Es diciembre de 2010. Jorge-Andrés Donoso-Gutiérrez, un escéptico e incrédulo psiquiatra de 36 años de edad, empieza a soñar con su padre, quien había muerto en 2007. Para él estos sueños eran producidos por su propio cerebro. Pero de pronto, los sueños empezaron a hacerse más vívidos. Empezó a soñar con números y un día logró apuntarlos medio dormido. A pesar de incredulidad, empieza a jugar estos números en el loto, hasta que se lo gana. Además de hacer obras de caridad y ayudar a familiares necesitados, empieza a planear la construcción de un complejo, en el antiguo y bohemio barrio de San Antonio en Cali, donde lo tuviera todo: parqueaderos, hotel, museo, oficinas para fundaciones y ONGs, habitaciones para huéspedes, salas de teatro, etc. Alrededor del 2007 estuvo andando con sus amigos del Grupo de Teatro “El Espacio” a quienes les ofrece ser el grupo de planta de su complejo. Después de algunos años el mismo es construido y empieza a ser, después de la Universidad del Valle, el referente cultural más importante de la región.
Es diciembre de 2010. Jorge-Andrés Donoso-Gutiérrez es un médico de 36 años, especialista en psiquiatría, y hace parte de una familia de tradición médica. Escogió esta carrera por influencia de su familia y dada su condición afectiva bipolar, desde niño se mostró muy interesado por el comportamiento humano. Pero siempre tuvo inclinaciones hacia la ciencia, más exactamente hacia la biología evolucionista. En sus ratos libres se ha empapado de la Medicina Darwiniana, la cual, al menos en su parte psiquiátrica, nos enseña que muchas enfermedades mentales, pueden surgir en individuos genéticamente predispuestos, al enfrentarse a ambientes muy diferentes a los cuales evolucionamos previamente al neolítico (10,000 años atrás), cuando se empezaron a domesticar plantas y animales, y pasamos de ser cazadores-recolectores a agricultores, lo cual ayudó a que surgieran las primeras civilizaciones. Jorge-Andrés se empapa de estos temas, en un afán de conectar su profesión con sus verdaderas inquietudes intelectuales. Teniendo en cuenta las mismas, y entre otras cosas, Jorge es ateo, por lo cual no cree en la suerte ni el destino ni nada de estas cosas. Pero desde que murió su padre en el 2007, ha tenido sueños recurrentes sobre él. Como persona incrédula que es, Jorge-Andrés ha desafiado a esas apariciones de su padre en sus sueños, para comprobar que en realidad es alguna clase de “energía residual” ubicada en otra dimensión o algo así; o si son simples personajes creados por su propio cerebro. Como la explicación simple es casi siempre la correcta y en línea con su condición de neurobiólogo aficionado, las apariciones de su supuesto padre en sus sueños, resultaban ser lo que él ya sospechaba: personajes creados por su propio inconsciente que todavía no concebía la pérdida de su progenitor. Pero últimamente los sueños contenían un poco más de información. Por su conocimiento básico sobre estadística y probabilidades no era amigo de malgastar dinero en juegos de azar, pero últimamente estaba soñando mucho con números y temas relacionados, por lo cual se aventuró a jugar el loto, solo por no dejar. Con la sorpresa de que después de unos pocos intentos con los números con los que soñaba, se lo ganaría. Y aquí comienza nuestra historia. Jorge pasó de ser solo un psiquiatra con un buen nivel académico, a ser multimillonario.
Desde el 2008 se había propuesto
convertirse en un hombre solitario pues no podía ser que su felicidad
dependiera de la compulsiva necesidad de tener compañía. Ese año, aprovechando
un mal entendido con uno de sus mejores amigos de Arte Dramático de Cali, por
un lado, y por el otro, una pelea-terminada con su novia, vio la oportunidad
precisa para empezar a entrenar para soportar cada vez mejor la soledad. Antes
no se podía quedar más de dos semanas sin novia porque se le alborotaba su
bipolaridad. Ahora la meta era estar un año sin novia y con muy pocos amigos.
Lo de la novia no importaba mucho, pues muy a pesar de sus abundantes defectos,
y dadas las probabilidades, y la ley de oferta y la demanda, en algún momento
volvería a estar emparejado. Lo que más le dolía era dejar a sus amigos, pues
además de la necesidad de aprender a estar solo, estaba el hecho que la mayoría
de interacciones sociales se hacían por la noche, lo cual complicaba sus
problemas de sueño secundarios a su condición afectiva bipolar subclínica. Y el
dolor era peor aún, pues su último parche, el de la gente de Arte Dramático de
Cali-Colombia (también conocidos como Cali-wood), era el parche más bacano que
había tenido durante toda su vida.
Pero ya había pasado el año de
entrenamiento para ampliar su capacidad de estar solo. Había completado más de
un año sin novia, y no había signos de que la hiciera falta una; entre otras
cosas porque su anterior novia le proporcionó amor y placer como para diez años
más en el futuro. Le dejó su banco de memoria mental pornográfico a rebosar
Además durante este año de relativa soledad, había aprendido a farandulear sin
trasnocharse tanto. Había aprendido a familiarizarse, por medio internet, con
los eventos culturales claves de la ciudad. Cuando un evento le gustaba y se
ajustaba a su tempranero horario, se aparecía para disfrutar y hacer vida
social light después del mismo. Esto le permitía disfrutar de buena compañía y
de la cultural de la ciudad, sin lesionar mucho su frágil horario de sueño.
Todo marchaba muy bien. Jorge-Andrés terminó su pregrado en 1999, a los 25 años,
hizo su especialización en psiquiatría, y como no tenía mayores afujías
económicas en 2003 empezó su maestría en ciencias biomédicas con énfasis en
neurobiología en la Universidad del Valle, sede San Fernando de la cual se
graduó en octubre de 2007, justo un mes antes de la muerte de su padre. Ya en
el 2010 estaba listo para comenzar su doctorado a sus 36 años, todo en la misma
universidad: Univalle. Cuando pum!!, le llegó este golpe de suerte que le
cambiaría la vida a cualquiera. ¿Qué sentido tenía ahora hacer doctorado si ya
no iba a tener la necesidad de trabajar de planta como profesor en una
universidad? Ahora podía disfrutar de la intelectualidad sin estar preso en una
jaula académica que le dictara que temas podía explorar y cuáles no. Pero ¿que
haría con tanto dinero? Obviamente una parte iba para obras benéficas y otra
parte para familiares necesitados. Además de los impuestos y aspectos
financiero-logísticos, que la misma organización del loto y el banco del cual
era cliente le ayudaron a configurar, iba a quedar mucho dinero y había que
invertirlo de la mejor forma para no enloquecerse. En esos momentos empezó a
recordar comentarios de sus amigos de Arte Dramático, más exactamente los del
Grupo Teatral “El Espacio”, en el sentido de que no había suficientes
escenarios teatrales en Cali, y que los pocos grandes teatros estaban dedicados
al cine o a reuniones religiosas. Además de esto, y después de más de un año de
semi-aislamiento, Jorge-Andrés sentía que estimaba tanto a sus amigos del
mencionado grupo teatral, que se empezó a preguntar cómo podría funcionar él
para ellos en una relación tipo mecenazgo. Además quería vivir en lugar donde
lo tuviera todo: tertulias, deporte, farándula, teatro, oficinas, etc. Y fue
así como nació la idea de construir un Gran Hotel-Centro Cultural en medio del
barrio más artístico de Cali-Colombia: San Antonio.
Se empezó por ubicar el lugar
donde se podría desarrollar tal empresa. Seguidamente se empezaron a comprar
las casas de toda esta gran manzana. Era un proceso que iba a durar años. En
una de las primeras casas compradas se estableció una oficina para seguir
diseñando y gestionando este proyecto. Lo primero era rodearse por personas de
su entera confianza y constituir una corporación [Corporación para el Fomento
de la Cultura en Cali], presidida oficialmente por un tercero, pero
extra-oficialmente por Jorge-Andrés para proteger su identidad. Además de
permanecer en las sombras, contrato un esquema de seguridad para él y su
familia con una las mejores empresas del ramo.
A medida que avanzaba la compra
de viviendas, avanzaba los diseños del proyecto. Los mismos tenían que respetar
la arquitectura antigua del barrio. La idea era que el complejo estuviera
dividido en dos partes: una torre de parqueaderos y una torre habitacional. La
torre habitacional tendría una plaza central que incluyera elementos como un
jardín, piletas de agua, etc. y rodeada por el teatro, salones para reuniones,
oficinas, y habitaciones. Una vez concluidos los borradores de los diseños,
Jorge-Andrés se encontró ante una disyuntiva. Continuaba adelante para lograr
la aprobación de los diseños por parte de las autoridades de la ciudad, o se
los presentaba a sus amigos del grupo teatral para que ellos opinaran y
aportaran a la mejoría de estos diseños. Optó por lo segundo. Hizo que el
presidente oficial de su corporación llamara a los directivos de dicho grupo
para ofrecerles un contrato. Estos últimos pensaron que se trataría de alguna
representación teatral empresarial o comercial, lo cual no les hacía mucha
gracia, pero igual era trabajo. Llegaron la tarde pactada a la oficina de la
Corporación de Jorge en San Antonio y se entrevistaron con el presidente oficial
de la misma. Alberto, les explicó se iba construir un teatro grande en San
Antonio, y que necesitaban un grupo de planta, y que la primera opción la
tenían ellos. Los amigos de la Fundación teatral se emocionaron y dijeron que
iban a pensar la propuesta. Cuando de pronto una voz familiar que sonó desde el
fondo oscuro de la oficina, diciendo que eso no era suficiente, que tenían que
aceptar o declinar inmediatamente. Esa voz era la de Jorge-Andrés
Donoso-Gutiérrez, quien salió de la sombra y les dio un tremendo saludo a sus
amigos de teatro:
– Yo sabía que si no les
explicaba todo, no iban a tragar entero y no iban a aceptar inmediatamente, por
lo cual, además de revelarme ante ustedes como él cerebro de todo esto, les
tengo preparada una presentación multi-mediática, para ver si al final de la
misma quedan más dispuestos a aceptar..”
… y les resumió la situación
mostrándoles los documentos legales y financieros que iban desde la ganancia
del loto hasta la formación de la Corporación. Todo esto para que los del grupo
teatral tuvieran la seguridad de que los dineros eran bien habidos. La reunión
era solo con los dos directivos de la fundación teatral y Jorge les pidió que
la información sobre su involucramiento en el proyecto no saliera de esta
reunión, pues su seguridad estaba en juego. A continuación les mostraron una
gran maqueta que contenía todos los elementos planeados: parqueaderos,
ascensores, oficinas para los artistas, oficinas para manejar todo el complejo,
teatro con un túnel que comunica con los camerinos y bodegas de utilería,
alojamiento para los artistas, habitaciones para turistas, oficinas para
terceros (que en su mayoría serían otras fundaciones o ONGs), salones para
reuniones, terraza con: piscina, gimnasio, zona húmeda, canchas múltiples,
canchas para deportes de raqueta, bar para las “pool parties”, etc.
Después de semejante despliegue,
los dos directivos del grupo teatral “El Espacio” no tuvieron otra opción que
aceptar. Pero preguntaron cómo iban a explicar tanta belleza a sus demás
compañeros del grupo y la gente del medio en general, sino era por el hecho de
que Jorge-Andrés los había seleccionado, no solo por su amistad, sino por su
talento? y que este mismo seleccionador era el dueño de la Corporación y futuro
complejo? Jorge-Andrés les dijo:
– “No sé cómo van a hacer, pero
mi nombre no puede aparecer por ningún lado. Ustedes son artistas, son
creativos, invéntese algo, pero por favor ayúdenme a cuidar de mi seguridad. En
cualquier caso, si mi nombre se filtra, yo negaré cualquier relación con este
proyecto, y la contratación de ustedes se puede echar a perder. Les sugiero que
digan que un espectador fantasma ha estado viendo sus obras por parte de la Corporación,
y que ha llegado a la conclusión que el mejor teatro de la ciudad es el de
ustedes y que por eso los quieren tener de planta. En todo caso es una
oportunidad que no pueden dejar pasar. Van a tener alojamiento y comida por
parte del hotel del complejo, van a tener oficinas multi-mediaticas con todas
las facilidades técnicas para unos artistas como ustedes, van a tener la
prioridad en el uso del teatro del complejo, y como si eso fuera poco van a
tener un sueldo. Todo a cambio de que se presenten una o dos veces al mes, y
que el resto del tiempo estén trabajando en la configuración de nuevas obras.
¿Qué les parece?”.
Los directivos del grupo teatral
obviamente dijeron que les parecía muy bien y se pusieron a discutir los
detalles con Jorge-Andrés y el presidente oficial de su Corporación.
Cuando los directivos del grupo
teatral les contaron al resto de la fundación lo que la Corporación les había
propuesto, ellos no lo podían literalmente ni creer. Si la Corporación lograba
hacer un diseño que satisficiera a las autoridades de la ciudad, iban a tener
teatro y mecenazgo asegurado, entre otras muchas cosas, era como un sueño. Y
era un sueño para Jorge-Andrés también, pues él quería constituir un complejo
donde tuviera su propio grupo de artistas, sus deportes favoritos, su
apartamento, sus oficinas, etc.
Al aceptar la propuesta, el grupo
teatral se convertía más o menos en compañía teatral exclusiva de la Corporación
de Jorge-Andrés. Y desde ese momento, esta última empezó a inyectar recursos en
al grupo de artistas, aún sin el complejo estar aprobado y mucho menos
construido. A medida que pasaba el tiempo y Jorge-Andrés se sentía más seguro
con su esquema de seguridad, se reveló ante el resto de sus amigos del grupo
teatral como el artífice de este gran proyecto. Les aseguró que además de
contar con todo lo que necesitaran para su supervivencia y trabajo creativo,
iban a tener la autonomía que cualquier artista necesita. Sin embargo les explicó
que a medida que el proyecto se fuera configurando, iban a tener que reportarse
ante la Jefe del Departamento de Gestión Artística de la Corporación. Ana-Julia
Duque-Jaramillo. Ella iba a ser la encargada, entre otras cosas, de manejar, en
concordancia con el grupo teatral, la programación del teatro. Pues era obvio
que ellos no lo iban a utilizar todo el tiempo, por lo cual el mismo se iba a
utilizar en diversas ocasiones para presentaciones de otros grupos de teatro,
para mostrar películas, ofrecer conferencias y todo tipo de eventos culturales,
pues en algún momento el complejo iba a tener que auto-sostenerse desde el
punto de vista financiero. Para sortear esta situación, el mismo va a contar
con salas accesorias donde los artistas puedan hacer sus ensayos mientras el
teatro principal esté ocupado en otras actividades. Además el complejo iba a
percibir ganancias adicionales por el alquiler de habitaciones, oficinas,
salones para eventos y parqueaderos. Sin contar con los restaurantes, galería y
tienda-museo con el que iba a contar. Además de todo esto, y sin el ánimo de
hacer mucha injerencia en la autonomía del grupo teatral, Jorge-Andrés les
sugirió que una línea de investigación que podían seguir, sin que fuera
exclusiva, era la de adaptar obras de teatro clásicas a nuestra cultura local
de forma cómica, en lo cual ya habían sido exitosos en el pasado. Como en la
obra “El tio Ivam” (adaptación jocosa al ambiente del pacífico Colombiano de la
obra “Tío Vania” escrita en 1899 por el dramaturgo Antón Chéjov y dirigida por Konstantín
Stanislavski) . Se les aclaro también que podían hacer uniones temporales con
individuos y/o otros grupos, a modo de sacar adelante las mejores obras de
teatro de la región. Y en fin se discutieron un sinfín de proyectos artísticos
que se podían llevar a cabo, teniendo en cuenta el considerable músculo
financiero con el cual se contaba ahora.
Diciembre de 2011: Después de un
año de arduo trabajo para pulir los diseños del complejo a modo de satisfacer a
las autoridades de la ciudad, los mismos fueron finalmente aprobados. Los
trabajos de construcción duraron unos cuatro años, al final de los cuales, para
el Festival de Teatro de Cali del 2015, el complejo finalmente se inauguró, con
un rotundo éxito. Y así en los años venideros se hicieron en el complejo cada
vez más y mejores eventos culturales. Hacia el año 2020 el complejo llegó a su
punto de equilibrio y empezó a producir ganancias. Hacia el año 2050, el
complejo se había convertido, después de la Universidad del Valle y en
conjugación con ésta, en el principal referente cultural de la ciudad. Lógicamente
la Corporación de Jorge y el grupo teatral evolucionaron. Algunos miembros se
habían ido, otros habían llegado, etc. Para esta época a la Corporación se
habían incorporado otras instituciones de la ciudad y la misma ya tenía vida
propia, lo cual fue un alivio para Jorge-Andrés, pues él había decidido no
tener hijos, y por lo tanto dicha corporación no podía seguir siendo de un solo
dueño, pues no habría a quien heredarla. En sus últimos días de vida, las
personas que habían empezado esta aventura se sentían muy orgullosas del regalo
que le habían dejado a la ciudad, y solo pedían que el mismo siguiera teniendo
vida y objetivos similares a los originales, por muchos años más.