El artículo que se va reseñar acá fue escrito por facultativos que en su mayoría pertenecen al Departamento de Psiquiatría de la Universidad de British Columbia en Vancouver-Canadá, liderados por Barbara Pesut del Departamento de Enfermería de dicha Universidad. Es de resaltar que una de los autores de este estudio, Victoria Maxwell, es bipolar. El artículo se llama “Religión y Espiritualidad en el Contexto del Desorden Bipolar” [3] donde hacen una revisión sobre el tema de la religión y espiritualidad (RE: tomada como un término amplio) en el desorden bipolar, y dicen que, en las décadas recientes, la RE ha figurado prominentemente en la literatura médica, lo cual es muy importante para la salud mental de algunos pacientes. Se ha notado que los pacientes creyentes o espirituales pueden sobrellevar mejor su enfermedad mental, a presentar menos abuso de sustancias psicoactivas y mejor estado subjetivo de bienestar y calidad de vida.
Sin embargo, la mayoría de estudios que se han fijado en la relación entre religiosidad-espiritualidad (RE) se han enfocado en desordenes de depresión mayor, ansiedad, abuso de sustancias y desórdenes psicóticos. Pocos han explorado dicha relación en pacientes bipolares. El entender esta relación entre religiosidad-espiritualidad (RE) en pacientes bipolares es particularmente importante pues estos pacientes, especialmente cuando están en estado psicótico, reportan experiencias místicas con temas religiosos lo cual debe ser parecido a lo que le pasa a algunos pacientes epilépticos cuando tienen convulsiones en el lóbulo temporal derecho del cerebro, como no lo explica el neuropsicólogo Joseph Rhawn en su libro “Neuropsiquiatría, Neuropsicología y Neurociencias Clínicas” [4]. Estas experiencias pueden incluir hechos como que el paciente cree que es Dios, oye mensajes de esta deidad o tienen una misión divina. Sin embargo, a veces es difícil diferenciar entre experiencias religiosas patológicas de aquellas que tienen las personas “normales”. Además, esta clasificación depende del contexto cultural. Por ejemplo, el creer que un individuo está poseído por un espíritu malévolo puede ser considerado como una creencia patológica en Norte América, pero no en Haití, particularmente dentro de las tradiciones vudú. Sin embargo, Harold G Koenig, MD, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Duke en Carolina del Norte-EUA, ha concluido que en general la religión puedo jugar un papel positivo en las vidas y tratamiento de aquellos que experiencian brotes psicóticos [5]. El reto está en incorporar experiencias religiosas en el cuidado clínico de pacientes bipolares [3].
La revisión de la literatura hecha para escribir el artículo [3] que se está reseñando en este post tomó en cuenta pacientes bipolares tipo I, II y ciclotímicos (este último término se refiere a la forma más leve de las condiciones del gradiente afectivo bipolar [6]). Las palabras claves para hacer la revisión incluyeron: “espiritualidad”, “religión”, “creencias religiosas”, “logoterapia [7]” cruzadas con “desorden bipolar”, “depresión maníaca”, “desorden del ánimo”, “manía” y “ciclotimia”. Los autores escogieron solo seis estudios que cumplían con los estrictos criterios establecidos.
La conclusión más importante de dicha revisión [3] es que la falta de atención dada a la relación entre religiosidad-espiritualidad (RE) y trastorno bipolar en la literatura empírica contrasta con la prevalencia de dicho trastorno y el creciente interés social en estos temas espirituales. En parte, esto puede ser explicado por una tendencia a ver la religiosidad como una manifestación del desorden en sí. Hay una dicotomía entre estudios que se enfocan principalmente en la híper-religiosidad como algo patológico y aquellos que toman la RE como un recurso psicosocial. Solo el estudio [8] liderado por Erin E. Michalak de la División de Desórdenes del Ánimo, Departamento de Psiquiatría, Universidad del British Columbia, Vancouver-Canadá, con su enfoque cualitativo (no enteramente estadístico) permitió una enriquecida descripción de como la RE puede coexistir como recurso y desorden. En línea con lo anterior se reveló que el 40% de los pacientes bipolares participantes en otro estudio [9] prefirieron el formato de entrevista (cualitativo) al de cuestionario (cuantitativo, es decir, estadístico). Más investigaciones cuantitativas son necesarias para entender con más profundidad las experiencias religioso-espirituales en el contexto del desorden bipolar [3].
Los
estudios revisados soportan la idea de que la religiosidad-espiritualidad (RE) es
un factor influyente en las vidas de una buena parte de los pacientes bipolares
y más de un tercio de los 35 individuos bipolares en el estudio de Michalak [8] mencionaron que es
algo muy relevante para su calidad de vida. Prácticas religiosas,
particularmente la oración, jugaron un papel significativo en el manejo de la
enfermedad bipolar [9]. Estos hallazgos no
quieren decir que la RE sea más importante para los pacientes bipolares que
para los individuos de la población en general.
La importancia potencial de la religiosidad-espiritualidad (RE) en los encuentros clínicos (entrevistas entre el paciente y el profesional de la salud) no puede ser desestimada pues la misma puede afectar como los pacientes sobrellevan su enfermedad bipolar y las decisiones del personal médico. El ignorar la RE puede inadvertidamente promover la no adherencia los tratamientos por parte de los pacientes.
Aunque la literatura que se ocupa de la religiosidad-espiritualidad (RE) en trastorno bipolar es relativamente escasa, ha habido muchos más avances en el campo de la depresión mayor (unipolar) según la revisión de Koenig [5] quien reporta que nada más antes de año 2000 habían más de 100 estudios cuantitativos que han examinado la relación entre religiosidad y depresión unipolar. Esta revisión [3] concluye que la religión puede ser beneficiosa para los individuos que sufren de depresión. También se ha demostrado que personas con altos niveles de motivación religiosa son menos propensas a sufrir desórdenes depresivos. De la misma forma, el soporte social que brindan las religiones se ha asociado con aminoramiento de los cuadros depresivos.
Sin embargo, Kenneth Pargament del Departmento de Psicología de la Universidad Estatal de Bowling Green en Ohio-EUA, en su artículo “Lo Agridulce: Una Evaluación de los Costos y Beneficios de la Religiosidad” [10] ha advertido que las investigaciones empíricas han tendido a ver la religión de una forma muy simplista pues algunas formas de religiones son más beneficiosas que otras para el bienestar de las personas. Este bienestar se ha visto enlazado a una forma de religión más internalizada, intrínsecamente motivada y basada en una relación segura con la deidad a la que se está acudiendo que generalmente es llamada Dios; al contrario de otras formas de religión impuestas, no-examinadas y que muestran una relación débil con Dios y el mundo. También da entender que el fundamentalismo (fanatismo) es negativo. Dice Pargament [10] que el estudio de la religión debería tomar un enfoque que tenga en cuenta más matices pues además de que algunas perspectivas religiosas pueden ser de más ayuda que otras, la religión varía a lo largo de los contextos en las cuales se presenta: esto es la cultura, relaciones de dominancia, nivel de compromiso personal y la situación de vida de cada individuo. Las polémicas que se dan alrededor de la religión en la sociedad también se dan a nivel científico. Hay una urgente necesidad de un entendimiento más detallado de la relación entre religiosidad-espiritualidad (RE) en el desorden bipolar [3].
Los factores que constituyen la RE pueden ser unos de los que componen la amplia gama de variables psicosociales que tienen un rol en la determinación del desarrollo y desenlace de la enfermedad bipolar en determinados individuos. Una perspectiva teórica que reconoce la RE puede tomar relevancia tanto en lo que atañe a manifestaciones adversas del desorden bipolar como en cuanto a los efectos protectores que la RE puede traer, a la vez que comprendemos que la RE como recurso y patología no es algo mutuamente excluyente y menos si consideramos el contexto de las culturas pues en algunas de ellas una expresión religiosa puede ser “normal” mientras que en otras culturas no lo es.
Seguramente las investigaciones profundizarán en preguntas sobre cómo la religiosidad-espiritualidad (RE) puede afectar las orientaciones, motivaciones, soporte social y la lucha que hacen los bipolares para sobrellevar su condición, y al revés, como puede la bipolaridad afectar la RE de un individuo. Se necesitan más estudios que permitan entender las formas por medio de las cuales los clínicos puedan, de forma ética y efectiva, incluir las experiencias religioso-espirituales como parte del régimen terapéutico y ser sensibles a las formas por medio de las cuales un enfermo usa una religión como parte de su “medicina personal”.
¿No que dios me iba a curar del todo?
Y se
le puede caer su religiosidad, junto con su moral, de un momento a otro. Por lo
menos eso fue lo que me pasó a mí con una pequeña experiencia
místico-religiosa que tuve en Nueva York en 2004 [18] en medio de una
hipomanía fuerte de las que siempre me provocan los veranos en esta vibrante
ciudad.
Por todas estas conclusiones personales es que me interesa tanto los fenómenos místico-religiosos [17], que no son exclusivamente humanos [4], y máxime si se pueden relacionar con enfermedades mentales como la que sufro yo al ser un bipolar ciclotímico.
Muchas gracias por leer este post.
2.
Alves RRdN, Alves HdN, Barboza RRD, Souto WdMS. The influence of religiosity on
health. Ciência & Saúde Coletiva.
2010; 15: 2105-2111. Disponible en: https://bit.ly/3uX1sGJ. Consultado el 19-May-2021.
3. Pesut B, Clark N, Maxwell V, Michalak EE. Religion and spirituality in the context of bipolar disorder: a
literature review. Mental Health, Religion & Culture. 2010; 1: 12.
Disponible en: https://bit.ly/33RmnPF.
Consultado el 18-May-2021.
4.
Joseph R. Neuropsychiatry, Neuropsychology, and Clinical Neuroscience: Emotion,
Evolution, Cognition, Language, Memory, Brain Damage, and Abnormal Behavior.
Lippincott Williams & Wilkins; 1996.
5.
Koenig HG. Research on religion, spirituality, and mental health: A review. The
Canadian Journal of Psychiatry. 2009; 54(5): 283-291. Disponible en: https://bit.ly/3eWaXAo. Consultado el
18-May-2021.
6.
Angst J. The bipolar spectrum. British Journal of Psychiatry. 2018; 190(3):
189-191. Disponible en: https://bit.ly/3fu52Sg.
Consultado el 18-May-2021.
7. Frankl VE. El Hombre en Busca de Sentido. BNPubliching.com; 2019.
8.
Michalak EE, Yatham LN, Kolesar S, Lam RW. Bipolar disorder and quality of
life: a patient-centered perspective. Quality of Life Research. 2006; 15(1):
25-37. Disponible en: https://bit.ly/3hyKU43.
Consultado el 18-May-2021.
9.
Mitchell L, Romans S. Spiritual beliefs in bipolar affective disorder: their
relevance for illness management. Journal of affective disorders. 2003; 75(3):
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10.
Pargament KI. The Bitter and the Sweet: An Evaluation of the Costs and Benefits
of Religiousness. Psychological
Inquiry. 2002; 13(3): 168-181.
11. Duque-Osorio JF. ¿Ensayo exitoso con
Lamotrigina? Mis Obsesivos Rituales (Terapia TRIS) ¿Soy Ateo? Mi Blog y
Consejos. Ibagué, Tolima-Colombia. Blog “El Duque Bipolar”; 2021.
Disponible en: https://bit.ly/EDBJFDLamotriginaTRIS. Consultado el 12-May-2021.
12. Duque-Osorio JF. Mi Ateo Mito
Religioso-Científico: Panteísmo Cuántico. Ibagué, Tolima-Colombia. Blog
“El Duque Bipolar”; 2021. Disponible en: https://bit.ly/EDBJFDPanteismoCuantico. Consultado el 22-Abr-2021.
13. Duque-Osorio JF. Por experimentar con
Fármacos, en Particular con Quetiapina, Tenía Abandonado mi Blog. Blog “El
Duque Bipolar”; 2021. Disponible en: https://bit.ly/EDBJFDQuetiapinaAbandoneBlog. Consultado el 12-May.2021.
14. Dawkins R, Pérez-Galdós N. El espejismo de
Dios. Grupo Planeta; 2010.
15. Alper M, Ochoa S. Dios está en el cerebro.
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16. Wilson EO. On Human
Nature: With a New Preface. Harvard University Press; 2004.
17.
Duque-Osorio JF. Evolución y
Neurobiología de las Experiencias Mísitico-Religiosas. Innovación y Ciencia
(Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia). 2011; 18(1): 53-63.
Disponible en: https://bit.ly/EDBJFDEvolucionExperienciasMisticas. Consultado el 13-Ago-2019.
18. Duque-Osorio JF. Aunque soy Ateo, Tuve una Epifanía Religiosa en el Verano de 2004 en NY, y Otras Consideraciones. Ibagué, Tolima-Colombia. Blog “El Duque Bipolar”; 2012. Disponible en: https://bit.ly/EDBJFDEpifaniaReligiosa. Consultado el 18-May-2021.
Artículo muy interesante, tema sensible para muchas personas. Efectivamente existen muy pocos estudios acerca de la Religiosidad Espiritual en las personas que presentan trastorno afectivo bipolar. Excluyendo el fanatismo religioso, y hablando en primera persona con trastorno afectivo bipolar, la creencia en Dios no fue inmediata, es más, en la adultez se presentó de manera progresiva y espontánea. Analizando los factores considerados, tales cómo; la cultura, relaciones de dominancia, nivel de compromiso personal y la situación de vida de cada individuo, puedo inferir, que en mi caso, se dan estos cuatro factores con predominancia en este último. A medida que fueron pasando los años, hay situaciones que he vivido, que me hicieron llegar a una creencia absoluta, una decisión muy personal, que me ha ayudado a ser feliz, autoaceptación y manejo de emocionalidad, que ha sido, de total ayuda. Efectivamente como se señala en el artículo, hay una incidencia considerable en la anulación de la activación de episodios, tantos, depresivos, como hipomaníacos y maniacos y logrando la eutimia de manera permanente. Presento estados de tranquilidad, paz interior y la capacidad de sentirme útil a la sociedad, con una miramiento mucho más positivo en todo ámbito de mi vida. Excelente tema, el que permite la reafirmación de mi creencia espiritual.
Muchas gracias por tu comentario. Muy interesante. Estamos de acuerdo. Las diferentes situaciones de la vida, ya agregaría yo, el momento del desarrollo, llegan a las personas a ser creyentes en menor o mayor grado. Yo fui educado como catolico, pero al hacia 1994 cuando vi evolución en mi pregrado en biología dejé de ser creyente pues me di cuenta que la ciencia y la creencia en seres sobre naturales no es compatible y en especial en la teoría de evolución por selección natural no hay lugar para este tipo de seres. Entonces yo me considero ateo porque no creo en entidades sobre naturales. Pero sí te leés mi artículo del sistemita de creencias personal que me invente (Mi Ateo Mito Religioso-Científico: Panteísmo Cuántico ubicado en https://www.juanferduque.com/2021/04/mi-ateo-mito-religioso-cientifico.html) te darás cuenta que mi ateísmo es dudoso pues en este último artículo la diferencia entre lo natural y sobre-natural es difícil de ver, máxime cuando incluye conceptos de mecánica cuántica sobre lo cuales la humanidad entiende tan poco que parecen magia. Gracias otra vez por tu comentario.
Excelente complemento a la Espiritualidad Científica.