abril 21, 2013
Antropobiología y Evolución Humana, Divulgación Académica, Evolución Biológica, Psicología Cognitiva, Psicología Evolucionista

Lo poco que he Aprendido de Psicología Evolucionista

Empecé a escribir un libro de “Psicología Evolucionista”. Estoy aprovechando la oportunidad en el sentido de que sobre este tema solo hay un libro pequeño en español. En inglés hay muchos, pero en español no se ha puesto de moda este tema todavía. La Psicología Evolucionista es una compendio muy joven que recoge la tradición de la etología (Konrand Lorenz, Niko Tinbergen, etc.), socio-biología (EO Wilson), ecología comportamental, y pone todo esto dentro de un marco formado por la mezcla de Psicología Cognitiva y Teoría Evolución Darwiniana.

La Psicología Cognitiva es el paradigma que reemplazo al conductismo en la psicología. Hacia los años 60, la gran mayoría de psicólogos eran conductistas. Los autores principales dentro de esta corriente fueron Watson y Skinner. Para los conductistas la mente era una especie de caja negra que no valía la pena ser estudiada. Lo importante eran los inputs y outputs a la hora de estudiar el comportamiento. Para ellos el comportamiento era un complejo de actos reflejos e incluso decían que el concepto de mente no era algo que merecía ser examinado científicamente. Lo que permitió el advenimiento de la psicología cognitiva fue el desarrollo de la tecnología informática alrededor de los 1970s o 1980s. Esta tecnología permitió ver al cerebro como el hardware y la mente como el software. Ahora ya había un modelo plausible a la hora de hacer comparaciones y lanzar hipótesis. De pronto se puso de moda volver a hablar de la mente como algo que merecía ser estudiado. El paradigma cognitivo le dio seriedad a la psicología y ahora es tomada como una rama válida de la ciencia.

No se debe confundir con la Psicología Evolutiva, la cual trata del desarrollo comportamental de un individuo, es decir es ontogénica. La Psicología Evolucionista trata del desarrollo comportamental de una línea ancestro-descendiente, es decir es filogenética. Trata del desarrollo evolucionista comportamental de nosotros los humanos.  Trata de ver como la selección natural pudo haber formado nuestro comportamiento durante el período comprendido desde nuestra separación del linaje de los chimpancés (hace unos 6 millones de años) y el surgimiento de nuestra especie hace unos 100,000 años. Este período es conocido como nuestro entorno de adaptación evolutiva, cuando éramos sociedades de cazadores-recolectores.


El examinar el entorno en el cual nos desenvolvemos actualmente no ayuda mucho pues la evolución biológica es mucho más lenta que la cultural, y el tiempo comprendido desde el surgimiento de los humanos anatómicamente modernos y el presente es muy corto como para que las presiones selectivas de la actualidad ya se vean reflejadas en nuestro genoma. Eso no quiere decir que la cultura es despreciable. Puede que todavía nuestro desarrollo cultural no tenga mucho impacto en nuestra evolución biológica, pero a la hora de examinar el desarrollo comportamental humano se debe tener muy en cuenta la cultura. La gran mayoría de estudiosos del comportamiento adoptan una visión interaccionista a la hora de ver como se desarrolla comportamental un individuo. Es una interacción entre nuestros genes y nuestros memes (unidades de información cultural, término inventado por Richard Dawkins en su libro “El Gen Egoísta”. Los memes se suponen que son la contraparte cultural de los genes). En otras palabras, nuestro comportamiento es el resultado de la interacción entre nuestra biología y la cultura en la cual somos criados.

En los albores de la psicología evolucionista se llegó a ver el cerebro humano como una máquina para solucionar problemas genéricos. Pronto se descubrió que el mismo está dividido en módulos que evolucionaron para permitir problemas propuestos por el ambiente, especialmente durante nuestro entorno de adaptación adaptativa. En esto hay que detenerse un poco, pues hay autores que critican el concepto de “entorno de evolución adaptativa”, pues como la mayoría de seres vivos hemos tenido una evolución en mosaico durante la cual diferentes rasgos se han seleccionado en diferentes tiempos. Por lo tanto, no todos nuestros rasgos comportamentales han evolucionado durante nuestro entorno de adaptación evolutiva. De pronto lo que hace interesante a este período es el hecho que durante el mismo evolucionaron los rasgos que nos diferencian de otros animales. Hay un momento de este período que me llama mucho la atención, es hace unos dos millones de años, cuando había unas dos especies del género Homo (de pronto Homo habilis, ergaster y o heidelbergensis) junto con unas dos especies de australopitecinos robustos (género Paranthropus) interactuando y compitiendo por los mismos recursos. Me transporto a ese tiempo y me pregunto cómo será competir, interactuar, hacer negocios, etc., con humanos de otras especies. El tal es que nuestra evolución no ha sido una simple línea que va desde los primeros austrolopitecinos hasta los humanos modernos. Ha sido un complejo árbol, a partir del cual probablemente sobrevivió la especie más inteligente y/o más agresiva, llevando a la extinción a los demás homínidos. La última especie a la cual extinguimos por exclusión competitiva fue a Homo neanderthalensis hace unos 28,000 años.

De las herramientas de piedra fabricadas por estas especies de humanos se pueden sacar algunas conclusiones comportamentales. Durante el período Homo ergaster y su rama asiática Homo erectus, se fabricaron los mismos tipos de herramientas. La llamada industria Achelense. Prácticamente no hubo innovaciones durante este período. Se fabricaron el mismo tipo de herramientas durante unos dos millones de años. Esto sugiere que estos humanos hacían mímica, es decir copiaban lo que sus ancestros hacían. Cuando surgimos los humanos modernos, empezamos a hacer verdadera imitación, lo cual implica imitar y hacer innovaciones en la fabricación de herramientas. Esto y otras cosas nos llevaron a ser la especie de homínidos más exitosa. Todo lo cual llegó a un momento muy importante hace unos 10,000 años, es decir cuando se marca el límite entre el pleistoceno y el holoceno (en el cual estamos actualmente). Este cambio se caracteriza por la domesticación de plantas y otros animales, lo cual llevo a la formación de las primeras civilizaciones en lo que hoy llamamos Irak (Mesopotamia = entre dos ríos: Tigris y Éufrates). El surgimiento de nuestra especie fue marcado por el paso de lo que en evolución se llama un cuello de botella. Estuvimos a punto de extinguirnos hace unos 100,000 años cuando nuestra especie llegó a ser una población de apenas unos 10,000 individuos. Esto supuso una increíble presión selectiva de la cual solo podía haber dos consecuencias: nuestra extinción o la supervivencia de unos pocos individuos que sobrevivieron probablemente por la posesión de ciertos genes que fortalecieron nuestro sistema inmune y nos protegió contra infecciones de ciertas cepas bacterianas. Esta es una de las explicaciones que ahora se esgrimen para explicar el hecho de nuestra especie haya sobrevivido a este cuello de botella.

Pero el paso de vivir en sábanas africanas tropicales a ocupar lugares con regímenes estacionales como Europa y Mesopotamia nos sometió a nuestra especie a más presiones selectivas. Uno de los libros que estoy revisando para escribir mi libro de Psicología Evolucionista incluye un capítulo de medicina Darwiniana. Esto es una rama de la ciencia muy interesante que básicamente dice que los humanos vivimos actualmente en un ambiente para el cual no estamos diseñados. Eso puede dar explicaciones últimas (evolucionistas) a muchas de las enfermedades de las cuales sufrimos actualmente. Y esto es particularmente importante en cuanto a condiciones psiquiátricas, pues, aunque tenemos un comportamiento plástico (maleable) el cual es un terreno fértil para que la cultura haga que desarrollemos cierto tipo de comportamientos a medida que nos desarrollamos, esta plasticidad comportamental no es infinita. Volviendo al caso de nuestro paso de las sábanas africanas tropicales a latitudes templadas, yo especulo sobre como condiciones psiquiátricas pertenecientes al espectro afectivo bipolar podrían haber surgido. Este es un tema que por razones personales me interesa mucho. Mi idea, que algún día espero poder desarrollar de una forma seria, es que al ser primates tropicales que de un momento a otro (hablando en escala temporal geológica) nos vimos enfrentados a las estaciones hizo que surgieran adaptaciones comportamentales para adatarnos. Probablemente lo más adaptativo era en verano entrar en una especie de manía o hipomanía que nos pusiera “hiperactivos” para aprovechar el tiempo buscando y acumulando alimentos, buscando pareja(s), etc. Probablemente durante el invierno lo más adaptativo era entrar en un letargo (depresión o disforia) para quedarnos quietos y no salir a gastar energía valiosa en momentos en los cuales el ambiente no tiene nada que ofrecernos. Es posible que en algunos individuos este tipo de cambios se haya convertido en una sobre-adaptación que permitió el surgimiento de condiciones psiquiátricas como la bipolaridad o el desorden afectivo estacional. Por experiencia propia puedo decir que individuos que tenemos estas proclividades, mostramos una gran sensibilidad anímica y afectiva a los cambios de clima. Hay un principio que dice que los extremos se juntan. Una sobre-adaptación se puede tomar entonces como una mal-adaptación. Es interesante señalar que la civilización empezó en Mesopotamia. Uno de los pueblos que habitaron a Mesopotamia fueron los semitas, de los cuales se originaron los judíos y árabes. Hay autores que dicen que la prevalencia de condiciones que hacen parte del espectro bipolar está más o menos homogéneamente distribuidas en las diferentes etnias humanas. Yo no estoy de acuerdo con eso. Hay datos que señalan son condiciones con la prevalencia mayor en judíos y árabes. Lo que quiero decir es que para mi es probable que esta sobre adaptación a las estaciones tenga una prevalencia mayor en individuos de origen semita. Esto ayudaría a explicar cosas como el extremismo islámico, por ejemplo. A nivel de Colombia es interesante ver como la bipolaridad es especialmente prevalente en las personas que tenemos ascendencia paisa. Por lo poco que se, los paisas son descendientes de judíos y árabes. Incluso hay un pueblo en Caldas llamado Aranzazu en el cual el 25% de la población es bipolar, mientras que en la población general humana se estima una prevalencia que va del 1 al 5%, dependiendo de cuan estrictos sean los parámetros psiquiátricos usados para hacer estas mediciones epidemiológicas. Este es un tema interesante dentro de la Medicina Darwiniana, que espero algún día, y repito, espero desarrollar seriamente. Por ahora es solo una especulación.

Volviendo a la Psicología Evolucionista, es muy placentero para mí por fin tener el tiempo y la disposición de empaparme de algo que me ha interesado desde antes de comenzar mi pregrado. Durante y después del mismo he podido en algunas ocasiones aprender conceptos como aquellos explicados en libros como “On Human Nature” (EO Wilson) o el Mono Desnudo (Desmond Morris). Incluso dentro del curso de mastozoología, nuestro profesor de esta materia durante el pregrado (Michael Alberico QEPD) nos dio un capítulo muy interesante de comportamiento humano. En Ecología también nos dieron un resumen flash del tema. Aprendimos cosas como el hecho de que, al igual que la mayoría de especies de mamíferos, los machos humanos podrían ser poligínicos por territorio. Es decir, entre mejor y más recursos tenga el territorio de un macho tendrá acceso a más y mejores hembras. Esto no quiere decir, y repito, que a cultura no modifique este u otros comportamientos en humanos, pues obviamente lo hace. Actualmente la cultura, por cuestiones religiosas y/o económicas nos obliga a tener máximo una hembra. También hay que aclarar que cuando se habla de estas cosas, se está hablando de tendencias. Lógicamente hay muchas excepciones. Se puede decir que la mayoría de hombres, especialmente durante su juventud, tengan tendencia a ser poligínicos por territorio. Esto se ve claritico en ciudades como Cali o Medellín, en los cuales ciertos tipos de “comerciantes” que tienen mucha plata, tienen varias mocitas a las cuales mantienen. Lo mismo pasa en el mundo árabe cuando estos jeques tienen harenes enteros. Lo otro que hay que aclarar es que el hecho de un comportamiento sea “natural” no significa que está bien. El creer que algo está bien porque supuestamente es natural se conoce como la “Falacia Naturalista”. Los científicos simplemente exponen los hechos. Ya es labor de los filósofos entrar en consideraciones éticas o morales. Es interesante ver como en “On Human Nature” EO Wilson expone de una forma muy clara cuan diferente es el comportamiento de hombres y mujeres. Todo parte de un hecho muy simple. La diferencia en los gametos. Un óvulo es 85,000 veces más grande que un espermatozoide. Las mujeres nacen con todos los óvulos que van a usar durante su vida, que son unos 500. Los hombres producimos espermatozoides en cantidades realmente industriales. En biología todo tiene que ver con evolución, y en evolución todo tiene que ver con reproducción. Así uno conscientemente no se quiera reproducir, como es mi caso. El tal es que las diferentes características morfo-fisiológicas y comportamentales han evolucionado para maximizar el éxito reproductivo de un individuo. Es decir, en aumentar su fitness o aptitud biológica. A medida que, gracias a la selección natural, ciertos individuos dejan más descendencia que otros, ciertos genes se irán “poniendo de moda” en el acervo genético de la especie. Así el éxito reproductivo de los machos se da por cantidad y solo se ve limitado por la cantidad de hembras a las cuales puedan acceder. El éxito reproductivo de las hembras en cambio se da por calidad. Si una mujer escoge mal a un compañero sexual y queda embarazada, habrá perdido un año en tiempo reproductivo, produciendo un individuo sub-óptimo, por haber escogido mal. Otra forma de verlo es pensar en los machos como vendedores y las hembras como clientes, siendo la cópula la culminación de la venta. Desde el punto de vista del vendedor, la idea es realizar la mayor cantidad de ventas en la mayor cantidad de clientes posibles. Esto produce un evidente conflicto de intereses, pues el cliente va querer exclusividad y tratará de obtener la mayor cantidad de soporte técnico del vendedor. El soporte técnico es lo que se llama la amistad y esto puede explicar porque las mujeres valoran más este tipo de relación que los hombres. Que una mujer que uno le gusta le diga que lo quiere como amigo, es peor que le mentaran la madre a uno. La mujer en cuestión lo está haciendo con la mejor intención, pensando que los hombres disfrutamos tanto como ellas de una amistad sin sexo. En otras palabras, es poner al vendedor a proporcionar soporte técnico sin hacer una sola venta.

Supuestamente, de conceptos derivados de evolución biológica se pueden sacar conclusiones tanto de derecha como de izquierda. Yo no estaría tan de acuerdo con esto. Para mí es claro que, al analizar el comportamiento humano en general, y en particular las diferencias entre hombres y mujeres, las conclusiones tienden a ser de derecha, es decir machistas. Es algo muy injusto para las mujeres. Un acto de reproducción es como si un hombre y una mujer organizaran un gran partido de futbol. La idea es que las ganancias (la representación genética de cada miembro de la pareja en la cría) se partan por partes iguales. La mujer pone el estadio, la boletería, los patrocinadores, etc. ¿Y el hombre que pone? el balón. Simplemente eso. Y repito las ganancias son repartidas por partes iguales. Y eso que en especies como la nuestra los hombres ayudan en la crianza de los hijos. En la mayoría de las especies animales la labor del macho culmina con la cópula y consiguiente fecundación.  La crianza de un cachorro humano es mucho más larga y compleja, pues entre otras cosas nacemos unos nueve meses antes al hacer el comparativo con otras especies de mamíferos. Algunos autores incluso dicen que somos un aborto de primate. El problema con nosotros es que tenemos un grado de encefalización muy alto, lo cual se puede ver en nuestros grandes cerebros (al comparar su tamaño con el resto del cuerpo). A esto hay que sumarle la adopción de la posición erguida, lo cual redujo el ancho del canal del parto. Como consecuencia de todo esto nacemos en un estado muy precoz, y además cerebros grandes significan maduración lenta, por lo cual se necesita la ayuda de los machos en la crianza. Pero con todo y esto, las protagonistas en la crianza de los hijos son obviamente las mujeres. Además de la relativa ayuda en la crianza de los hijos, los machos se supone que son los defensores y por lo tanto los dueños de los territorios. De todo se concluye que las hembras están programadas para buscar machos con buenos territorios y muestren claves comportamentales de ser buenos padres. Esto lleva a un concepto que EO Wilson llama hipergamia. La teoría predice que las hembras van buscar machos con igual o más bien mejor estatus que ellas mismas. Esto es muy fácil de comprobar en condiciones de campo. Por ejemplo, cuando uno sale con una pelada de un barrio popular y le pregunta: “vos conocés o tenés amigos de aquí de tu barrio”, la respuesta típica es: “no, yo me junto con manes de otros barrios”. Otra tendencia es el hecho de que los hombres le damos más valor a la apariencia física de una potencial pareja, mientras que las mujeres, que obviamente también se fijan en el físico, no le dan tanta importancia como nosotros los hombres. La razón de esto es que la fertilidad femenina desciende relativamente rápido con la edad. Entonces los hombres estamos programados para buscar claves físicas que indiquen la fertilidad o potencial reproductivo (probabilidad de futuros embarazos) de una potencial pareja. En cambio, las mujeres no sacan mucho al fijarse en el físico de un hombre, pues entre otras cosas, y salvo algunos casos marginales de andropausia, los hombres somos fértiles desde nuestra pubertad hasta prácticamente la muerte. La consecuencia de todo esto es que todos los hombres estamos inexorablemente condenados a convertirnos en unos viejitos verdes conforme vamos avanzando en edad. Se estima que estamos programados para buscar parejas que tengan alrededor de 20 años, pues es el momento en el cual la fertilidad y potencial reproductivo de una mujer se encuentran en su pico.

Esto nos lleva al cortejo. El cortejo no es más que una obra de teatro en el cual el vendedor hace gala de sus mejores cualidades (status, posesión de recursos, mostrarse presto a ayudar en la crianza, etc), para lograr hacer la venta. El vendedor tratará de hacer la venta en el menor tiempo posible con el mínimo de esfuerzo, mientras que la clienta va querer exactamente lo contrario. Una de las funciones del cortejo es se vea que el macho invierte bastante tiempo y recursos, para que la hembra se de una idea de cómo se puede comportar cuando lleguen las crías. Entre más invierta el macho durante el cortejo la probabilidad de que haga la venta y no presente ningún soporte posventa se reduzca.

Pero en el caso de humanos la cosa no se queda simplemente en sexo y reproducción. El enamorarse de verdad, parece que es una característica exclusivamente humana. Lógicamente está relacionada con el sexo, y probablemente se haya derivado del mismo, pero es algo muy diferente. Cuando una persona se enamora de verdad, sucede una reorganización masiva del cerebro, al grado de que el concepto de yo cambia. Para la persona enamorada “yo” significa el mismo y la persona de la cual está enamorada. Lo más seguro es que el potencial de enamorarse realmente se desarrolle durante la adultez y pueda ayudar a explicar, al menos en parte la contradicción entre ser poligínicos y resultar en matrimonios monógamos. Yo especularía que durante su juventud un hombre tiende a ser poligínico. Poco a poco va escogiendo a su hembra alfa (su preferida) hasta resulta enamorado de ella y empieza un matrimonio monógamo. Es solo una especulación, pues lo que a mí me parece que veo en el campo es que cuando a una persona le dan ganas de casarse levanta la cabeza, busca otra persona que esté en las mismas y se casan sin mayores miramientos.  No sé, me hace falta más investigación.

Bueno y la psicología evolucionista tiene que ver con muchos otros temas, como la evolución de las capacidades para el lenguaje humano, la evolución del comportamiento religioso, la interacción entre evolución biológica y cultura, etc. Apenas estoy empezando, pero me estoy divirtiendo mucho. Estoy muy encarretado.

Bueno, muchas gracias por leerme.
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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

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