falsas según uno crea que son verdaderas o falsas. Habrá creencias y pensamientos que son útiles para toda la vida, como por ejemplo mirar a ambos lados de una calle antes de cruzarla. Pero habrá otras cosas que eran útiles cuando uno era niño como “no hables con extraños”, idea que probablemente no es adecuada durante la vida adulta. Entonces hay que tener pensamientos que, no solo sean adecuados, sino más importante, que sean positivos y entusiastas. Y debemos interpretar los hechos de la vida de la misma forma, de manera positiva. La autora da el ejemplo de un día de lluvia. Si uno cree que los días de lluvia son grises, lúgubres y tristes, cuando llueva estaremos deprimidos. Pero si yo pienso que los días de lluvia son ideales para recogerse, reflexionar, leer, disfrutar de una bebida caliente, seguramente lo disfrutaré. Todo depende del lente con el que se miren las cosas. Los hechos son simplemente hechos. Depende de nosotros agregarle vídeo emocional positivo o negativo. En otras palabras, es mejor ver el vaso medio lleno y no medio vacío.

Y como lo insiste a lo largo del libro, el momento de cambiar esos pensamientos es ahora. Eso me recuerda “El poder del ahora” de Elkhart Tolle (4). Louise L Hay nos recuerda que el poder en nuestra mente y en nuestro mundo, lo comandamos nosotros. Cada uno es el soberano en su mente, es el que piensa y como tal tiene la capacidad de cambiar patrones de pensamiento negativos identificándolos y eliminándolos. Aquí me parece que a la autora se le va la mano en optimismo pues hay patrones de pensamiento que llevan tanto tiempo siendo reforzados que va a tomar trabajo deshacerse de los mismos. Y eso sin contar con los patrones de pensamiento subconscientes los cuales no son tan fáciles de manejar. Pero el mensaje es valiosísimo y cierto: tenemos la capacidad y más aún la responsabilidad de eliminar esas pautas de pensamientos negativos sin echarle la culpa al medio o nuestros padres, profesores y demás. Y lo que creamos en el presente creará nuestro futuro.

Después empieza a hablar de lo difícil que es cambiar. Incluso para la autora del libro que se está reseñando. Todos querríamos que todo y todos cambiaran para bien a nuestro alrededor sin tener que cambiar uno. Pero la verdad, las cosas funcionan al contrario; primero tiene que cambiar uno en su interior para que la vida cambie para bien. Vuelve a la metáfora de las habitaciones de una casa. Hay que ordenarlas y limpiarlas. Cuando haya una idea que ya no sirva o sea negativa, hay que deshacerse de la misma y reemplazarla por pensamientos positivos. Dice qué hay muchas maneras de cambiar. Pero que todas implican cambiar cuerpo, mente y espíritu. Hay muchos métodos y no importa por qué “habitación” empiece uno pues las demás casi que se organizarán solas. Vamos a ver si organizando mi mente y reemplazando patrones de pensamiento negativos por positivos vuelvo a encontrarle gusto a hacer ejercicio, por ejemplo. Ojalá sea así.

Hay cosas que van a hacer más difíciles de limpiar o botar que otras. Algunas incluso se pueden volver auténticos problemas que causan necesidades como fumar, tomar alcohol, ser abusivo con la pareja, etc. El problema lo podemos hallar nosotros mismos o con la ayuda de un terapeuta. Dice la autora que encontrar el problema es tan difícil como desenredar todo un ovillo de hilo súper-desordenado. Tratar de encontrar y solucionar el problema a la brava, como por ejemplo castigándose así mismo por el mismo solo empeora las cosas. Es como tratar de desenredar el ovillo jalando por ambos extremos. Lo que hace es enredarlo más. Para encontrar su problema debe ser paciente y gentil consigo mismo. Debe desenredar nudo por nudo con mucha paciencia. Cada nudo que desenreda es como si fuera un patrón de pensamiento negativo que elimina. Deshacer cada nudo lo va llevando más cerca del meollo del asunto, más cerca al problema principal. El terapeuta, del tipo que sea, lo puede guiar para facilitar el proceso. Pero viéndolo desde un punto de vista psicoanalítico, el asunto funciona cuando usted mismo descubra el problema. Freud diría que al final el problema tiene que ver con alguna frustración sexual, Louise L Hay probablemente diría que en el fondo es falta de amor propio. Víktor Frankl [autor del hombre en busca de sentido y fundador de la escuela conocida como la logoterapia (5)], de pronto diría que es un problema de cómo enfrenta o interpreta usted lo que lo hace sufrir. Y hay n escuelas psicoterapéuticas que ven diferentes raíces a todos los problemas psicológicos. Pero lo esencial es descubrir el problema principal por sí mismo. Y puede ser algo muy simple. Yo por ejemplo, cuando logré darme cuenta, después de mucho cavilar, que mi búsqueda compulsiva de esposa, tenía que ver con que el componente afectivo de mi condición bipolar me hacía mucho más dependiente del cariño femenino de lo normal, y que al buscar esposa estaba inconscientemente tratando de reemplazar una figura femenina (mi mamá quien muy probablemente morirá antes que yo) por otra, la esposa, pude dejar de fumar por ejemplo, desapareció esa necesidad y se identificó el problema: un miedo casi que patológico a perder a mi mamá. El tabaquismo y la búsqueda compulsiva de esposa los dejé a principios de 2015. Desde entonces solo he tenido un noviazgo corto. Ahora soy un feliz soltero. Pero identificar el problema base, el miedo a perder a mi mamá, tiene un mundo de ramificaciones de todo tipo que todavía las estoy trabajando y me han obligado a cambiar y prepararme para el futuro sin preocuparme por el mismo a la vez.

Pero me extendí mucho en la identificación del problema y sobre todo en mi ejemplo particular. Prosigue Louise L Hay que una vez identificado el problema y llega el momento de cambiar y aparece la resistencia y empiezan a emanar disculpas como: no puedo, es muy tarde para mí, que dirán los demás, eso me sale muy caro, no tengo tiempo, el problema se arreglará solo si me olvido del mismo, y demás cosas por el estilo.


Dice la autora que castigarse o autocriticarse por un patrón de comportamiento erróneo como fumar o ser de mal genio, que al final son causados por el problema en cuestión, no ayuda a mucho. Lo qué hay que hacer es corregir el problema y esto se logra cambiando viejos modelos mentales o patrones de pensamiento, diría yo que patológicos, por modelos y patrones nuevos y sanos. Cada vez que se nos ocurra un pensamiento negativo hay que reemplazarlo por uno positivo. Suena sencillo, pero es difícil. Pero esa es la forma de deshacerse de un problema de fondo. Recalca Louise L Hay que eso se hace con mucha paciencia y con mucho amor hacia sí mismo. Dice la autora que generalmente esas creencias erróneas tienen que ver con la última idea de la oración anterior: falta de amor propio. La persona se puede sentir indigna de recibir cosas buenas en su vida. Y entonces elabora la falsa creencia de que tiene mala suerte o es víctima de una maldición o alguna otra idea errónea. Entonces al final estamos hablando de ideas y las mismas se pueden cambiar con la práctica. Y entre más profundo escarbemos adentro de nuestro interior, vamos a encontrar más ideas erróneas que necesitan ser cambiadas.

Siguiendo con la crítica a la autocrítica, valga la redundancia, la autora dice que uno se autoincrepa, se autoregaña de la misma forma como cuando los adultos lo regañaban a uno cuando uno era un niño. Por mi condición bipolar tuve un toque de genialidad que me permitía sacar buenas calificaciones en el colegio en todas las asignaturas excepto dos: disciplina y deportes. Nunca fui bueno para los deportes exceptuando el racket-ball y la equitación cuando era adolescente. Pero cuando era niño mis padres recibían constantes quejas por mi bajo rendimiento en educación física y por mi falta de disciplina. Muchas veces llegaba tarde al colegio. O si llegaba temprano nunca se sabía de qué ánimo iba a estar y a veces era muy pasivo, pero en otras ocasiones era un diablo. Mi padre, que en paz descanse, era muy exigente y aunque me felicitaba por mis buenas calificaciones me exigía con vehemencia mejorar en deportes y disciplina. Cuando se empezó a manifestar mi súper-Yo Freudiano (que en pocas palabras es el conjunto de normas, preceptos, prejuicios y demás que los padres y la sociedad le programan a uno) cuando estaba llegando a mis 40 años (nací el 11-Jul-1974), me empezó una compulsión por organizar mi horario de sueño y hacer deporte todos los días. Había días que lograba levantarme por la mañana para bajar al gimnasio o la piscina, según estuviese el clima, a hacer deporte una hora larga, y después de almuerzo producía intelectualmente. Hubo varios días que lo lograba, pero las intentonas no duraban más de una semana. Ante el más leve cambio en el ambiente, ya fuera en el clima o por algún trasnocho aparentemente inocuo, o por el más sutil cambio en mi farmacoterapia, el horario se me venía al suelo y se me desordenaba mi vida. Entonces llegaban días donde dormía hasta el mediodía y después me daba pereza levantarme para terminar la jornada autoincrepándome por no haber hecho nada productivo durante el día. O aún peor me pasaba semanas enteras tratando por medio de experimentación y la automedicación de cuadrar mi farmacoterapia para tener el horario de sueño perfecto, que me permitiera tener días de perfecta disciplina. Hasta que me di cuenta que estaba repitiendo las mismas exigencias que mi papá me hacía cuando era niño. Hasta que me liberé de esa parte de mi súper-Yo, estandaricé una farmacoterapia que bien que mal me funciona bien y ahora si me levanto temprano y de ánimo bajo a hacer deporte y después lecto-escribo. Pero si es un día cuya noche anterior dormí mal, algo muy común en nosotros los bipolares, trato de aprovechar el día de la mejor forma que pueda, ya sea leyendo, o viéndome una película, pero ya no me regaño a mí mismo por no tener una disciplina perfecta. Ya acepté que mis noches son irregulares, y la mayoría de las veces me despertaré tarde y solo podré aprovechar la tarde, y esa relajación increíblemente ha mejorado mi productividad. Uno se puede exigir a sí mismo, pero con paciencia y amor, como lo diría Louise L Hay. Yo me sigo exigiendo, pero ya no me autoregaño por no tener días con disciplina perfecta. Pero hay que aclarar algo, máxime si usted amigo lector es bipolar. Si uno es un paciente mental debe hacer, en lo posible las cosas clave del día a la misma hora. Ya di a entender que me despierto a horas diferentes todos los días. Eso no se pudo cuadrar. Pero procuro almorzar, cenar, tomarme mis fármacos y acostarme todos los días a las mismas horas. O sino la vida se le vuelve a uno una melodía estrepitosamente inmanejable. No se trata de hacer lo mismo todos los días, pero sí de hacer las cosas claves a la misma hora, repito. Eso se llama terapia de la interacción y del ritmo social, pero eso da para otro artículo. Volviendo al tema, La próxima vez que le de rabia consigo mismo tenga presente que está tratando mal al niño que lleva adentro. Apruébese y sea bondadoso consigo mismo. Eso es lo que necesita ese niño temeroso que lleva a adentro.

En el capítulo 7, la autora enfatiza en cómo cambiar esos patrones de pensamiento negativos. Dice que les pide a sus clientes algo que ella aconseja mucho y es decirse las cosas mirándose a los ojos a través de un espejo. Les pide a sus clientes, para empezar a cambiar, que se digan así mismos:

“Ahora me doy cuenta que yo he creado esta situación, y estoy dispuesto a cambiar el modelo mental que, en mi consciencia, es responsable de esta situación”.
            
Y les pide a sus clientes que se digan esto varias veces al espejo, con verdadero sentimiento. Que se convenza así mismo que está dispuesto a liberarse de la servidumbre del pasado. El cómo van a funcionar estas palabras que crean pensamientos nuevos y positivos, es problema de su subconsciente. El mismo es como un copiloto que trabaja para usted. La que sí puede producir problemas es la mente pues puede empezar a sacar las nombradas disculpas para resistirse al cambio. Pero entonces ahí hay que volver a recordar que el que está al mando es usted y no su mente. Esta última es como el sistema operativo de un computador que debe trabajar para usted, el usuario y no al revés. Compararnos con computadores ayuda mucho y es la esencia de la psicología cognitiva (6, 7). Su mente lo puede llevar a pensar que es difícil cambiar. Pero si usted toma el mando e impone la idea de que cambiar es fácil, así será en la realidad. Otra vez: uno es el resultado de lo que piensa. No somos víctimas de nuestros pensamientos, somos los amos de los mismos.

Esos patrones de pensamiento negativos casi siempre vienen de experiencias del pasado, como ya se ha esbozado aquí. Hay personas que están paralizadas por el pasado. Puede ser una mala experiencia, o algo que hicieron mal, o una mala jugada que les hizo alguien, o porque fueron heridos entonces ya no pueden disfrutar del amor, o no pueden perdonar a quien los hirió y en general por esas malas experiencias piensan que ya no pueden vivir plenamente el presente. Si nos aferramos al pasado, por más terrible que haya sido, no solo estamos dejando de vivir plenamente el presente, si no que nos estamos haciendo mucho daño. Nos podemos llenar de resentimiento y deseo de venganza contra las personas que nos hirieron y eso es muy perjudicial. Hay que desprenderse para poder volar. Hay que perdonar a las personas que nos hicieron daño y que muy probablemente no son conscientes de ello. Hay que liberarse del pasado. Y se recalca en que el poder sobre nuestro mundo lo tenemos nosotros en el presente, el cual debemos llenar de pensamientos positivos para poder vivir plenamente. Los recuerdos deben quedarse como eso como recuerdos que ya no van acompañados de una carga emocional que nos podría perjudicar en el presente. Son solo recuerdos y ya.


Después nos enseña la autora que tratar de combatir lo negativo es atraerlo más. Si uno se dice: “no quiero ser pobre” seguramente nunca será próspero. Si se dice “no quiero ser gordo” seguramente ganará peso. Y da varios ejemplos de este tipo. Alguna vez leí o mis padres me enseñaron que el subconsciente, que es nuestro copiloto y por lo tanto nos trata de dar gusto en todo lo que puede, no diferencia entre lo negativo y afirmativo, solo se fija en el concepto de una forma neutra. Un ejemplo es decirse a uno mismo: “no voy a perder este examen que es tan importante para mí carrera, no lo voy a perder, no lo voy perder”. El subconsciente solo entiende “perder examen” y seguramente perderá el examen. La forma correcta de darse ánimo dentro de este ejemplo es decirse: “me va a ir muy bien en el examen, sacaré una excelente calificación en el mismo, etc.”. Además de estudiar para el examen, el repetirse estas afirmaciones positivas, hará que le vaya muy bien en su examen y su subconsciente funcionará correctamente en pro de este objetivo. El ejemplo del examen es algo que sucederá en el futuro entonces en este caso funciona bien visualizar un resultado positivo en el futuro para cuando llegue el momento de presentar la prueba. Pero cuando se trata de cambiar algo en el presente, la afirmación positiva debe ser hablada y pensada repetitivamente en tiempo presente, pues el subconsciente es un servidor tan obediente que si usted hace la afirmación en tiempo futuro su subconsciente dejará el deseo siempre para el futuro y nunca llegará a ser una realidad en el presente. Si quiere adelgazar, además de hacer ejercicio y comer balanceadamente, repítase algo como “tengo un cuerpo esbelto”. Al principio ni usted mismo lo creerá, pero conforme lo va repitiendo el subconsciente le ayudará a crear esa realidad impulsándole a por ejemplo hacer ejercicio más eficientemente. Si está aburrido en su trabajo, dígase a sí mismo algo como “me merezco un trabajo con el que esté a gusto, quiero un mejor trabajo ya” y su subconsciente y su mente se movilizarán para ayudar a crear esa realidad en el presente y tendrá una mejor disposición para buscarse un nuevo trabajo. Y esto es algo que la autora del libro que se está reseñando deja subliminalmente claro. Estas afirmaciones positivas al principio parecen irreales y hasta ridículas. Pero a medida que se repiten uno las va aceptando y se las va creyendo, pues las afirmaciones repetitivas se convierten en creencias y eso hace que se cambien ideas negativas qué hay en la mente, y esto al final cambia nuestra realidad para bien, pues uno es el resultado de las ideas que piensa. Entonces aceptarse y amarse a uno mismo, con defectos y todo, junto con afirmaciones positivas hechas en el presente, cambiará radicalmente su mundo para bien.

Hablando de afirmaciones positivas, un consejo que da la autora es no ver noticieros amarillistas. No contamine su mente con desgracias. Steven Pinker, psicólogo cognitivista de Harvard y pieza clave de la corriente de la psicología evolucionista, público en 2011 un extenso libro muy aclamado llamado “Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicaciones” (8) donde demuestra que la violencia ha declinado sensiblemente durante la historia de la humanidad y que es posible que ahora estemos viviendo el momento más pacífico de la historia humana. Lo que pasa es que el negocio de los medios de comunicación es enfocarse en los hechos violentos y magnificarlos. A mí me gusta estar bien informado, pero procuro ver programas internacionales que tengan que ver con geo-política y economía. O programas de opinión y análisis. Pero trato de ignorar programas en los cuales se informan de hechos como que Julanito le dio una puñalada a Menganito. Lo siento por Menganito, pero son hechos aislados con los cuales yo no debo contaminar mi buena vibra.

Crearse una nueva realidad empieza por sembrar una semilla. Louise L Hay da el ejemplo de un tomate. Una planta de sana y adulta puede dar muchos tomates. La nueva experiencia o el cambio que desea en su vida es como una semilla. La tierra es el subconsciente, y el sol y el agua son las afirmaciones positivas y la maleza son las ideas negativas que se le ocurran y qué hay que eliminar. Cuando empieza a nacer el tallito usted no lo pisotea pensando que es poca cosa. Al contrario, se alegra porque el proceso está funcionando. A medida que usted siga dándole a esa planta sol y agua (afirmaciones positivas), siga eliminando la maleza (deshacerse de pensamientos negativos), la planta crecerá y se convertirá en una tomatera que le dará muchos frutos y esa es su nueva realidad deseada.

Hasta aquí que es el final del capítulo 9, me gustó mucho el libro. Hubiese sido un buen momento para que la autora esbozara unos comentarios finales y lo terminase. Vamos a ver qué hay que criticar y que ideas son rescatables de aquí en adelante.


En el capítulo 10 dice que la calidad de las relaciones que uno tenga, ya sean con personas u objetos son reflejo de cómo son las relaciones que uno tenga con uno mismo. Aunque no lo dice está autora y no recuerdo en que libro leí, uno de los síntomas de que uno tiene una mala relación consigo mismo es no aguantar la soledad. Hace un poco más de 10 años, yo no podía dejar de estar faranduleando con amigos y no podía estar sin novia por más de una semana. Y tenía que buscar amigos para terminar el día, todos los días, hasta que entendí que ese desespero era por no conocerse a sí mismo. Para uno amar algo primero lo tiene que conocer. De otra forma cuando no se esté con otras personas estará en compañía de un extraño que es uno mismo. Hay que iluminar las zonas oscuras de uno mismo con la luz de la conciencia y poco a poco conocernos mejor para tratar de corregirlas, para yo no estar en compañía de un extraño (uno mismo) lleno de zonas oscuras. Esto se llama inteligencia intra-personal, una de los componentes de la inteligencia emocional (9).

Dice la autora que la forma como nos relacionamos como adultos tiene que ver con la forma en se relacionaron con nosotros los adultos cuando éramos niños. Pero, repito, no se trata de culpar a los padres pues ellos también fueron tratados así y actuaron con nosotros con las mejores intenciones. Hay que curar las relaciones con nuestros padres, estén donde estén, para poder avanzar en nuestras relaciones actuales.

Dice también que las cosas que no nos gustan de una relación son probablemente defectos que nosotros también tenemos. Si es una relación con su jefe por ejemplo piense si usted tiene los mismos defectos. Si es un crítico de pronto usted también es una persona criticona. Y así habla de todas las relaciones incluidas aquellas que se tienen con los niños pequeños pues ellos aprenden de superior inmediato y seguramente las cosas negativas que tiene se las aprendió usted. Y si usted las cambia su hijo también cambiará.

Aquí hay cosas que criticar, primero no todo lo que un niño muestra en su modo de ser es resultado del aprendizaje. Hay muchas cosas innatas pues no venimos al mundo como tabulas razas (10, 11). Pero no por eso son comportamientos inmodificables pues la mayoría de los autores defienden un modelo interaccionista entre genética y cultura a la hora de moldear el modo de ser de una persona. Entonces al ver los comportamientos a corregir, hágalo, con vehemencia si es necesario, pero no se culpe de todo pues puede ser un comportamiento innato a ser corregido. Con respecto a las relaciones con otras personas, claro qué hay que revisarse a ver si uno tiene tal u otro defecto y tratar de cambiarlo, y tratar de ser simpático con esa persona, pero no quiere decir que usted esté cometiendo todos los mismos errores que ella. Y esta es mi principal crítica a este capítulo. Que le echa la culpa de todo lo que va mal en sus relaciones al lector. Eso no es así, repito, es obvio que tenemos que examinar nuestras relaciones a ver en qué puede mejorar uno mismo, pero no por eso debe sentirse culpable por todo lo que ande mal en sus relaciones con todas las personas de entorno, ya sea el laboral, el hogareño o el de cualquier tipo.

Con respecto al amor dice algo muy cierto y es que el amor no se puede seguir para atraparlo. Haga una lista de las cualidades que le gustaría encontrar en una pareja y cultívelas en sí mismo y así atraerá a esa persona más fácilmente, cuando sea el momento adecuado. También hay que ver si de pronto está exigiendo una figura cinematográfica, o es muy criticón o le tiene miedo a la intimidad, o cree que no es digno. No hay que perseguir el amor, pero si hay que estar dispuesto al mismo. También hay que tener una buena relación consigo mismo por medio de la introspección para, como ya lo dije, iluminar sus zonas oscuras y estar cada vez más cómodo con la soledad mientras espera que llegue su pareja adecuada en el tiempo apropiado.


En los dos siguientes capitulo, el 11 habla del trabajo. Dice que las típicas quejas son: no me gusta, mi jefe no me trata bien, no gano lo suficiente, es muy estresante, etc. Dice qué hay que cambiar esa actitud y mirar las cosas buenas que tiene su trabajo. Bendiga a las personas, pero criticablemente, dice que bendiga incluso a las escaleras que lo llevan a su trabajo. Yo creo que siempre hay que mirar las cosas buenas de las cosas. Pero llegar a bendecir hasta las cosas e incluso lo negativo, me parece una exageración. Yo me limitaría a decir que, además de ver el vaso medio lleno y no medio vacío, tenga una relación positiva con su jefe, compañeros y clientes, y sea consciente de sus talentos, mientras trata de encontrar un trabajo mejor. También habla de que, si no se la lleva bien con su jefe, lo bendiga y piense poniéndole a él cualidades que no tiene y pronto verá cómo se la empieza a ir bien con el él. Dice que a un cliente de ella le funcionó bien. Ponerle cualidades que no tiene a una persona, es decir idealizarla, me parece una exageración, pero de pronto funciona.

En el capítulo 12 habla del éxito y dice que cuando uno supuestamente fracasa en realidad es una experiencia perfecta para el futuro. Eso es cierto, pero vuelve a echarle la culpa entera al lector. En parte es cierto porque para triunfar en cualquier arte hay que intentarlo muchas veces para perfeccionarlo. Pero si es una persona deprimida la que busca consuelo en el libro, no le ayudará mucho el leer que siempre la culpa entera de un fracaso es del lector. Pero me gusta cuando dice que cuando vemos el trabajo de un profesional, estamos viendo el resultado de incontables horas de ensayo-error, y por lo tanto de muchos “fracasos” que quedaron ocultos al público. Volviendo a la comparación con un niño pequeño, dice que uno debe ponerse metas pequeñas y felicitarse, como a un niño cuando da un pasito. Con esto último estoy totalmente de acuerdo.

En el capítulo 13 habla de la prosperidad. Empieza criticando una serie de actitudes negativas que tiene la gente sobre el dinero como: nunca haré dinero, los ricos son unos ladrones, no puedo cobrar tanto, etc. Estoy de acuerdo, pero hay unas pocas creencias criticadas por la autora con las que yo sí estoy de acuerdo como el decir que el dinero no crece en los árboles, ganar dinero requiere mucho trabajo y hay que ahorrar para los días malos.

Habla de la prosperidad diciendo que es cuando uno está contento con lo que hace y está en libertad de hacer lo que quiera cuando quiera. Con estoy de acuerdo. La prosperidad es cuando uno se siente realizado y no cuando tenga acumulada cierta cantidad de dinero.

También estoy de acuerdo con que, si uno no se siente merecedor de ganar dinero, así esté lleno de talentos, siempre encontrará la forma de no ganar dinero. Hay que sentirse ganador.

Dice que, si uno se vive quejando por corto que vive de dinero, siempre estará así.  Hay que bendecir y agradecer lo que uno tiene. Eso está bien. Pero después da a entender que, así como en el universo hay una provisión virtualmente infinita de por ejemplo de arena o estrellas, entonces hay una provisión infinita de dinero para todos. Esto sería ideal. Pero esto aduce a mecanismos sobrenaturales de convertir la abundancia en cantidades virtualmente infinitas de dinero. Yo no creo en dioses sobrenaturales y en este capítulo con universo obviamente se está refiriendo al dios todo poderoso en el que cree la mayoría de la gente cuando habla de universo.


Después dice que uno debe convertirse en un canal donde fluya la abundancia recibiendo con agradecimiento lo que le regalan y deshaciéndose de lo que no usa hace tiempos. También aconseja organizarlo todo en su casa, de esta forma sentirá que está organizando su mente también. Estoy muy de acuerdo esto último.

Otra cosa con la estoy muy de acuerdo es no resentirse o sentir envidia porque otros tienen más que usted. Eso impide que usted prospere. Hay que meterle optimismo. Hay suficiente para todos sin aceptar que el universo (dios) es un productor de dinero infinito.

Definitivamente hay que pensar y sentir que uno se merece ganar más dinero y qué hay suficiente para todos. Pero este capítulo lo debe disfrutar mucho una persona que crea en un dios sobrenatural, y ese no soy yo. El dinero lo imprimen los gobiernos y no lo pueden hacer desmedidamente por qué así crearían hiperinflación, entre otros problemas. Si fuera así de fácil podríamos combatir la pobreza del mundo de un día para otro. No hay forma material, no-sobrenatural de convertir por ejemplo la casi infinitud de estrellas en un dinero infinito para todos. Esto obviamente aduce a mecanismos sobrenaturales-naturales con los cuales no estoy de acuerdo.

En el capítulo 14 habla nuestro cuerpo físico. Dice que cada uno de nosotros se crea todas las enfermedades gracias a nuestras actitudes y nuestra forma de relacionarnos con nuestro cuerpo. No estoy de acuerdo del todo. Mi papá murió en 2007 por un cáncer hepático metastásico. No fumaba, no tomaba, no era mujeriego y no trasnochaba. Es más, era asiduo a los libros de superación personal como este que estoy reseñando. Sin embargo, murió prematuramente a los 59 años. Hay otras personas que tienen enfermedades genéticamente programadas. Pero hay que reconocer a la autora que en la mayoría de los casos las enfermedades aparecen por culpa de algún tipo de abuso como las drogas o alimentarse dañinamente. Y también tiene razón Louise L Hay cuando dice que si pensamos en que nos vamos a enfermar o que tenemos la mayoría de las veces una mala actitud, vamos a enfermarnos o como mínimo a los 80 años tendremos una actitud permanente de mal-estar con un rostro ceñido constantemente. Con esto último sí puedo estar de acuerdo.

Después nombra varias partes del cuerpo y señala varias actitudes que pueden estar causando esos problemas de salud en dichas partes. Con esto no estoy de acuerdo. No tiene ningún sustento científico solo poético. Con lo que sí puedo estar de acuerdo es la masturbación puede curar las migrañas. Esto es apenas lógico. Con la tremenda descarga de endorfinas que se disparan cuando hay un orgasmo, hay una buena posibilidad de que una migraña desaparezca o al menos se aminore con una buena masturbada, claro que sí.

Habla de muchas partes del cuerpo, y por qué de las molestias. Pero hay algo en lo que estoy de acuerdo y es que el exceso de tabaco puede ser signo de que la persona se siente indigna de vivir. Claro pues de que otra forma se podría explicar que uno consuma algo que sabe que es un veneno y sabe que lo está matando antes de tiempo. Yo fumé primero ocasionalmente durante mi adolescencia, pero ya hacía los 36 años me estaba fumando 7 cigarrillos diarios. Logré cortar con ese vicio en el 2015, con 41 años. Me tomo como seis años de cambio de actitudes el tratarlo de dejar ese vicio completamente. Tengo una tía que se fuma dos cajetillas de 20 cigarrillos cada una al día, eso son 40 cigarrillos al día. Recientemente en este país (Colombia) subieron los impuestos de los cigarrillos para desalentar su consumo. Mi tía se gasta 150 dólares al mes en vicio y vive a quejumbrada de que no le alcanza la plata de su mesada pensional. Tuvo la oportunidad durante su juventud de dejar ese vicio y también rechazó una oferta laboral estupenda que la hubiera dejado mucho mejor pensionada. Esta tía es un claro ejemplo de persona que no se siente digna de vivir y no siente que se merece o merecía mejores ingresos. Diciéndolo en términos Freudianos tiene una pulsión de muerte, un deseo inconsciente de morir para solucionar todos sus problemas financieros.

Louise L Hay dice sobre el cáncer que lo que está en juego es un profundo resentimiento, que se aleje del miedo y que en cada uno de nosotros reside la inteligencia universal. Obviamente cualquier actitud negativa crónica puede llevar a cualquier enfermedad. Pero no necesariamente cáncer y este no se va a curar solo por alejarse del miedo ni mucho menos acudiendo a la inteligencia universal que obviamente no existe, al menos para nosotros los ateos o agnósticos fuertes como diría Richard Dawkins (12).

Dice que la gente que se ama y se reconforta como si fuera un niño en busca de consuelo no enferma de úlceras estomacales o esofágicas. Aquí se quedó corta. En general entre más se quiera uno menos se va a enfermar de cualquier tipo de padecimiento.


Aunque la autora es creyente y habla de dios, hay que abonarle que no cree que sea un viejito que esté en el cielo vigilándole los genitales a las personas de un granito de arena llamado tierra que gira alrededor de una estrella contenida en una galaxia en medio de otros millones de estrellas y en medio de más millones de galaxias. Al menos tiene una idea un poco evolucionada de dios. Entonces nos invita a disfrutar de nuestra sexualidad de una forma libre pero responsable y respetuosa. Eso está bien.

Con lo que no estoy de acuerdo es con relacionar cada condición patológica del sistema genitourinario con una actitud negativa en particular. Se atreve incluso a decir que las enfermedades venéreas son el resultado de sentir culpabilidad sexual y que la misma inmunosuprime y que eso da como resultado el contagio. Esto no es cierto. Si una persona tiene contacto sexual sin protección (condón) con un portador de una enfermedad de transmisión sexual, se va a contagiar por más bien que esté su sistema inmunológico.

Habla de muchas enfermedades sin ningún fundamento. Pero con respecto a los problemas psico-digestivos (anorexia y bulimia) puede tener razón la autora. Aquí la relación con la actitud si es clara. ¿Como vamos a privarnos (anorexia) o a vomitar (bulimia) del alimento que es lo que nos mantiene vivos? Por qué no nos aceptamos como somos y porque queremos alcanzar estándares de belleza que nos venden en los medios masivos de comunicación. Esto obviamente afecta mucho más a las mujeres que a los hombres. Y tiene su raíz en algo que, aunque en este párrafo no lo dice, es cardinal en todos los problemas: la falta de amor propio y eso es algo en que la autora insiste mucho y estoy totalmente de acuerdo con ella en este punto.

Con respecto a la gordura y la obesidad dice que uno debe ponerse a dieta de pensamientos negativos y su peso se normalizará. No sé qué tan cierto sea esto, pero este apunte me gustó.

También dice que la vida no es durísima y ceñuda a menos que decidamos que así sea. Podemos encontrar una tragedia en la más mínima desgracia y un motivo de júbilo en la más terrible situación. Con esto estoy de acuerdo y está en línea con la forma de interpretar el sufrimiento dentro de la logoterapia de Viktor Frankl, psiquiatra judío que padeció durante unos años mucho sufrimiento en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial (5).


Con respecto a las cirugías las crítica, pero dice algo positivo con respecto a los hospitales y su personal. Dice “cada mano que me toca en el hospital está dotada para curarme y no expresa otra cosa que amor”. También dice que ante una cirugía uno debe pensar: “la operación se realizará fácil y rápidamente y su resultado será perfecto”. Aquí la autora pudo hablar de la gratitud. Cuando tenía 28 años en el año 2002, tuve una falla crítica de colon que a los seis meses de aparecer hizo que este órgano se perforara y me diera peritonitis. Se hizo una operación de emergencia y mi mamá, antes de la misma, le dio las gracias al cirujano, Jhon Freddy Vallejo de la clínica Imbanaco en Cali-Colombia. Él le dijo que todavía no me había operado. Mi mamá le dijo que lo hacía para darle más ánimos y comprometerlo más con mi sobrevivencia. Esto de pronto funcionó pues después de mes y medio en cuidados intensivos aquí estoy vivo así sea con una ileostomía definitiva. Quería nombrar esto para agradecerle al Dr. Vallejo por salvarme la vida, agradecimiento extensivo a los demás funcionarios de la clínica que me atendieron. La recuperación física fue dura pero relativamente fácil comparada con la crisis existencial que me daría el año siguiente, pero es tema de otro artículo que ya escribí (13).

El siguiente capítulo, el 15, que bien pudiera haber sido un apéndice del anterior, es una lista de enfermedades organizadas en una tabla larguísima donde en la primera columna aparece el problema, en la segunda la causa probable, y en la tercera el nuevo modelo mental a seguir. Esto no tiene ningún sustento científico y probablemente lo único rescatable son los nuevos modelos mentales que en todos los casos son positivos para cualquier situación.

En la cuarta parte del libro que es capítulo final el número 16 la autora cuenta su historia. Vamos a ver qué es lo más destacable de esta minibiografía. Dice que le gusta preguntarles a sus clientes sobre su infancia para poderlos ayudar mejor. Esto lo utiliza como disculpa para hablar de su vida en este libro.

Nació en 1926 en San Diego en California. Tuvo una infancia y una adolecía duras. Sus padres se separaron cuando teñía año y medio de vida, y su madre se tuvo que poner a trabajar en otras casas dejándola de día con cuidado de unos vecinos. No paraba de llorar por la ausencia de sus padres. Alrededor de 1930, durante la gran depresión su madre se volvió a casar con un hombre muy tosco y fue violada por un vecino borracho. Este hombre fue sentenciado a 15 años de prisión y como inconscientemente le habían hecho creer que la culpa de la violación fue ella entonces tuvo miedo de que el hombre al salir de la cárcel se iba a vengar de ella.

Más adelante cuenta que en un evento de su escuela, hubo pasteles para todos los niños, pero para ella no alcanzó lo cual explica en el libro como un resultado de haber sido criada en la pobreza y tener la creencia errónea que ella era la última en todo y que no se merecía nada.


A los 15 años no aguantó más los abusos sexuales de su padrastro y se escapó de su casa y de su escuela. Encontró trabajo como camarera y como tenía la autoestima por el piso, no dudaba en pagar con su cuerpo cualquier favor que le hiciesen tanto que los 16 años quedó embarazada de una niña y pudo encontrarle un hogar de un matrimonio que estaba ávido de reproducirse y no podían, y durante los últimos 4 años de su embarazo vivió con ellos y cuando la bebita nació la inscribió a nombre de ese matrimonio. El haber tenido que ceder a su bebita fue muy duro, no pudo gozar del placer de la maternidad, fue un momento de sentimiento de culpa y victimización.

Se fue para Chicago, pero su autoestima seguía baja y con ese modelo mental solo atraía a hombres que abusaban de ella e incluso le pegaban.

Después se fue para Nueva York donde logro ser modelo de alta costura, pero su autoestima seguía baja entonces no lograba sentirse bella. Por esa época conoció a un hombre inglés muy educado con el que viajó por todo el mundo, rozándose con la realeza e incluso llegando a cenar en la Casa Blanca. Pero después de 14 años de matrimonio este hombre la dejó justo cuando empezaba a ver que cosas buenas y duraderas podían pasar en su vida.

Al poco tiempo empezó a ir a las reuniones de la iglesia de la ciencia de la religión, un grupo protestante en Nueva York, y el mundo de la alta costura empezó perder interés para ella. Empezó a devorarse todo material que cayera en sus manos sobre metafísica y sanación. Tres años después presentó con éxito los exámenes para convertirse en una sanadora de dicha iglesia y ahí comenzó el camino que llevaría por el resto de su vida. Después se fue a Iowa para estudiar sin las distracciones de una ciudad como NY. Se inscribió en el Marahishi’s internacional University donde estudió con mucho entusiasmo.

Unos pocos años después regresó a NY y continuó en las labores de su iglesia y casi sin darse cuenta empezó a dar charlas y a tener clientes. Escribió su primer libro “Sana tu cuerpo” que básicamente es una lista de causas metafísicas de dolencias comunes. Lista que quedó ampliada en el capítulo 15 del libro que se está reseñando aquí. Esta lista ya fue criticada como algo pseudocientífico en este post.


Al poco tiempo la diagnosticaron con cáncer en el útero (14, 15) se negó a ser operada para poner a prueba sus dotes de senadora. Los médicos le dieron tres meses para sanarse o si no tendrían que operarla. Ella se resistía a operarse porque eso sólo era quitar la consecuencia del resentimiento que tenía hacía los hombres que habían abusado de ella, especialmente sexualmente y por eso explica que su cáncer apareció en el útero. Por eso explica ella que los cánceres vuelven a aparecer en otras partes del cuerpo. Por qué le paciente sigue teniendo el mismo modelo mental negativo. Ella quería atacar la causa y no la consecuencia. Empezó su proceso de autosanación y empezó a leer sobre medicina alternativa e ir a curso afines. En una conferencia de reflexología encontró un experto en el tema que le estuvo haciendo terapia tres veces por semana y esto la ayudó mucho.

Con la ayuda de un terapeuta pudo desahogarse y deshacerse del resentimiento que sentía por los adultos que la habían abusado durante su niñez e infancia. Después de seis meses de dieta estricta y terapia, los médicos le confirmaron que estaba libre de cáncer.

Después de esta mala experiencia que a la larga fue súper-edificante, regresó a California, más exactamente a Los Ángeles. Encontró que su madre estaba ciega y su hermana estaba muy ocupada por lo cual fue imposible reorganizar su núcleo familiar. Entonces continuó con su trabajo y empezó a ir a reuniones del movimiento de la nueva era. Su libro “Sane su cuerpo” le abrió muchas puertas y empezaron a aparecer los clientes y un par de años después se pudo mudar a una hermosa casa, y se concientizó del abismo que había entre su niñez y adolescencia de pobreza con respecto al estatus de vida que tenía ahora, y se dio cuenta que las cosas podían cambiar para bien en tiempo no muy largo.

Al poco tiempo y después de dos años de no comunicación recibió una llamada de su hermana para contarle que su madre se había caído y que se había roto la espalda. Se tuvo que hacer cargo de su madre. Esta desgracia las reunificó a las tres. Su madre iba evolucionando bien y se hizo operar sus cataratas y ahora está feliz de poder volver a leer. Recuperó el tiempo perdido con su madre y reedificaron su relación y hablaron de muchos temas antes eran vedados.

Fue en 1984 que terminó de escribir este libro. Murió en San Diego, California en 2017, a los 90 años, por causas naturales (14, 15).


Conclusiones
Repito, hasta el capítulo nueve me gustó mucho este libro. Es básicamente utilizar afirmaciones positivas para acostumbrar a la mente, de la cual uno es el jefe, a pensar positivamente y eso mejorará cada aspecto de nuestras vidas. Si es cierto que el cerebro es un computador cuántico, puede crear una mente poderosísima llena de proyectos buenos y bienestar que se podrían cristalizar en nuestras propias realidades. El problema es que no sabemos cómo utilizar las cualidades cuánticas de nuestro cerebro, pero de pronto libros como este nos acerquen un poco a ese aprendizaje. Yo soy ateo y estoy más lejos de ese aprendizaje por la falta de fe y exceso de escepticismo científico. Pero la autora del libro estuvo llena de fe y por eso de pronto pudo curarse de su cáncer uterino en menos de seis meses gracias a una dieta estricta y su fe metafísica en el poder sanador de la mente. Si usted es creyente le sacará mucho más jugo a este libro del que yo obtuve.

Sin embargo, este libro es de doble filo pues al darle el poder al lector de cambiar su vida para bien, también lo vuelve el victimario de las cosas negativas que le pasan. Esto es muy palpable desde el capítulo 10 donde habla del trabajo y empieza la tercera parte que es un conjunto de capítulos donde se explica cómo poner en práctica lo explicado hasta ahí. Antes de la tercera parte me gustó mucho el libro pues se dan explicaciones sin acudir a la pseudociencia o a entidades sobrenaturales

Además de volver al lector en el victimario de todos sus males los capítulos 14 y 15 son muy pseudocientíficos, como y ase dijo. Es decir, recurre mucho a la falsa ciencia y parecen más bien poéticos, en el sentido que el número 15 es una lista de problemas de salud que parecen estar relacionados figurativamente con las actitudes que los producen. Rescatable de la lista la tercera columna que es una colección de pensamientos positivos que pueden mejorar, al menos parcialmente, la situación negativa de cualquier persona.

El capítulo 16 es la historia de vida de la autora, que resulta ser inspiradora, pues partiendo de ser una niña y adolescente pobre y abusada, resulta siendo en las últimas décadas de su vida, una connotada consultora, conferencista y escritora.


Recomiendo la lectura de este libro.

Gracias por leer mi reseña.

Literatura Citada
1. Duque-Osorio JF. El tomar el cerebro como un posible computador cuántico, es una forma científicamente plausible de usar nuestro poder mental sin caer en explicaciones míticas, religiosas y demás creencias sobrenaturales. 2014. Disponible en: http://www.juanferduque.com/2014/09/el-tomar-el-cerebro-como-un-posible.html . Consultado el 18-Abr-2019.
2. Tarlacı S. Editorial: A Look at the Future and an Open Call for Scientific Community. NeuroQuantology Journal; 2017. Disponible en: http://www.neuroquantology.com/index.php/journal/announcement/view/100 . Consultado el 18-Abr-2019.
3. Roger C. Psicoterapia centrada en el cliente. Wikipedia; 2014. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Psicoterapia_centrada_en_el_cliente . Consultado el 18-Abr-2019.
4. Tolle E. El poder del ahora: Un camino hacia la realización espiritual. Penguin Random House Grupo Editorial México; 2014.
5. Frankl VE. El Hombre En Busca De Sentido. 12 ed. Editorial Herder; 1991.
6. Jefferson CM. Cognitivismo: ¿Cómo pensamos? La metáfora del ordenador. 2009. Disponible en: http://pmpsicologia-cognitiva.blogspot.com/2009/11/v-behaviorurldefaultvml-o.html . Consultado el 19-Abr-2019.
7. Evans D, Zarate O. Introducing Evolutionary Psychology: A Graphic Guide. Totem Books; 2010.
8. Pinker S, Chic JS. Los ángeles que llevamos dentro: El declive de la violencia y sus implicaciones. Grupo Planeta; 2018.
9. Goleman D, Raga DG. Inteligencia emocional. Kairós, Editorial S.A.; 2018.
10. Duque-Osorio JF. Crítica a la Tesis de la “Tábula Rasa” y a la Negación de la Naturaleza Humana: Una Opinión. Innovación y Ciencia (Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia). 2014; 21(2): 14-20. Disponible en: https://bit.ly/EDBJFDCriticaTabulaRasa. Consultado el 26-Nov-2022.
11. Pinker S. The Blank Slate: The Modern Denial of Human Nature. Penguin Publishing Group; 2003.
12. Dawkins R, Pérez-Galdós N. El espejismo de Dios. Grupo Planeta; 2010.
13. Duque-Osorio JF. Existencialismo: Más de una Década Después de Haberme enfrentado a la Muerte. 2015. Disponible en: http://www.juanferduque.com/2015/06/existencialismo-mas-de-una-decada.html . Consultado el 18-Abr-2019.
14. About Louise L Hay. Disponible en: http://www.louisehay.com/about/ . Consultado el 18-Abr-2019.
15. Louise L Hay: Mini-biografía. Wikipedia. Disponible en: http://es.m.wikipedia.org/wiki/Louise_Hay . Consultado el 18-Abr-2019.
author-avatar

Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

1 thoughts on “Aprovechando y criticando las ideas del libro “Usted puede sanar su vida” de Louise L Hay

  1. Excelente reseña de un libro que leí hace mucho tiempo. Me tomé la libertad de compartir en GoodReads el link a esta reseña.
    https://www.goodreads.com/review/show/5142229609

Deja Un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *