Después de 30 años de estar luchando por mi condición bipolar, llegué a
un estado de tanta madurez que ya la ciencia médica no puede hacer más por mí.
Por eso empecé a leerme el libro en cuestión para seguirme superando
personalmente. Por mi escepticismo científico los libros de superación personal
no me habían llamado mucho la atención. Pero ahora que se abre la posibilidad
científica de que el cerebro sea un computador cuántico, los libros de
autoayuda pueden cobrar relevancia. En el libro reseñado en este artículo se
propende por tener una actitud afirmativamente positiva ante los problemas de
la vida, para mejorar sobre todo la salud mental. Me gusto el este libro,
especialmente en los primeros nueve capítulos. En los siguientes me pongo un
poco crítico, pero rescato lo que a mi gusto es de destacar. Yo soy ateo, pero
si usted es creyente le sacará mucho más jugo a este libro del que le saqué yo.
La historia de vida de la autora es inspiradora, después de lo cual remato
sacando algunas conclusiones, dentro de las cuales la recomendación es a leer
este libro, quizás con una mente más abierta y menos criticona que la mía.
Introducción
Como lo atestiguan muchos
de los artículos que he escrito en este mi blog, soy bipolar. Pero no me estoy
quejando. Al contrario. Quiero celebrar que he llegado a un momento del manejo
de mi condición en la cual la farmacoterapia no se puede mejorar más y el único
síntoma que me queda de mi bipolaridad es que no pude estandarizar una hora de
despertada estable. Me puedo despertar en cualquier hora de la madrugada o
mañana. Pero ya aprendí a aprovechar productivamente los madrugones y a no
castigarme cuando me despierto tarde. Y aunque la ciencia médica ya no puede
hacer más por mí que mantenerme estable, yo quiero seguir creciendo como
persona. Por eso se me ocurrió reseñar un libro de superación personal. Vamos a
ver si hago una seguidilla de reseñas de este y otros temas relacionados como
la psicoterapia, psiquiatría y filosofía aplicada la resolución de problemas
cotidianos.
Mis padres leyeron
muchos libros de superación personal cuando yo era niño y nos enseñaron mucho a
mi hermana y a mí. Pero el escepticismo propio de mi formación científica había
impedido que yo explorara dicho género literario. Pero en los últimos años cada
vez encuentro más artículos científicos que exploran la posibilidad de que el
cerebro además de ser un neuro-computador también puede ser un computador cuántico (1).
Incluso hay una revista científica que se dedica este tema llamada NeuroQuantology (2). El que diga que entiende la mecánica
cuántica o está mintiendo o en realidad no la entiende. Se sale del espectro de
este artículo tratar de explicar qué trata esta ciencia, pero baste decir que la
mecánica cuántica trata de lo que pasa a nivel de partículas más pequeñas que
un átomo o, mejor dicho, partículas subatómicas. En todo caso a este nivel,
dichas partículas muestran comportamientos muy locos entre los que se cuenta el
estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo (viajes en el tiempo) o estar
acopladas sin importar la distancia que las separe, teletransportación, etc. A
partir de la mecánica cuántica se habla de universos paralelos y de muchas
dimensiones adicionales al espacio cuatridimensional (ancho, largo, alto y
tiempo) que habitamos cotidianamente. Entonces si yo creo que el cerebro puede
ser un computador cuántico, además de ser miles de veces más poderoso que un
neurocomputador, puede hacer cosas extraordinarias que para muchas personas
rayarían en lo sobrenatural. Lo que pasa es que no sabemos utilizar los
talentos que vendrían de tener cerebros de naturaleza cuántica. Entonces el
creer que el cerebro puede ser un computador cuántico es el salto de fe que me
hacía falta para encontrarle asidero a las muchas de las cosas fantásticas que
se pregonan en el campo de la superación personal y disciplinas afines como la
espiritualidad y demás.
Entonces le pregunté a
mi madre de los tantos libros de superación personal que se ha leído, con cuál
podría empezar yo. Y seguramente viendo que he sido una persona con varios
problemas de salud, me recomendó “Usted puede sanar su vida” de Louise Louise L
Hay.
Reseña
Este libro, clasificado
dentro del movimiento del “nuevo pensamiento”, me gustó mucho hasta el capítulo
9. Después de eso me pongo a criticar y rescatar lo que se pueda. El libro gira
alrededor de unas ideas generales que se repiten a lo largo del mismo y que son
las siguientes:
– El momento del cambio
es ahora. Es el presente. Hay que olvidarse del pasado y concentrarse en el
presente. Pensamientos positivos en el presente crearán un buen futuro. Dejar
de reprocharse por el pasado y por los errores que cometió en el mismo. Ahora
se tiene el poder de cambiar de rumbo.
– Hablando de
reprocharse sobre los errores cometidos en el pasado dice que uno debe amarse a
sí mismo. Eso es claro y obvio. Explica que para amarse y aceptarse a sí mismo
hay que parar de autocriticarse. Esto último no es tan obvio.
– También dice que bajo
todas esas cosas negativas que la gente dice de sí misma como no puedo, no soy
capaz, soy muy gordo, soy muy flaco, etc., en el fondo lo que pasa es que la
persona no se ama así mismo. Y eso no solo pasa con críticas autodestructivas sino también con no lograr objetivos en su vida. No se dan esos logros porque la
persona subconscientemente no se siente capaz de lograrlo y eso en el fondo
significa que no se ama a sí misma. Habla de un ejercicio que aparentemente es
muy simple, pero en realidad es difícil de hacer. Consiste en coger un espejo y
decirse a uno mismo algo así como “te amo y te acepto como eres. Eres
perfecto”. Cuenta la anécdota de un cliente que al tratar de hacer este
ejercicio resultó tirando el espejo hacia el otro lado de la habitación,
haciéndolo añicos.
– También habla de
cambiar los debería por podría y agrego yo, llevarlos al puedo. En mi caso
sería algo así: el “Debería hacer ejercicio” cambiarlo por “podría hacer
ejercicio” y de ahí a “puedo hacer ejercicio” y de ahí es más fácil llegar a
“voy a hacer ejercicio”. Todo esto suena a juego de palabras, pero es que lo que
la autora de este libro nos quiere transmitir, junto con los autores de muchos
libros de autoayuda más, y es que somos el resultado de lo que pensamos.
Entonces el
infravalorarnos viene del hecho de no amarse a sí mismo. Y eso viene de
creencias negativas sobre uno mismo que se han ido acumulando a largo del
tiempo y que es necesario limpiar. Hay que entrar a la mente de uno mismo como
si fuera una habitación descuidada que necesita limpiarse y organizarse, y es
muy importante deshacerse de la basura mental que está haciendo, entre otros
perjuicios, que nos infravaloremos. Que no nos amemos. Es como pretender que le
guste a una habitación desorganizada, sucia y llena de basura.
Esa basura son
creencias que atormentan a la persona y no la dejan crecer personalmente. Y
muchas veces vienen de mensajes negativos que los adultos les enviaban cuando
era niño como: usted no sirve para nada, usted es un estúpido. Entonces eso,
cuando la persona es adulta, crea a la vez baja autoestima y ganas de ser
aprobados por su padre, generalmente. Pero como la persona está llena de culpa
y resentimiento por esos mensajes negativos que se le inculcaban, entonces no
va a lograr nada más que fracasar en los intentos de ser un adulto que llene de
orgullo a su padre, pues en el fondo lo que quiere es hacerle pagar por el
sufrimiento que le causó cuando era un niño.
Para empezar a
solucionar todo esto, la autora les propone a sus clientes que anoten en una
hoja de papel todos los mensajes negativos que recuerda haber recibido, no solo
de sus padres, sino de sus maestros y superiores en general, reflexionar sobre
los mismos y darse cuenta de que esa es la basura que necesita eliminar de su
mente.
Peor aún es que muchas
personas se siguen tratando a sí mismos como esos niños que sus superiores
insultaban. La autora invita a mirarnos como niños que necesitan amor y
mensajes positivos. A no seguirnos insultando y castigando como lo hacían con
nosotros cuando éramos infantes. También invita a perdonar a nuestros
superiores por esos insultos. Ellos actuaron con las mejores intenciones según
el entendimiento y conocimiento que tenían. Al liberarlos a ellos de esa culpa,
la persona también se libera y más importante aún, deja de echarles la culpa de
sus problemas a sus padres y empieza a ver que no son obstáculos fijos. Empieza
a ver que se puede botar toda esa basura mental y toma la responsabilidad de
componer ella misma su vida. Esto está en línea con lo razón por la cual Carl
Rogers habla más de clientes y no pacientes pues la última acepción da la
impresión de que la persona que se está reparando es un elemento pasivo y que
el terapeuta debe hacerlo todo (3). Esto
no es así. El cliente tiene que poner mucho de su parte para superar sus
problemas y en este caso, repito, Louise L Hay invita a que la persona se haga
responsable de limpiar su habitación mental empezando por no echarles la culpa
a sus padres de sus problemas actuales, así sus insultos y exigencias pasados
sean la causa. Perdonar y liberar a sus padres o maestros es hacer lo mismo
consigo mismo y eso le abrirá el camino para tomar la responsabilidad de
cambiar patrones de pensamiento que antes creía inamovilidades por no haber
sido causados por usted. Perdonar a sus padres es dejar de exigirles perfección
pasada y futura, y eso evitará muchos conflictos en el presente, pero más
importante aún, dejará de exigirse perfección así mismo y eso es liberador pues
es imposible ser perfecto. Cuando uno entiende estas cosas uno empieza a aceptarse
como es, con defectos y todo, eso lo pone a uno en el camino de amarse a sí
mismo, y ese es el argumento central, el consejo principal que nos da la autora
en el libro en cuestión.
Y eso también aplica a
creencias que aprendemos desde chicos. Si en su niñez de alguna forma le llegó
el mensaje repetitivamente de que usted no merece lo que tiene, probablemente
cuando sea adulto irá de crisis financiera en crisis financiera porque
subconscientemente piensa que no merece tener dinero. Esto viene del hecho de
que las cosas son verdaderas o falsas según uno crea que son verdaderas o
falsas. Habrá creencias y pensamientos que son útiles para toda la vida, como
por ejemplo mirar a ambos lados de una calle antes de cruzarla. Pero habrá
otras cosas que eran útiles cuando uno era niño como “no hables con extraños”,
idea que probablemente no es adecuada durante la vida adulta. Entonces hay que
tener pensamientos que, no solo sean adecuados, sino más importante, que sean
positivos y entusiastas. Y debemos interpretar los hechos de la vida de la
misma forma, de manera positiva. La autora da el ejemplo de un día de lluvia.
Si uno cree que los días de lluvia son grises, lúgubres y tristes, cuando
llueva estaremos deprimidos. Pero si yo pienso que los días de lluvia son
ideales para recogerse, reflexionar, leer, disfrutar de una bebida caliente,
seguramente lo disfrutaré. Todo depende del lente con el que se miren las
cosas. Los hechos son simplemente hechos. Depende de nosotros agregarle vídeo
emocional positivo o negativo. En otras palabras, es mejor ver el vaso medio
lleno y no medio vacío.
Y como lo insiste a lo
largo del libro, el momento de cambiar esos pensamientos es ahora. Eso me recuerda
“El poder del ahora” de Elkhart Tolle (4).
Louise L Hay nos recuerda que el poder en nuestra mente y en nuestro mundo, lo
comandamos nosotros. Cada uno es el soberano en su mente, es el que piensa y
como tal tiene la capacidad de cambiar patrones de pensamiento negativos
identificándolos y eliminándolos. Aquí me parece que a la autora se le va la
mano en optimismo pues hay patrones de pensamiento que llevan tanto tiempo
siendo reforzados que va a tomar trabajo deshacerse de los mismos. Y eso sin
contar con los patrones de pensamiento subconscientes los cuales no son tan
fáciles de manejar. Pero el mensaje es valiosísimo y cierto: tenemos la
capacidad y más aún la responsabilidad de eliminar esas pautas de pensamientos
negativos sin echarle la culpa al medio o nuestros padres, profesores y demás.
Y lo que creamos en el presente creará nuestro futuro.
Después empieza a
hablar de lo difícil que es cambiar. Incluso para la autora del libro que se
está reseñando. Todos querríamos que todo y todos cambiaran para bien a nuestro
alrededor sin tener que cambiar uno. Pero la verdad, las cosas funcionan al
contrario; primero tiene que cambiar uno en su interior para que la vida cambie
para bien. Vuelve a la metáfora de las habitaciones de una casa. Hay que
ordenarlas y limpiarlas. Cuando haya una idea que ya no sirva o sea negativa,
hay que deshacerse de la misma y reemplazarla por pensamientos positivos. Dice
qué hay muchas maneras de cambiar. Pero que todas implican cambiar cuerpo,
mente y espíritu. Hay muchos métodos y no importa por qué “habitación” empiece
uno pues las demás casi que se organizarán solas. Vamos a ver si organizando mi
mente y reemplazando patrones de pensamiento negativos por positivos vuelvo a
encontrarle gusto a hacer ejercicio, por ejemplo. Ojalá sea así.
Hay cosas que van a
hacer más difíciles de limpiar o botar que otras. Algunas incluso se pueden
volver auténticos problemas que causan necesidades como fumar, tomar alcohol,
ser abusivo con la pareja, etc. El problema lo podemos hallar nosotros mismos o
con la ayuda de un terapeuta. Dice la autora que encontrar el problema es tan
difícil como desenredar todo un ovillo de hilo súper-desordenado. Tratar de
encontrar y solucionar el problema a la brava, como por ejemplo castigándose
así mismo por el mismo solo empeora las cosas. Es como tratar de desenredar el
ovillo jalando por ambos extremos. Lo que hace es enredarlo más. Para encontrar
su problema debe ser paciente y gentil consigo mismo. Debe desenredar nudo por
nudo con mucha paciencia. Cada nudo que desenreda es como si fuera un patrón de
pensamiento negativo que elimina. Deshacer cada nudo lo va llevando más cerca
del meollo del asunto, más cerca al problema principal. El terapeuta, del tipo
que sea, lo puede guiar para facilitar el proceso. Pero viéndolo desde un punto
de vista psicoanalítico, el asunto funciona cuando usted mismo descubra el problema.
Freud diría que al final el problema tiene que ver con alguna frustración
sexual, Louise L Hay probablemente diría que en el fondo es falta de amor
propio. Víktor Frankl [autor del hombre en busca de sentido y fundador de la
escuela conocida como la logoterapia (5)],
de pronto diría que es un problema de cómo enfrenta o interpreta usted lo que
lo hace sufrir. Y hay n escuelas psicoterapéuticas que ven diferentes raíces a
todos los problemas psicológicos. Pero lo esencial es descubrir el problema
principal por sí mismo. Y puede ser algo muy simple. Yo por ejemplo, cuando
logré darme cuenta, después de mucho cavilar, que mi búsqueda compulsiva de
esposa, tenía que ver con que el componente afectivo de mi condición bipolar me
hacía mucho más dependiente del cariño femenino de lo normal, y que al buscar
esposa estaba inconscientemente tratando de reemplazar una figura femenina (mi
mamá quien muy probablemente morirá antes que yo) por otra, la esposa, pude
dejar de fumar por ejemplo, desapareció esa necesidad y se identificó el
problema: un miedo casi que patológico a perder a mi mamá. El tabaquismo y la
búsqueda compulsiva de esposa los dejé a principios de 2015. Desde entonces solo he tenido un noviazgo corto.
Ahora soy un feliz soltero. Pero identificar el problema base, el miedo a
perder a mi mamá, tiene un mundo de ramificaciones de todo tipo que todavía las
estoy trabajando y me han obligado a cambiar y prepararme para el futuro sin
preocuparme por el mismo a la vez.
Pero me extendí mucho
en la identificación del problema y sobre todo en mi ejemplo particular.
Prosigue Louise L Hay que una vez identificado el problema y llega el momento
de cambiar y aparece la resistencia y empiezan a emanar disculpas como: no
puedo, es muy tarde para mí, que dirán los demás, eso me sale muy caro, no
tengo tiempo, el problema se arreglará solo si me olvido del mismo, y demás
cosas por el estilo.
Dice la autora que
castigarse o autocriticarse por un patrón de comportamiento erróneo como fumar
o ser de mal genio, que al final son causados por el problema en cuestión, no
ayuda a mucho. Lo qué hay que hacer es corregir el problema y esto se logra
cambiando viejos modelos mentales o patrones de pensamiento, diría yo que
patológicos, por modelos y patrones nuevos y sanos. Cada vez que se nos ocurra
un pensamiento negativo hay que reemplazarlo por uno positivo. Suena sencillo, pero es difícil. Pero esa es la forma de deshacerse de un problema de fondo.
Recalca Louise L Hay que eso se hace con mucha paciencia y con mucho amor hacia
sí mismo. Dice la autora que generalmente esas creencias erróneas tienen que
ver con la última idea de la oración anterior: falta de amor propio. La persona
se puede sentir indigna de recibir cosas buenas en su vida. Y entonces elabora
la falsa creencia de que tiene mala suerte o es víctima de una maldición o
alguna otra idea errónea. Entonces al final estamos hablando de ideas y las
mismas se pueden cambiar con la práctica. Y entre más profundo escarbemos
adentro de nuestro interior, vamos a encontrar más ideas erróneas que necesitan
ser cambiadas.
Siguiendo con la
crítica a la autocrítica, valga la redundancia, la autora dice que uno se autoincrepa,
se autoregaña de la misma forma como cuando los adultos lo regañaban a uno
cuando uno era un niño. Por mi condición bipolar tuve un toque de genialidad
que me permitía sacar buenas calificaciones en el colegio en todas las
asignaturas excepto dos: disciplina y deportes. Nunca fui bueno para los
deportes exceptuando el racket-ball y la equitación cuando era adolescente.
Pero cuando era niño mis padres recibían constantes quejas por mi bajo
rendimiento en educación física y por mi falta de disciplina. Muchas veces
llegaba tarde al colegio. O si llegaba temprano nunca se sabía de qué ánimo iba
a estar y a veces era muy pasivo, pero en otras ocasiones era un diablo. Mi
padre, que en paz descanse, era muy exigente y aunque me felicitaba por mis
buenas calificaciones me exigía con vehemencia mejorar en deportes y
disciplina. Cuando se empezó a manifestar mi súper-Yo Freudiano (que en pocas
palabras es el conjunto de normas, preceptos, prejuicios y demás que los padres
y la sociedad le programan a uno) cuando estaba llegando a mis 40 años (nací el
11-Jul-1974), me empezó una compulsión por organizar mi horario de sueño y
hacer deporte todos los días. Había días que lograba levantarme por la mañana
para bajar al gimnasio o la piscina, según estuviese el clima, a hacer deporte
una hora larga, y después de almuerzo producía intelectualmente. Hubo varios
días que lo lograba, pero las intentonas no duraban más de una semana. Ante el
más leve cambio en el ambiente, ya fuera en el clima o por algún trasnocho
aparentemente inocuo, o por el más sutil cambio en mi farmacoterapia, el
horario se me venía al suelo y se me desordenaba mi vida. Entonces llegaban
días donde dormía hasta el mediodía y después me daba pereza levantarme para
terminar la jornada autoincrepándome por no haber hecho nada productivo
durante el día. O aún peor me pasaba semanas enteras tratando por medio de
experimentación y la automedicación de cuadrar mi farmacoterapia para
tener el horario de sueño perfecto, que me permitiera tener días de perfecta
disciplina. Hasta que me di cuenta que estaba repitiendo las mismas exigencias
que mi papá me hacía cuando era niño. Hasta que me liberé de esa parte de mi
súper-Yo, estandaricé una farmacoterapia que bien que mal me funciona bien y
ahora si me levanto temprano y de ánimo bajo a hacer deporte y después
lecto-escribo. Pero si es un día cuya noche anterior dormí mal, algo muy común
en nosotros los bipolares, trato de aprovechar el día de la mejor forma que
pueda, ya sea leyendo, o viéndome una película, pero ya no me regaño a mí mismo
por no tener una disciplina perfecta. Ya acepté que mis noches son irregulares,
y la mayoría de las veces me despertaré tarde y solo podré aprovechar la tarde,
y esa relajación increíblemente ha mejorado mi productividad. Uno se puede
exigir a sí mismo, pero con paciencia y amor, como lo diría Louise L Hay. Yo me
sigo exigiendo, pero ya no me autoregaño por no tener días con disciplina
perfecta. Pero hay que aclarar algo, máxime si usted amigo lector es bipolar.
Si uno es un paciente mental debe hacer, en lo posible las cosas clave del día
a la misma hora. Ya di a entender que me despierto a horas diferentes todos los
días. Eso no se pudo cuadrar. Pero procuro almorzar, cenar, tomarme mis
fármacos y acostarme todos los días a las mismas horas. O sino la vida se le
vuelve a uno una melodía estrepitosamente inmanejable. No se trata de hacer lo
mismo todos los días, pero sí de hacer las cosas claves a la misma hora, repito.
Eso se llama terapia de la interacción y del ritmo social, pero eso da para
otro artículo. Volviendo al tema, La próxima vez que le de rabia consigo mismo
tenga presente que está tratando mal al niño que lleva adentro. Apruébese y sea
bondadoso consigo mismo. Eso es lo que necesita ese niño temeroso que lleva a
adentro.
En el capítulo 7, la
autora enfatiza en cómo cambiar esos patrones de pensamiento negativos. Dice
que les pide a sus clientes algo que ella aconseja mucho y es decirse las cosas
mirándose a los ojos a través de un espejo. Les pide a sus clientes, para
empezar a cambiar, que se digan así mismos:
“Ahora me doy cuenta
que yo he creado esta situación, y estoy dispuesto a cambiar el modelo mental
que, en mi consciencia, es responsable de esta situación”.
Y les pide a sus
clientes que se digan esto varias veces al espejo, con verdadero sentimiento.
Que se convenza así mismo que está dispuesto a liberarse de la servidumbre del
pasado. El cómo van a funcionar estas palabras que crean pensamientos nuevos y
positivos, es problema de su subconsciente. El mismo es como un copiloto que
trabaja para usted. La que sí puede producir problemas es la mente pues puede
empezar a sacar las nombradas disculpas para resistirse al cambio. Pero
entonces ahí hay que volver a recordar que el que está al mando es usted y no
su mente. Esta última es como el sistema operativo de un computador que debe
trabajar para usted, el usuario y no al revés. Compararnos con computadores ayuda
mucho y es la esencia de la psicología cognitiva (6, 7). Su mente lo puede llevar a pensar que es difícil cambiar.
Pero si usted toma el mando e impone la idea de que cambiar es fácil, así será
en la realidad. Otra vez: uno es el resultado de lo que piensa. No somos víctimas
de nuestros pensamientos, somos los amos de los mismos.
Esos patrones de
pensamiento negativos casi siempre vienen de experiencias del pasado, como ya
se ha esbozado aquí. Hay personas que están paralizadas por el pasado. Puede
ser una mala experiencia, o algo que hicieron mal, o una mala jugada que les
hizo alguien, o porque fueron heridos entonces ya no pueden disfrutar del amor,
o no pueden perdonar a quien los hirió y en general por esas malas experiencias
piensan que ya no pueden vivir plenamente el presente. Si nos aferramos al
pasado, por más terrible que haya sido, no solo estamos dejando de vivir
plenamente el presente, si no que nos estamos haciendo mucho daño. Nos podemos
llenar de resentimiento y deseo de venganza contra las personas que nos
hirieron y eso es muy perjudicial. Hay que desprenderse para poder volar. Hay
que perdonar a las personas que nos hicieron daño y que muy probablemente no
son conscientes de ello. Hay que liberarse del pasado. Y se
recalca en que el poder sobre nuestro mundo lo tenemos nosotros en el presente,
el cual debemos llenar de pensamientos positivos para poder vivir plenamente.
Los recuerdos deben quedarse como eso como recuerdos que ya no van acompañados
de una carga emocional que nos podría perjudicar en el presente. Son solo
recuerdos y ya.
Después nos enseña la
autora que tratar de combatir lo negativo es atraerlo más. Si uno se dice: “no
quiero ser pobre” seguramente nunca será próspero. Si se dice “no quiero ser
gordo” seguramente ganará peso. Y da varios ejemplos de este tipo. Alguna vez
leí o mis padres me enseñaron que el subconsciente, que es nuestro copiloto y
por lo tanto nos trata de dar gusto en todo lo que puede, no diferencia entre
lo negativo y afirmativo, solo se fija en el concepto de una forma neutra. Un
ejemplo es decirse a uno mismo: “no voy a perder este examen que es tan
importante para mí carrera, no lo voy a perder, no lo voy perder”. El subconsciente
solo entiende “perder examen” y seguramente perderá el examen. La forma
correcta de darse ánimo dentro de este ejemplo es decirse: “me va a ir muy bien
en el examen, sacaré una excelente calificación en el mismo, etc.”. Además de
estudiar para el examen, el repetirse estas afirmaciones positivas, hará que le
vaya muy bien en su examen y su subconsciente funcionará correctamente en pro
de este objetivo. El ejemplo del examen es algo que sucederá en el futuro
entonces en este caso funciona bien visualizar un resultado positivo en el
futuro para cuando llegue el momento de presentar la prueba. Pero cuando se
trata de cambiar algo en el presente, la afirmación positiva debe ser hablada y
pensada repetitivamente en tiempo presente, pues el subconsciente es un servidor
tan obediente que si usted hace la afirmación en tiempo futuro su subconsciente
dejará el deseo siempre para el futuro y nunca llegará a ser una realidad en el
presente. Si quiere adelgazar, además de hacer ejercicio y comer
balanceadamente, repítase algo como “tengo un cuerpo esbelto”. Al principio ni
usted mismo lo creerá, pero conforme lo va repitiendo el subconsciente le
ayudará a crear esa realidad impulsándole a por ejemplo hacer ejercicio más
eficientemente. Si está aburrido en su trabajo, dígase a sí mismo algo como “me
merezco un trabajo con el que esté a gusto, quiero un mejor trabajo ya” y su
subconsciente y su mente se movilizarán para ayudar a crear esa realidad en el
presente y tendrá una mejor disposición para buscarse un nuevo trabajo. Y esto
es algo que la autora del libro que se está reseñando deja subliminalmente
claro. Estas afirmaciones positivas al principio parecen irreales y hasta
ridículas. Pero a medida que se repiten uno las va aceptando y se las va
creyendo, pues las afirmaciones repetitivas se convierten en creencias y eso
hace que se cambien ideas negativas qué hay en la mente, y esto al final cambia
nuestra realidad para bien, pues uno es el resultado de las ideas que piensa.
Entonces aceptarse y amarse a uno mismo, con defectos y todo, junto con
afirmaciones positivas hechas en el presente, cambiará radicalmente su mundo
para bien.
Hablando de
afirmaciones positivas, un consejo que da la autora es no ver noticieros
amarillistas. No contamine su mente con desgracias. Steven Pinker, psicólogo
cognitivista de Harvard y pieza clave de la corriente de la psicología
evolucionista, público en 2011 un extenso libro muy aclamado llamado “Los
ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicaciones” (8) donde demuestra que la violencia ha
declinado sensiblemente durante la historia de la humanidad y que es posible
que ahora estemos viviendo el momento más pacífico de la historia humana. Lo que
pasa es que el negocio de los medios de comunicación es enfocarse en los hechos
violentos y magnificarlos. A mí me gusta estar bien informado, pero procuro ver
programas internacionales que tengan que ver con geo-política y economía. O
programas de opinión y análisis. Pero trato de ignorar programas en los cuales
se informan de hechos como que Julanito le dio una puñalada a Menganito. Lo
siento por Menganito, pero son hechos aislados con los cuales yo no debo
contaminar mi buena vibra.
Crearse una nueva
realidad empieza por sembrar una semilla. Louise L Hay da el ejemplo de un
tomate. Una planta de sana y adulta puede dar muchos tomates. La nueva
experiencia o el cambio que desea en su vida es como una semilla. La tierra es
el subconsciente, y el sol y el agua son las afirmaciones positivas y la maleza
son las ideas negativas que se le ocurran y qué hay que eliminar. Cuando
empieza a nacer el tallito usted no lo pisotea pensando que es poca cosa. Al
contrario, se alegra porque el proceso está funcionando. A medida que usted
siga dándole a esa planta sol y agua (afirmaciones positivas), siga eliminando
la maleza (deshacerse de pensamientos negativos), la planta crecerá y se
convertirá en una tomatera que le dará muchos frutos y esa es su nueva realidad
deseada.
Hasta aquí que es el
final del capítulo 9, me gustó mucho el libro. Hubiese sido un buen momento para que
la autora esbozara unos comentarios finales y lo terminase. Vamos a ver
qué hay que criticar y que ideas son rescatables de aquí en adelante.
En el capítulo 10 dice
que la calidad de las relaciones que uno tenga, ya sean con personas u objetos
son reflejo de cómo son las relaciones que uno tenga con uno mismo. Aunque no
lo dice está autora y no recuerdo en que libro leí, uno de los síntomas de
que uno tiene una mala relación consigo mismo es no aguantar la soledad. Hace
un poco más de 10 años, yo no podía dejar de estar faranduleando con amigos y no podía
estar sin novia por más de una semana. Y tenía que buscar amigos para terminar
el día, todos los días, hasta que entendí que ese desespero era por no
conocerse a sí mismo. Para uno amar algo primero lo tiene que conocer. De otra forma
cuando no se esté con otras personas estará en compañía de un extraño que es uno
mismo. Hay que iluminar las zonas oscuras de uno mismo con la luz de la
conciencia y poco a poco conocernos mejor para tratar de corregirlas, para yo no estar en
compañía de un extraño (uno mismo) lleno de zonas oscuras. Esto se llama
inteligencia intra-personal, una de los componentes de la inteligencia emocional (9).
Dice la autora que la
forma como nos relacionamos como adultos tiene que ver con la forma en se
relacionaron con nosotros los adultos cuando éramos niños. Pero, repito, no se
trata de culpar a los padres pues ellos también fueron tratados así y actuaron
con nosotros con las mejores intenciones. Hay que curar las relaciones con
nuestros padres, estén donde estén, para poder avanzar en nuestras relaciones
actuales.
Dice también que las
cosas que no nos gustan de una relación son probablemente defectos que nosotros
también tenemos. Si es una relación con su jefe por ejemplo piense si usted
tiene los mismos defectos. Si es un crítico de pronto usted también es una
persona criticona. Y así habla de todas las relaciones incluidas aquellas que
se tienen con los niños pequeños pues ellos aprenden de superior inmediato
y seguramente las cosas negativas que tiene se las aprendió usted. Y si usted
las cambia su hijo también cambiará.
Aquí hay cosas que
criticar, primero no todo lo que un niño muestra en su modo de ser es resultado
del aprendizaje. Hay muchas cosas innatas pues no venimos al mundo como tabulas
razas (10, 11). Pero no por eso son
comportamientos inmodificables pues la mayoría de los autores defienden un
modelo interaccionista entre genética y cultura a la hora de moldear el modo de
ser de una persona. Entonces al ver los comportamientos a corregir, hágalo, con
vehemencia si es necesario, pero no se culpe de todo pues puede ser un
comportamiento innato a ser corregido. Con respecto a las relaciones con otras
personas, claro qué hay que revisarse a ver si uno tiene tal u otro defecto y
tratar de cambiarlo, y tratar de ser simpático con esa persona, pero no quiere
decir que usted esté cometiendo todos los mismos errores que ella. Y esta es mi
principal crítica a este capítulo. Que le echa la culpa de todo lo que va mal
en sus relaciones al lector. Eso no es así, repito, es obvio que tenemos
que examinar nuestras relaciones a ver en qué puede mejorar uno mismo, pero no
por eso debe sentirse culpable por todo lo que ande mal en sus relaciones con
todas las personas de entorno, ya sea el laboral, el hogareño o el de cualquier
tipo.
Con respecto al amor
dice algo muy cierto y es que el amor no se puede seguir para atraparlo. Haga
una lista de las cualidades que le gustaría encontrar en una pareja y
cultívelas en sí mismo y así atraerá a esa persona más fácilmente, cuando sea
el momento adecuado. También hay que ver si de pronto está exigiendo una figura
cinematográfica, o es muy criticón o le tiene miedo a la intimidad, o cree que
no es digno. No hay que perseguir el amor, pero si hay que estar dispuesto al
mismo. También hay que tener una buena relación consigo mismo por medio de la
introspección para, como ya lo dije, iluminar sus zonas oscuras y estar cada
vez más cómodo con la soledad mientras espera que llegue su pareja adecuada en el
tiempo apropiado.
En los dos siguientes
capitulo, el 11 habla del trabajo. Dice que las típicas quejas son: no me
gusta, mi jefe no me trata bien, no gano lo suficiente, es muy estresante, etc.
Dice qué hay que cambiar esa actitud y mirar las cosas buenas que tiene su
trabajo. Bendiga a las personas, pero criticablemente, dice que bendiga incluso
a las escaleras que lo llevan a su trabajo. Yo creo que siempre hay que mirar
las cosas buenas de las cosas. Pero llegar a bendecir hasta las cosas e incluso
lo negativo, me parece una exageración. Yo me limitaría a decir que, además de
ver el vaso medio lleno y no medio vacío, tenga una relación positiva con su
jefe, compañeros y clientes, y sea consciente de sus talentos, mientras trata
de encontrar un trabajo mejor. También habla de que, si
no se la lleva bien con su jefe, lo bendiga y piense poniéndole a él cualidades
que no tiene y pronto verá cómo se la empieza a ir bien con el él. Dice que a
un cliente de ella le funcionó bien. Ponerle cualidades que no tiene a una
persona, es decir idealizarla, me parece una exageración, pero de pronto funciona.
En el capítulo 12 habla
del éxito y dice que cuando uno supuestamente fracasa en realidad es una
experiencia perfecta para el futuro. Eso es cierto, pero vuelve a echarle la
culpa entera al lector. En parte es cierto porque para triunfar en cualquier
arte hay que intentarlo muchas veces para perfeccionarlo. Pero si es una
persona deprimida la que busca consuelo en el libro, no le ayudará mucho el
leer que siempre la culpa entera de un fracaso es del lector. Pero me gusta
cuando dice que cuando vemos el trabajo de un profesional, estamos viendo el
resultado de incontables horas de ensayo-error, y por lo tanto de muchos
“fracasos” que quedaron ocultos al público. Volviendo a la comparación con un
niño pequeño, dice que uno debe ponerse metas pequeñas y felicitarse, como a un
niño cuando da un pasito. Con esto último estoy totalmente de acuerdo.
En el capítulo 13 habla
de la prosperidad. Empieza criticando una serie de actitudes negativas que
tiene la gente sobre el dinero como: nunca haré dinero, los ricos son unos
ladrones, no puedo cobrar tanto, etc. Estoy de acuerdo, pero hay unas pocas creencias criticadas por la autora con las que yo sí estoy de acuerdo como el decir que el dinero no crece en los árboles, ganar dinero requiere mucho
trabajo y hay que ahorrar para los días malos.
Habla de la prosperidad
diciendo que es cuando uno está contento con lo que hace y está en libertad de
hacer lo que quiera cuando quiera. Con estoy de acuerdo. La prosperidad es
cuando uno se siente realizado y no cuando tenga acumulada cierta cantidad de
dinero.
También estoy de
acuerdo con que, si uno no se siente merecedor de ganar dinero, así esté lleno
de talentos, siempre encontrará la forma de no ganar dinero. Hay que sentirse
ganador.
Dice que, si uno se vive
quejando por corto que vive de dinero, siempre estará así. Hay que bendecir y agradecer lo que uno
tiene. Eso está bien. Pero después da a entender que, así como en el universo
hay una provisión virtualmente infinita de por ejemplo de arena o estrellas,
entonces hay una provisión infinita de dinero para todos. Esto sería ideal.
Pero esto aduce a mecanismos sobrenaturales de convertir la abundancia en cantidades virtualmente infinitas de dinero. Yo no creo en dioses
sobrenaturales y en este capítulo con universo obviamente se está refiriendo al
dios todo poderoso en el que cree la mayoría de la gente cuando habla de
universo.
Después dice que uno
debe convertirse en un canal donde fluya la abundancia recibiendo con
agradecimiento lo que le regalan y deshaciéndose de lo que no usa hace tiempos.
También aconseja organizarlo todo en su casa, de esta forma sentirá que está
organizando su mente también. Estoy muy de acuerdo esto último.
Otra cosa con la estoy
muy de acuerdo es no resentirse o sentir envidia porque otros tienen más que
usted. Eso impide que usted prospere. Hay que meterle optimismo. Hay suficiente
para todos sin aceptar que el universo (dios) es un productor de dinero
infinito.
Definitivamente hay que
pensar y sentir que uno se merece ganar más dinero y qué hay suficiente para
todos. Pero este capítulo lo debe disfrutar mucho una persona que crea en un
dios sobrenatural, y ese no soy yo. El dinero lo imprimen los gobiernos y no lo
pueden hacer desmedidamente por qué así crearían hiperinflación, entre otros
problemas. Si fuera así de fácil podríamos combatir la pobreza del mundo de un
día para otro. No hay forma material, no-sobrenatural de convertir por ejemplo
la casi infinitud de estrellas en un dinero infinito para todos. Esto
obviamente aduce a mecanismos sobrenaturales-naturales con los cuales no estoy de
acuerdo.
En el capítulo 14 habla
nuestro cuerpo físico. Dice que cada uno de nosotros se crea todas las
enfermedades gracias a nuestras actitudes y nuestra forma de relacionarnos con
nuestro cuerpo. No estoy de acuerdo del todo. Mi papá murió en 2007 por un
cáncer hepático metastásico. No fumaba, no tomaba, no era mujeriego y no
trasnochaba. Es más, era asiduo a los libros de superación personal como este
que estoy reseñando. Sin embargo, murió prematuramente a los 59 años. Hay otras
personas que tienen enfermedades genéticamente programadas. Pero hay que
reconocer a la autora que en la mayoría de los casos las enfermedades aparecen
por culpa de algún tipo de abuso como las drogas o alimentarse dañinamente. Y
también tiene razón Louise L Hay cuando dice que si pensamos en que nos vamos a
enfermar o que tenemos la mayoría de las veces una mala actitud, vamos a enfermarnos
o como mínimo a los 80 años tendremos una actitud permanente de
mal-estar con un rostro ceñido constantemente. Con esto último sí puedo estar
de acuerdo.
Después nombra varias
partes del cuerpo y señala varias actitudes que pueden estar causando esos
problemas de salud en dichas partes. Con esto no estoy de acuerdo. No tiene
ningún sustento científico solo poético. Con lo que sí puedo estar de acuerdo
es la masturbación puede curar las migrañas. Esto es apenas lógico. Con la
tremenda descarga de endorfinas que se disparan cuando hay un orgasmo, hay una
buena posibilidad de que una migraña desaparezca o al menos se aminore con una
buena masturbada, claro que sí.
Habla de muchas partes
del cuerpo, y por qué de las molestias. Pero hay algo en lo que estoy de acuerdo
y es que el exceso de tabaco puede ser signo de que la persona se siente
indigna de vivir. Claro pues de que otra forma se podría explicar que uno consuma
algo que sabe que es un veneno y sabe que lo está matando antes de tiempo. Yo
fumé primero ocasionalmente durante mi adolescencia, pero ya hacía los 36 años
me estaba fumando 7 cigarrillos diarios. Logré cortar con ese vicio en el 2015,
con 41 años. Me tomo como seis años de cambio de actitudes el tratarlo de dejar
ese vicio completamente. Tengo una tía que se fuma dos cajetillas de 20
cigarrillos cada una al día, eso son 40 cigarrillos al día. Recientemente en
este país (Colombia) subieron los impuestos de los cigarrillos para desalentar
su consumo. Mi tía se gasta 150 dólares al mes en vicio y vive a quejumbrada de
que no le alcanza la plata de su mesada pensional. Tuvo la oportunidad
durante su juventud de dejar ese vicio y también rechazó una oferta laboral
estupenda que la hubiera dejado mucho mejor pensionada. Esta tía es un claro
ejemplo de persona que no se siente digna de vivir y no siente que se merece o
merecía mejores ingresos. Diciéndolo en términos Freudianos tiene una pulsión
de muerte, un deseo inconsciente de morir para solucionar todos sus problemas
financieros.
Louise L Hay dice sobre
el cáncer que lo que está en juego es un profundo resentimiento, que se aleje
del miedo y que en cada uno de nosotros reside la inteligencia universal.
Obviamente cualquier actitud negativa crónica puede llevar a cualquier
enfermedad. Pero no necesariamente cáncer y este no se va a curar solo por alejarse
del miedo ni mucho menos acudiendo a la inteligencia universal que obviamente
no existe, al menos para nosotros los ateos o agnósticos fuertes como diría
Richard Dawkins (12).
Dice que la gente que
se ama y se reconforta como si fuera un niño en busca de consuelo no enferma de
úlceras estomacales o esofágicas. Aquí se quedó corta. En general entre más se
quiera uno menos se va a enfermar de cualquier tipo de padecimiento.
Aunque la autora es
creyente y habla de dios, hay que abonarle que no cree que sea un viejito que
esté en el cielo vigilándole los genitales a las personas de un granito de
arena llamado tierra que gira alrededor de una estrella contenida en una
galaxia en medio de otros millones de estrellas y en medio de más millones de
galaxias. Al menos tiene una idea un poco evolucionada de dios. Entonces nos
invita a disfrutar de nuestra sexualidad de una forma libre pero responsable y
respetuosa. Eso está bien.
Con lo que no estoy de
acuerdo es con relacionar cada condición patológica del sistema genitourinario
con una actitud negativa en particular. Se atreve incluso a decir que las
enfermedades venéreas son el resultado de sentir culpabilidad sexual y que la
misma inmunosuprime y que eso da como resultado el contagio. Esto no es
cierto. Si una persona tiene contacto sexual sin protección (condón) con un
portador de una enfermedad de transmisión sexual, se va a contagiar por más
bien que esté su sistema inmunológico.
Habla de muchas
enfermedades sin ningún fundamento. Pero con respecto a los problemas
psico-digestivos (anorexia y bulimia) puede tener razón la autora. Aquí la
relación con la actitud si es clara. ¿Como vamos a privarnos (anorexia) o a vomitar (bulimia) del alimento que es lo que nos mantiene vivos? Por qué no nos
aceptamos como somos y porque queremos alcanzar estándares de belleza que nos
venden en los medios masivos de comunicación. Esto obviamente afecta mucho más
a las mujeres que a los hombres. Y tiene su raíz en algo que, aunque en este
párrafo no lo dice, es cardinal en todos los problemas: la falta de amor propio
y eso es algo en que la autora insiste mucho y estoy totalmente de acuerdo con
ella en este punto.
Con respecto a la
gordura y la obesidad dice que uno debe ponerse a dieta de pensamientos
negativos y su peso se normalizará. No sé qué tan cierto sea esto, pero
este apunte me gustó.
También dice que la
vida no es durísima y ceñuda a menos que decidamos que así sea. Podemos
encontrar una tragedia en la más mínima desgracia y un motivo de júbilo en la
más terrible situación. Con esto estoy de acuerdo y está en línea con la forma
de interpretar el sufrimiento dentro de la logoterapia de Viktor Frankl,
psiquiatra judío que padeció durante unos años mucho sufrimiento en un campo de
concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial (5).
Con respecto a las
cirugías las crítica, pero dice algo positivo con respecto a los hospitales y su
personal. Dice “cada mano que me toca en el hospital está dotada para curarme y
no expresa otra cosa que amor”. También dice que ante una cirugía uno debe pensar: “la operación se
realizará fácil y rápidamente y su resultado será perfecto”. Aquí la autora
pudo hablar de la gratitud. Cuando tenía 28 años en el año 2002, tuve una falla
crítica de colon que a los seis meses de aparecer hizo que este órgano se
perforara y me diera peritonitis. Se hizo una operación de emergencia y mi mamá,
antes de la misma, le dio las gracias al cirujano, Jhon Freddy Vallejo de la
clínica Imbanaco en Cali-Colombia. Él le dijo que todavía no me había operado.
Mi mamá le dijo que lo hacía para darle más ánimos y comprometerlo más con mi
sobrevivencia. Esto de pronto funcionó pues después de mes y medio en cuidados
intensivos aquí
estoy vivo así sea con una ileostomía definitiva. Quería nombrar esto para agradecerle
al Dr. Vallejo por salvarme la vida, agradecimiento extensivo a los demás
funcionarios de la clínica que me atendieron. La recuperación física fue dura
pero relativamente fácil comparada con la crisis existencial que me daría el
año siguiente, pero es tema de otro artículo que ya escribí (13).
El siguiente capítulo,
el 15, que bien pudiera haber sido un apéndice del anterior, es una lista de
enfermedades organizadas en una tabla larguísima donde en la primera columna
aparece el problema, en la segunda la causa probable, y en la tercera el nuevo
modelo mental a seguir. Esto no tiene ningún sustento científico y
probablemente lo único rescatable son los nuevos modelos mentales que
en todos los casos son positivos para cualquier situación.
En la cuarta parte del
libro que es capítulo final el número 16 la autora cuenta su historia. Vamos a
ver qué es lo más destacable de esta minibiografía. Dice que le gusta preguntarles a sus clientes sobre su infancia para poderlos ayudar mejor. Esto lo utiliza
como disculpa para hablar de su vida en este libro.
Nació en 1926 en San
Diego en California. Tuvo una infancia y una adolecía duras. Sus padres se
separaron cuando teñía año y medio de vida, y su madre se tuvo que poner a
trabajar en otras casas dejándola de día con cuidado de unos vecinos. No paraba
de llorar por la ausencia de sus padres. Alrededor de 1930, durante la gran
depresión su madre se volvió a casar con un hombre muy tosco y fue violada por un vecino borracho. Este hombre fue sentenciado a 15 años de prisión
y como inconscientemente le habían hecho creer que la culpa de la violación fue
ella entonces tuvo miedo de que el hombre al salir de la cárcel se iba a vengar
de ella.
Más adelante cuenta que
en un evento de su escuela, hubo pasteles para todos los niños, pero para ella
no alcanzó lo cual explica en el libro como un resultado de haber sido criada
en la pobreza y tener la creencia errónea que ella era la última en todo y que
no se merecía nada.
A los 15 años no
aguantó más los abusos sexuales de su padrastro y se escapó de su casa y de su
escuela. Encontró trabajo como camarera y como tenía la autoestima por el piso,
no dudaba en pagar con su cuerpo cualquier favor que le hiciesen tanto que los
16 años quedó embarazada de una niña y pudo encontrarle un hogar de un
matrimonio que estaba ávido de reproducirse y no podían, y durante los últimos
4 años de su embarazo vivió con ellos y cuando la bebita nació la inscribió a
nombre de ese matrimonio. El haber tenido que ceder a su bebita fue muy duro,
no pudo gozar del placer de la maternidad, fue un momento de sentimiento de
culpa y victimización.
Se fue para Chicago, pero su autoestima seguía baja y con ese modelo mental solo atraía a hombres
que abusaban de ella e incluso le pegaban.
Después se fue para
Nueva York donde logro ser modelo de alta costura, pero su autoestima seguía baja
entonces no lograba sentirse bella. Por esa época conoció a un hombre inglés muy
educado con el que viajó por todo el mundo, rozándose con la realeza e incluso
llegando a cenar en la Casa Blanca. Pero después de 14 años de matrimonio este
hombre la dejó justo cuando empezaba a ver que cosas buenas y duraderas podían
pasar en su vida.
Al poco tiempo empezó a
ir a las reuniones de la iglesia de la ciencia de la religión, un grupo protestante en Nueva York, y el mundo de la alta costura empezó perder interés
para ella. Empezó a devorarse todo material que cayera en sus manos sobre metafísica
y sanación. Tres años después presentó con éxito los exámenes para convertirse
en una sanadora de dicha iglesia y ahí comenzó el camino que llevaría por el
resto de su vida. Después se fue a Iowa para estudiar sin las distracciones de
una ciudad como NY. Se inscribió en el Marahishi’s internacional University
donde estudió con mucho entusiasmo.
Unos pocos años después
regresó a NY y continuó en las labores de su iglesia y casi sin darse cuenta
empezó a dar charlas y a tener clientes. Escribió su primer libro “Sana tu
cuerpo” que básicamente es una lista de causas metafísicas de dolencias
comunes. Lista que quedó ampliada en el capítulo 15 del libro que se está
reseñando aquí. Esta lista ya fue criticada como algo pseudocientífico en este post.
Al poco tiempo la
diagnosticaron con cáncer en el útero (14, 15)
se negó a ser operada para poner a prueba sus dotes de senadora. Los médicos le
dieron tres meses para sanarse o si no tendrían que operarla. Ella se resistía
a operarse porque eso sólo era quitar la consecuencia del resentimiento que
tenía hacía los hombres que habían abusado de ella, especialmente sexualmente y
por eso explica que su cáncer apareció en el útero. Por eso explica ella que
los cánceres vuelven a aparecer en otras partes del cuerpo. Por qué le paciente
sigue teniendo el mismo modelo mental negativo. Ella quería atacar la causa y
no la consecuencia. Empezó su proceso de autosanación y empezó a leer sobre
medicina alternativa e ir a curso afines. En una conferencia de reflexología
encontró un experto en el tema que le estuvo haciendo terapia tres veces por
semana y esto la ayudó mucho.
Con la ayuda de un
terapeuta pudo desahogarse y deshacerse del resentimiento que sentía por los adultos
que la habían abusado durante su niñez e infancia. Después de seis meses de
dieta estricta y terapia, los médicos le confirmaron que estaba libre de
cáncer.
Después de esta mala
experiencia que a la larga fue súper-edificante, regresó a California, más
exactamente a Los Ángeles. Encontró que su madre estaba ciega y su hermana
estaba muy ocupada por lo cual fue imposible reorganizar su núcleo familiar.
Entonces continuó con su trabajo y empezó a ir a reuniones del movimiento de la
nueva era. Su libro “Sane su cuerpo” le abrió muchas puertas y empezaron a
aparecer los clientes y un par de años después se pudo mudar a una hermosa
casa, y se concientizó del abismo que había entre su niñez y adolescencia de
pobreza con respecto al estatus de vida que tenía ahora, y se dio cuenta que
las cosas podían cambiar para bien en tiempo no muy largo.
Al poco tiempo y
después de dos años de no comunicación recibió una llamada de su hermana para
contarle que su madre se había caído y que se había roto la espalda. Se tuvo
que hacer cargo de su madre. Esta desgracia las reunificó a las tres. Su madre
iba evolucionando bien y se hizo operar sus cataratas y ahora está feliz de
poder volver a leer. Recuperó el tiempo perdido con su madre y reedificaron su
relación y hablaron de muchos temas antes eran vedados.
Fue en 1984 que terminó
de escribir este libro. Murió en San Diego, California en 2017, a los 90 años,
por causas naturales (14, 15).
Conclusiones
Repito, hasta el
capítulo nueve me gustó mucho este libro. Es básicamente utilizar afirmaciones
positivas para acostumbrar a la mente, de la cual uno es el jefe, a pensar
positivamente y eso mejorará cada aspecto de nuestras vidas. Si es cierto que
el cerebro es un computador cuántico, puede crear una mente poderosísima llena
de proyectos buenos y bienestar que se podrían cristalizar en nuestras propias
realidades. El problema es que no sabemos cómo utilizar las cualidades
cuánticas de nuestro cerebro, pero de pronto libros como este nos acerquen un
poco a ese aprendizaje. Yo soy ateo y estoy más lejos de ese aprendizaje por la
falta de fe y exceso de escepticismo científico. Pero la autora del libro
estuvo llena de fe y por eso de pronto pudo curarse de su cáncer uterino en
menos de seis meses gracias a una dieta estricta y su fe metafísica en el poder
sanador de la mente. Si usted es creyente le sacará mucho más jugo a este libro
del que yo obtuve.
Sin embargo, este libro
es de doble filo pues al darle el poder al lector de cambiar su vida para bien,
también lo vuelve el victimario de las cosas negativas que le pasan. Esto es
muy palpable desde el capítulo 10 donde habla del trabajo y empieza la tercera
parte que es un conjunto de capítulos donde se explica cómo poner en práctica
lo explicado hasta ahí. Antes de la tercera parte me gustó mucho el libro pues se dan explicaciones sin acudir a la pseudociencia o a entidades
sobrenaturales
Además de volver al
lector en el victimario de todos sus males los capítulos 14 y 15 son muy pseudocientíficos, como y ase dijo. Es decir, recurre mucho a la falsa ciencia y parecen más
bien poéticos, en el sentido que el número 15 es una lista de problemas de
salud que parecen estar relacionados figurativamente con las actitudes que los
producen. Rescatable de la lista la tercera columna que es una colección de
pensamientos positivos que pueden mejorar, al menos parcialmente, la situación
negativa de cualquier persona.
El capítulo 16 es la
historia de vida de la autora, que resulta ser inspiradora, pues partiendo de
ser una niña y adolescente pobre y abusada, resulta siendo en las últimas
décadas de su vida, una connotada consultora, conferencista y escritora.
Recomiendo la lectura
de este libro.
Gracias por leer mi
reseña.
Literatura
Citada
1. Duque-Osorio JF. El tomar el cerebro como un posible computador
cuántico, es una forma científicamente plausible de usar nuestro poder mental
sin caer en explicaciones míticas, religiosas y demás creencias sobrenaturales.
2014. Disponible en: http://www.juanferduque.com/2014/09/el-tomar-el-cerebro-como-un-posible.html . Consultado el 18-Abr-2019.
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10.
Duque-Osorio JF. Crítica a la Tesis de la “Tábula Rasa” y a la Negación de la
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11. Pinker S. The Blank Slate: The Modern Denial of Human Nature.
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12. Dawkins R, Pérez-Galdós N. El espejismo de Dios. Grupo Planeta;
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13. Duque-Osorio JF. Existencialismo: Más de una Década Después de
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14. About Louise L Hay. Disponible en: http://www.louisehay.com/about/ .
Consultado el 18-Abr-2019.
15. Louise L
Hay: Mini-biografía. Wikipedia. Disponible en: http://es.m.wikipedia.org/wiki/Louise_Hay . Consultado el 18-Abr-2019.
Excelente reseña de un libro que leí hace mucho tiempo. Me tomé la libertad de compartir en GoodReads el link a esta reseña.
https://www.goodreads.com/review/show/5142229609