noviembre 3, 2013
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Mas de Diez Años Buscando mi Oficina Ideal

Esta es una mañana en el la cual me desperté temprano después de haber dormido bien y quiero hacer una entrada en Blog pero no se de que. Todo está muy bien, ya voy completar tres semanas sin fumar y me sigue cayendo trabajo como editor. Si esto sigue como va, no podré aceptar trabajo en la Universidad de Ibagué, si es que algún día me llaman para dictar el curso de Biología Comportamental que ya les monté en internet. Han sido muy amables conmigo en la Universidad de Ibagué y todo, pero repito, es posible que pronto llegue a un punto en el cual me dedique exclusivamente a ayudar a otros investigadores a publicar sus trabajos, y a cristalizar mis publicaciones también, y no tendría tiempo para ser profesor universitario.

Esto de llegar a trabajar en mi oficina ha sido una historia de casi 15 años, pues entre 1997 y 1999, mientras hacía mi tesis de pregrado con la profesora Martha-Isabel escobar, quien como Vicedecana de Investigaciones de la Facultad de Salud de Univalle, además de ser mi directora de tesis de pregrado, también era mi jefe en el Vicedecanato correspondiente. Y fue ahí donde mi hice consciente de que me encantaba el trabajo de oficina.
Decanato de Salud, Univalle
Decanato de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle, Sede San Fernando, Cali-Colombia. Fue en este edificio donde estuve trabajando entre 1997 y 1999 (ver certificado laboral) y me hice consciente de que me encanta el trabajo de oficina.
Esta afición mía por el trabajo de oficina, probablemente tenga que ver con el con el hecho de que vi muchas veces a mi papa (Álvaro Duque-Donoso. MVz. QEPD) trabajando en en su oficina, pues aunque era muy buen veterinario avícola en el campo, también tenía mucho trabajo  de oficina y disfrutaba mucho haciendo ambas cosas. En cambio, yo desde el pregrado, se veía que no iba a ser un buen biólogo de campo, pues además de ser citadino, cómodo, con problemas de sueño que hacían que el dormir en una carpa fuera un tortura para mí, para rematar, no era bueno para ver bichos en el campo. Me encanta el trabajo de oficina, mas no el de campo. Cuando me gradué de mi pregrado en 1999, tenía un escritorio grandísimo, diseñado por mi y hecho en madera, pero no tenía configuración de oficina, pues el mismo daba hacia la pared. Y es que para mi, esa es la principal diferencia entre el escritorio de un estudiante y de un profesional. El estudiante generalmente pone su escritorio contra la pared:
Escriorio de un estudiante
El profesional debería poner su escritorio de forma que al otro lado pueda atener clientes o pacientes, o como se quieran llamar:
Oficina Casera de un profesional
Puede ser una bobada, pero tiene un gran efecto psicológico. Pero todavía no había llegado a algo parecido a la de la foto anterior (que no es mi oficina). Cuando estaba empezando mi maestría, hacia el año 2001, logré que a los estudiantes de maestría con énfasis en morfología, nos asignaran un espacio en este último departamento de la Escuela de Ciencias Básicas Médicas, de la Facultad de Salud de Univalle. Es así como puse un escritorio y viví la fantasía de que tenía oficina en la Facultad de Salud de Univalle. Durante el 2002 me enfermé de mi colon y cuando continué mi maestría, hacia el año 2003, estuve trabajando por unas pocas semanas en el museo de morfología del dpto correspondiente de Univalle. Puse mi escritorio a la entrada de este museo, y volví a vivir la fantasía que tenía oficina en Univalle:
museo_anatomia
Sobra decir que por estos días, mi objetivo era convertirme en el algún momento en profesor de Univalle. Pero el problema siempre era el mismo. No tenía internet, pues la misma era muy restringida en la Univalle, y solo los profesores tenían acceso a la misma. Hacia el año 2004 arme mi primer escritorio no pegado a la pared en mi casa. Era la primera vez que tenía algo parecido a una oficina en mi casa. Hacia el año 2006, mi papá se fue a vivir a Bogotá, pues su último trabajo en DQSA era en Fontibón-Bogotá. Esto fue duro para mí pues estaba en plena realización de mi tesis de maestría, y ahora con mi papá en Bogotá (aunque nos visitaba un semana cada mes en Cali) me tocaba hacer muchas vueltas. Entonces seguía buscando un lugar tranquilo donde trabajar, donde esconderme para que no pusieran a solucionar chicharrones de campo. Fue así como me enteré que en la biblioteca de Univalle-Meléndez, habían cubículos para investigadores en piso superior de esta biblioteca:
Biblioteca-Univalle-Melendez
Pero el problema era el mismo: no me dejaban conectar mi computador portátil a la internet de la Universidad. Y es que eso era más que un capricho, pues mi tesis de maestría fue en bioinformática [Aproximación In Silico a la Estructura 3D de la Proteína Antiveneno DM64 de la Zarigüeya (Mammalia: Marsupialia: Didelphidae), Ver | Descargar PDF],  y los programas para mi trabajo los tenía instalados en mi portátil. No podía trabajar en otro computador y después de hacer varios trámites, tuve que olvidarme de esta idea. Después de esto el profesor Leonardo Fierro, quien entonces era director del posgrado en Ciencias Básicas Médicas, de a Facultad de Salud de Univalle, logró asignarme un cubículo de estudiante en departamento de fisiología (esto era en Univalle San Fernando) con internet y todo. Trabajé allí unos meses, pero son tan bacanos mis compañeros de Univalle, que era mas lo que faranduleaba que lo que trabajaba. Volvíamos al mismo problema. No tenía privacidad para trabajar. Hacia el segundo semestre de 2006 decidí seguir trabajando en mi oficina casera. Tuve que ponerme un poco serio para defender mi tiempo, pero la cosa empezó a funcionar. Hacia mediados del año 2007 mi papá regresó a vivir con nosotros, pues fue cuando fue diagnosticado con cáncer hepático. Le hice a esa maestría con alma, vida y sombrero, y logré graduarme el 19-Oct-2013, un mes largo antes de que muriera mi papá. Logré darle esa satisfacción de darle mi grado de maestría antes de que muriera. Le dije:
– Pa, ya en este diploma dice la palabra médicas  No te di gusto en el pregrado pues me pare en la raya en ser biólogo y no médico, pero ahora con este diploma hemos llegado a un acuerdo. Ahora si me voy a dedicar a estudiar lo que quiera cuando quiera.
Mi papá lloraba cuando vio el DVD de mi grado solemne. Era una mezcla entre alegría por verme graduar y de tristeza de no poderme ver triunfando en el futuro, pues ambos éramos conscientes que solo le quedaban unos meses de vida. Después de que mi papá muriera el 26-Nov-2007, ahí si me tocó chicharronear fuermente, pues me había graduado de mi maestría y mi mamá no maneja carro, por lo cual todas las vueltas cayeron en mis hombros. Fue duro. Esto complico la resolución de mi duelo por la muerte de mi papá, pues soy adicto a leer y escribir, y prácticamente no podría disfrutar de esta afición, por falta de tiempo. Entre el 2008 y 2010 estuvimos muy solos mi mamá y yo en Cali. Fue por eso que ha mediados de este último año, decidimos venirnos a vivir a Ibagué. Lo cual después de tres años, y como lo he narrado muchas veces, resultó ser una muy buena decisión. Pero los chicharrones de campo continuaron y se intensificaron con todos los trámites de traslado a Ibagué.
Afortunadamente, hacia el 2012 mi mamá empezó a salir con su esposo actual, Lisímaco Cortés-Torres, quien hace aproximadamente hace un año está viviendo con nosotros. Maco se ha portado muy bien, es un bacán, nos la vamos muy bien, pero para mí su principal función es llevar a mi mamá a hacer vueltas por toda Ibagué, dejándome a mi tranquilo todas las tardes leyendo y escribiendo. Aprovecho para felicitarlo por su cumpleaños que es en estos días, creo, y para agradecerle por toda su ayuda, pues además de hacer vueltas con mi mamá todos los días, trabaja todas las mañanas con nuestra furgoneta, nos administra un taxi y todo esto ha ayudado mucho a la economía familiar.
Hablando de finanzas y oficina casera, ahora trabajar en mi casa es mucho más divertido, pues como se puede ser en los banners comerciales que he puesto aquí en mi sitio web, he empezado a editarle documentos a investigadores de la Universidad del Tolima, para ayudarles a publicar sus trabajos. Esto me hace acordar de una conversación con mi psiquiátra en Cali, hacia el 2008 o 2009. Le pregunté:
-Ariel, estoy preocupado porque me estoy despertando todos los días después del medio día y entonces los días se me acortan mucho y no me rinde el tiempo.
-Juan-Fernando, solo es que le digan que si cuenta U$25,000 antes de las 5:00 de la mañana esa plata es suya, y usted se despierta automáticamente desde las 2 o 3 de la mañana
Tenía toda la razón. El trabajo en mi oficina casera ha sido muy divertido, pero ahora que encontré la forma de sacarle platica al  mismo, estoy madrugando. La semana antepasada hubo dos días que me desperté a las 06:00 am. Esta semana me desperté dos veces a las 05:00 am, en todos los casos con unas ganas increíbles de trabajar. Todo esto me tiene muy contento, pues ya los contratos han empezado a llegar y he empezado con pie derecho esta labor de escritor. Ahora lo que hay que hacer es organizar bien el horario, para dejar al menos una tarde para trabajar en mis propias publicaciones. Pero todo esto es gracias a mis padres, a quienes de le dedico la canción “De los Dos la Esperanza” de Gilberto Santa Rosa, pues trabajaron duro para darme la calidad de vida de la cual disfruto ahora. Y también agradecerle a Maco, quien actualmente se encarga de los chicharrones de campo con mi mamá y me están dejando tranquilo en mi oficina casera, estudiando, trabajando y resolviendo los chicharrones de oficina que, al contrario de los de campo, si me gustan. Estoy muy contento en el lugar donde nos vinimos a vivir desde 2010, pues aquí lo tengo todo: mi apto, mi oficina, y además el conjunto cuenta con piscina y gimnasio para hacer ejercicio. Ese es otro tema que quería tratar. Es increíble como una hora de gimnasio y una hora de piscina al medio día, me dejan recargado para seguir trabajando intelectualmente por la tarde. Y para rematar, una foto de como es mi oficina casera actual:
Abr-2012 JFDO en apto Pte Alto IBE 003
En esta foto se ve a mis espaldas, lo que yo llamo, mi muro chicanero. Para decir verdad, los diplomas importantes son los de la fila de arriba: mi grado de maestría (el de doctorado está pendiente), de profesional en Biología, y el grado de bachiller bilingüe. Los diplomas de las siguientes filas son de congresos, con respecto a a los cuales he sido expositor una o dos veces. El resto son farándula, pues a eso va uno a los congresos. Se pilla uno o dos ponencias, y el resto del tiempo lo gasta en relaciones públicas.
Bueno, gracias por leerme. Un abrazo.
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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

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