mayo 18, 2014
Bitácora Personal, Club de Ciencia y Ficción de Ibagué-Colombia, Dejar de Fumar, Disciplina, Orden, Producción Intelectual, Tabaquismo, Trabajo Intelectual y chicharrones de Oficina, Trastorno Bipolar

Un mes sin fumar y otros cambios positivos

Ya tengo cansada a mucha gente en Facebook con el conteo del tiempo que llevo sin fumar. Ese conteo pareciese indicar que el tiempo se me pasa super-despacio en mi esfuerzo por no volver a fumar; pero la verdad ha sido fácil y el tiempo se me ha pasado muy rápido. Hago estos conteos solo por molestar y ver la reacción de la gente. Aunque ya ha pasado antes y recaído, yo creo que esta es la vencida pues hasta en mis sueños digo no cuando me brindan cigarrillos. Este es uno los tantos cambios positivos que están pasando este año en mi vida. Lo que sigue es coger más disciplina, seguir organizando mi cronobiología, para poder producir más, especialmente dentro del campo intelectual, con respecto a lo cual tengo varias ideas pendientes por cristalizar.
Parece que lo que escribí en mi última entrada (Salpicón alrededor de mi tabaquismo) y todo lo que estuve meditando por esos días alrededor del tema, me ayudó mucho a dejar de fumar. Sí, solo fue  tomar la decisión de erradicarlo del todo, y ha sido relativamente fácil dejar de fumar. La diferencia con otros intentos es que ahora no estoy haciendo excepciones ni tratando de regular ese vicio, lo cual obviamente no pude hacer. Antes me decía:
– Voy a dejar de fumar, pero de pronto en el próximo faranduleo me fumo unito.
o
– Cuando le ponga tina a mi baño, me fumo unito con una copa de vino para celebrar.
o
– Voy a dejar de fumar entre semana y el fin de semana me fumo uno o dos.
Nada de eso funciona. Hay que dejarlo del todo y para siempre. No hay de otra. Desde que se piense en fumarse “unito” en el futuro, este vicio no se puede dejar, pues estamos hablando de una de las sustancias más adictivas que conocemos, y en mi caso es un vicio no regulable, pues el tener una condición afectiva bipolar, a si se en su forma subclínica (no estoy enfermo), hace que el riesgo de abuso de drogas sea mayor, por lo cual dejé de intentar regular mi tabaquismo y así lo dejé. Además de negarme a fumar en mis sueños, también lo he estado haciendo en la vida real. He faranduleado varias veces durantes este mes y nada de ganas. Ya incluso le estoy empezando a coger asquito al tabaco. Eso va muy bien.
Después de este logro, y sin bajar la guardia contra una potencial caída en el tabaquismo, lo que sigue es ordenar mis actividades, pues como lo esbocé en mi entrada anterior (Salpicón alrededor de mi tabaquismo), la disciplina es indispensable para maximizar de forma sostenible la relación placer/sufrimiento. En otras palabras, para aplicar el hedonismo que nos proponía Epicuro y no confundirlo con el tropicalismo, es imprescindible el orden y la disciplina. Y para esto es importantísimo trabajar el horario de las actividades claves del día. Y esto si que es cierto para un individuo bipolar como yo, pues perdemos el ritmo relativamente fácil. El tener un horario de sueño y demás actividades organizado, se llama “Terapia del Ritmo y la Interacción Social”, pues si uno se deja llevar por los caprichos de una cronobiología mal organizada, resulta pasando derecho, durmiendo de día, con poca interacción con los demás (pues por la noche la gente generalmente está durmiendo) y haciendo cosas de una forma aleatoria y sin ninguna posibilidad de seguir triunfando en la vida. Entonces ahora estoy empeñado en organizar mi sueño y lo estoy logrando. En entradas anteriores ya había expresado varias veces que el clima de Ibabué me está ayudando mucho con mi sueño. Sí, me estoy durmiendo más fácil, e incluso en a una hora mas o menos estandarizada (alrededor de las 23:00). Pero ahora quiero dormirme y despertarme todos los días a la misma hora. La idea es dormirme todas las noches alrededor de las 23:00 y despertarme todas las mañanas alrededor de las 10:00, para así lograr dormir cada noche unas 9 o 10 horas. El sueño es mi talón de aquiles y a la vez es la base de toda mi cronobiología y es indispensable tener un sueño regular para tener un buen ánimo. Estuve ensayando despertadores para empezar a despabilarme a las 09:00 y a las 10:00 ya estar operacional. Pero esto me hacía estar todo el día cansado y somnoliento. Descubrí que la mejor forma de regular mi sueño, además de tomarme mis fármacos todos los días a la misma hora (20:00) es regular la cantidad de sinogán (levomepromazina) para dormir lo justo. Esto está funcionando relativamente bien, aunque hay que seguirle trabajando. El tener un horario de sueño en buena parte estandarizado, me ha permitido re-comenzar a hacer deporte y estandarizar mis horas de trabajo. Y es que la combinación de ejercicio hacia el medio día con trabajo intelectual por la tarde, es super-productiva y -placentera.
Entonces eso me lleva a otra pregunta, para la cual hace rato tengo respuesta, pero que solo hasta ahora estoy logrando implementar, Que quiero ser o hacer con mi vida. La respuesta es ser escritor. Pero para triunfar en cualquier empeño se necesita disciplina, y la misma, como lo explico en el párrafo anterior, apenas la estoy adquiriendo recientemente. Durante mis años de colegio y universidad, mi bipolaridad no me permitía ni hacía necesario que  tuviera mucha disciplina, pues esta condición, repito, le desordena a una la cronobiología, pero a la vez le permite obtener buenos resultados académicos sin esforzarse mucho. Solo cuando empecé mi tesis de maestría (MSc) en 2005 tuve que empezar a coger un poco de disciplina, pues además de lo complejo de este trabajo que al principio se veía muy simple [modelar una proteína en 3D con métodos bioinformáticos (In silico)], mi papá estaba trabajando en Bogotá y los chicharrones de campo (que no me gustan) empezaron a recaer en este pechito. Entonces la tesis de maestría me dio la disciplina de trabajar intelectualmente todas las tardes. Pero después de graduarme de mi MSc, de la muerte de mi papa, lo he estado haciendo de una forma desordenada. La mayoría de las tardes hago trabajo intelectual, pero de vez en cuando me quedo toda la tarde filtrando [filtrando oxígeno del aire que respiro, nutrientes de los alimentos que tomo, desechos de mi sangre, etc. (es otra forma de decir vegetando)] o a veces me siento a trabajar en mi oficina casera a las 14:00 (que es la hora ideal para hacerlo) pero otras veces se me va la mano durmiendo y me siento a trabajar a las 16:00 o incluso a las 17:00. Esto ya lo estoy cambiando. Hace años tengo un horario diseñado y ya tengo la suficiente salud psiquiátrica para empezar a adherirme fielmente al mismo. Y lo estoy logrando, Esto es indispensable para volverme un buen escritor, un buen investigador y un buen divulgador de la ciencia. Y obviamente también le da orden a las horas de trabajo cuando soy contratado para editar, traducir, corregir y/o organizar la bibliografía de material publicable de otros investigadores. Esto es muy importante, pues como lo narré en mi entrada anterior, el ponerme a recibir trabajo indiscriminadamente antes de semana santa, me puso excesivamente eufórico, sin sueño y con mucho tabaquismo. Ahora, además de respetar mis horarios de trabajo, estoy escogiendo muy bien los trabajos que acepto. Y lo hago por salud principalmente pero también por el hecho de que cada vez le quiero dedicar mas tiempo a mi labor como escritor. Cuando sean trabajos divertidos y bien pagos, pues lógicamente los aceptaré, pero no puedo ponerme a trabajar para otros todo el tiempo y renunciar a mi propia carrera. No puedo, por ganarme unos pesos en el corto plazo, renunciar a posibles mayores recompensas en el futuro, así esto último sea incierto.
Y lo inmediatamente anterior, refuerza la pregunta con la cual se comenzó el anterior párrafo. Si ya estoy relativamente bien definido desde varios puntos de vista (incluido el existencial y el económico) que debo hacer con mi vida? La respuesta es la misma. Debo cada vez trabajarle más duro a mi carrera como divulgador científico, pues la otra opción, y repito, es dedicarme exclusivamente a filtrar. Aquí hay que aclarar algo sobre lo cual he hablado antes. No quiero estar re-enchicharronado como mantiene todo el mundo, inmerso en sus problemas laborales, maritales, hijos, compromisos, etc. Pero tampoco se puede dedicar uno a vegetar pues los extremos se juntan, y estar excesivamente enchicharronado es igual de estresante a no tener nada que hacer. Entonces, y lo repito por n-ésima vez, estoy buscando un grado de enchicharronamiento medio, y para eso es indispensable tener un horario bien organizado, pues de otra forma el trabajo se desbordaría e invadiría el tiempo de descanso y eso constituye un efecto dominó que resulta desorganizándole a uno la vida, lo cual es estresante. Y esto si que es cierto cuando se trata de trabajo intelectual, pues el mismo no tiene fin. De una respuesta salen n-preguntas y siempre va a haber muchas cosas nuevas sobre las cuales leer, escribir y hablar. Digo que estoy relativamente bien definido existencial y económicamente, En cuanto a lo primero, hace 10 años largos estuve muy existencial pues en el 2002 casi me muero por una complicación colónica y eso tuvo un alto impacto psicológico, a lo cual hay que sumarle la muerte de mi papá en el 2007. Entonces con una pequeña ventana entre el 2005 y 2006 que me permitieron hacer mi tesis de maestría, entre el 2002 y 2012 estuve un poco mal desde el punto de vista existencial y psicológico en general. Ahora estoy mucho más tranquilo, y eso me permite disfrutar y trabajarle duro a mi carrera como investigador y escritor independiente. La salud económica doméstica está muy bien y mejorando. Tanto que después de la venta del apto que heredé en Cali, por estos días pude renovar todos mis juguetes (carrro incluido) e incluso comprarme un taxi para empezar a ganar plata por mis propios medios, no parasitar tanto a mi mamá, e incluso ayudarle por los laditos. Eso es per se muy placentero, pero a la vez redunda en tener más tiempo para trabajarle a mi carrera, pues con lo básico cubierto y sin hijos, no tengo que reventarme trabajándole a otros para lograr sobrevivir. Esto me lleva a la cuestión del tiempo. Quiero agradecerle a mi mamá y a su marido, el viejo Maco, por encargarse de todos los chicharrones de campo, incluidos los míos y dejarme todas las tardes libres para disfrutar de mi intelectualidad.
En el párrafo anterior decía que responder una pregunta, lleva a n-más y por eso la ciencia en particular, pero la intelectualidad en general, son un juego divertidísimo y sin fin. Entonces esto refuerza la pregunta. Si mi cronobiología cada vez la tengo más organizada, si económica y psicológicamente estoy bien pues mantengo bien de ánimo, ¿a escribir sobre que me voy a dedicar? Esta pregunta es importante pues estoy tan de buena onda que todo me está gustando. Y repito, no quiero estar en el extremo de un profesor universitario de planta que se debe dedicar a la misma línea de investigación toda la vida, pero tampoco puedo estar en el extremo contrario, de estudiar de todo, pues no me voy a volver bueno en nada. Esta es un pregunta que me vengo haciendo desde el 2004 o 2005, cuando ya se asomaba el fin de mi maestría y estaba empezando a hacer mis planes para mi doctorado (PhD). Lo que se me ocurrió en ese entonces es que la respuesta era la filosofía, pues la misma tiene que ver con todo. O al menos lo problematiza todo como lo estoy haciendo yo en este momento en esta entrada con respecto a mi situación ocupacional. Tanto que alcancé a aplicar a un PhD en Historia de la Ciencia en Barcelona, al cual fui admitido pero nunca pude conseguir beca. De hecho nunca pude superar ese círculo vicioso: para que una agencia financiadora le asigne una beca debe estar uno matriculado, y para matricularse hay que pagar. Pronto me di cuenta que no iba a poder hacer PhD en el exterior, pues además de este círculo vicioso, está mi condición bipolar. No me imagino viviendo en un país del primer mundo, en el cual las estaciones conviertan mi ánimo y sueño en una montaña Rusa. Por todo esto, empecé a buscar opciones de PhD en la misma Univalle y encontré un grupo de Etología y Filosofía. Su jefe, William González, desde el primer email que intercambiamos, me dijo que trabajaban comportamiento humano pero que no tenían nada que ver con Wilson y sus amigos. Yo en ese momento no sabía quien era Wilson y sus amigos. Era el año 2004. Hacia el 2010, tres años después de terminar mi maestría, asistí a un curso de maestría en filosofía, al final del cual di una charla que posteriormente publiqué (ver) en la cual le hacía barra a los autores que a William no le gustaban pero a mi si, incluido EO Wilson. En pocas palabras, aunque fue muy bacano conmigo, habría sido una locura hacer PhD con Willliam en particular, pero en la facultad de humanidades en general, pues detrás de estos desacuerdos intelectuales lo que hay es un juego político en el cual las personas de derecha (yo soy de centro derecha) le damos un poco mas de importancia a la genética a la hora que de moldear el comportamiento, mientras que las personas de izquierda le achacan todas nuestras características comportamentales a la cultura, dentro de lo que se ha llamado la hipótesis de la tábula rasa. En pocas palabras, después de hacer esa exposición que no le agradó a William, comprendí que era la última que iba a hacer en la Universidad del Valle, y empecé a contemplar la posibilidad de venirnos para Ibagué y quedarme sin doctorado. Sin embargo actualmente estoy cursando, de forma muy pausada, un doctorado virtual en Psicología, en la Atlantic International University. Entonces ya se avisora la posibilidad de que algún día tenga doctorado. Me desvié un poco, pero lo que quiero significar es que la filosofía, aunque muy linda (y sobre la cual tengo que aprender mas. Nota mental: Volverme a leer el mundo de Sofía) no era lo que le iba a dar cohesión a mis intereses intelectuales. 
Esos intereses están enmarcados en un deseo de acercarme un poco al arte y las humanidades, sin dejar de ser un hombre de ciencia (ciencias duras, básicas, pues ahora le ponen ciencia a todo). Es posible que por eso durante los últimos años, me ha interesado la psicología evolucionista, pues cuando se trata de ver el comportamiento humano, hay que ser consciente que el mismo es una interacción entre genética y cultura. De hecho, ya radicado en Ibagué, me puse a hacer un poco de investigación para un libro autobiográfico pero de ficción que estoy escribiendo, y me di cuenta que en la vida real yo hubiese podido hacer PhD en psicología en Univalle. Pero con el PhD virtual en la AIU está bien. Hablando de las artes, y en principio por influencia de los amigos que tengo aquí en Ibagué, he tratado de acercarme un poco a la literatura. Solo un poco, pues, repito, no tengo formación en humanidades ni arte, y además debo ser un bipolar raro pues no me gusta la poesía, a no ser que sea fácil de entender y la oiga en el formato de algún género musical que me guste. Para lograr ese acercamiento entre ciencias y literatura, nada más placentero que la ciencia ficción. Probablemente por eso me ha gustado tanto toda la vida. Entonces, sí; por medio de la psicología evolucionista (sobre la cual solo hay un libro pequeño en Español y no se debe confundir con la evolutiva), Con respecto a la ciencia ficción también tengo algunas ideas, como la posible terraformación de Venus con micro-organsimos extremófilos como las archeas. A veces también me dan ganas de armar una especie de cineclub de ciencia ficción aquí en Ibagué, en lo cual he recibido el apoyo moral de varios amigos míos del medio en este pueblo, como Ricardo Arias de la biblioteca Germán Uribe y Alejandra Guerrero del Centro Cultural de la Universidad del Tolima. Pero esto lo voy a pensar mejor, pues aunque me gusta la ciencia ficción, tengo que formarme mejor en este campo, y además tengo varios trabajos pendientes por ser publicados, y mientras los mismos no estén en trámite de publicación (in press) no voy a abrir nuevos frentes de batalla.
Este viernes Alejandra Guerrero me invitó al lanzamiento de un número de la revista de cine “Candilejas”, de la Universdiad del Tolima. Gran parte de este número está dedicado al grupo de Cali, que fue liderado por Andrés Caicedo. Como conferencista invitado estuvo Ramiro Arbeláez, miembro del grupo de Cali, quien nos estuvo dando una conferencia sobre este grupo y la historia de otros grupos intelectuales de Cali. Aunque a la conferencia le faltaron imágenes y más dinamismo, la disfruté mucho pues habló de gente y especialmente de lugares e instituciones con las cuales yo interactué por haber sido criado en Cali, pero especialmente por haber pertenecido a la Universidad del Valle por casi 20 años. Además de comprobar que ya puedo disfrutar el hecho de recordar a Cali sin que me de tanta nostalgia, queda claro que dentro del juego de la intelectualidad, gran parte del placer viene de mezclar. Mezclar y poner a discutir lugares, autores, ideas, movimientos, etc. Como me decía mi profesora de histología durante mi maestría, Liliana Salazar, todo es relacionable con todo. Los datos están en internet y los libros. El juego consiste en ver o establecer relaciones que nadie o muy pocos ven, y sacar conclusiones y preguntas nuevas. Y para eso se necesita tener estructura mental. Repito, no se trata de tener muchos datos, se trata de saber donde está la información y como relacionarla con otros datos, para sacarle provecho práctico (técnico) o teórico.
Volviendo a lo de adherirme cada vez más a mi horario ideal, la idea detrás de esto es, mejorar  mi salud al tener todos los días un tiempo reservado para hacer deporte (todos los días de esta semana bajé a nadar) y mejorar la productividad intelectual. Con respecto a la productividad intelectual, hay que destacar otra ventaja que tengo, y que pena por ser tan presumido. Además de la habilidad para escribir con la cual venimos equipados las personas que tenemos alguna condición del gradiente bipolar, el tener tiempo y mis necesidades básicas satisfechas, me permite sacarle provecho a la parte divertida de la ciencia y la intelectualidad. Entre otras cosas, lo que quiero decir es que por ejemplo no me toca preocuparme por publicar en revistas indexadas, pues no voy a ganar más plata por hacerlo, Puedo publicar en revistas divulgativas, lo cual es más fácil y divertido, y de paso le llego a un público más amplio. Por eso digo que me estoy perfilando como un divulgador de la ciencia. Hay que reconocerlo. Soy un man superficial. Cuando he profundizado en algún tema en particular, la mayoría de las veces lo he hecho para satisfacer requisitos en la época en la cual estaba estudiando escolarizadamente. A mi me gusta divertirme empapándome de algún tema, relacionarlo con otros, sacar algunas conclusiones, y comunicarle todo esto a un público amplio. Como me decía mi profesor Fernando Quintero (morfología de vertebrados en el pregrado):
– Si seguís así vas a ser un especialista en asuntos generales.
Y tenía toda la razón. Hablando biológicamente soy un animal generalista, con un nicho ecológico amplio. En términos culturales, el tener una buena estructura mental, así sea con pocos datos, me permite explorar diversos temas dentro de mi carrera como escritor, y me ha permitido asesorar como editor a clientes de diversas áreas del conocimiento. Entonces ser un animal generalista, es adaptativo, especialmente en una economía (o biológicamente hablando ecología) no tan desarrollada como la Colombiana en general pero en la Ibaguereña en particular.
Además de organizar mi horario diario, también tengo diseñado como voy a distribuir los días. Eso se empezará a a ejecutar mas adelante, cuando ya tenga una excelente adherencia al horario diario. Dentro de esta distribución del tiempo semanal, he reservado dos tardes para “lectura recreativa”. Esto es muy importante, pues con el desorden de tiempo que manejaba solo me quedaba algo de espacio para trabajar los libros y artículos a partir de los cuales estuviera haciendo una publicación en particular. Pero es importante tener tiempo para leer otras cosas, para ver las noticas (internacionales, el amarillismo de los noticieros chibchombianos no me lo aguanto), etc. Eso hará que mis escritos sean mas diversos, divertidos y me ayudará a contar con mas datos y conceptos con los cuales relacionar lo que esté trabajando en un momento dado. Esto sumando al hecho que he voy a reservar una tarde de la semana para bloguear, harán mis entradas en este blog mas abundantes, diversas y divertidas, pues ya debo tener cansados a mis lectores con esta escritura narcisista que generalmente gira alrededor de las mismas ideas. Ofrezco disculpas por esto último. 
Muchas gracias por leerme.
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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

2 thoughts on “Un mes sin fumar y otros cambios positivos

  1. Hola Juan Fernando:
    Te cuento que te haces las mismas preguntas existenciales que a veces nos hacemos algunos, pero que se pierden en el afán diario por cumplir con las obligaciones que genera manejar una empresa como Educaustralia. Por favor nos cuentas cuando van a ser la tarde para los Bloggers.
    Suena muy interesante.
    Un abrazo de tu amigo
    Carlos Arévalo en Cali. Colombia.

  2. Carlos, gracias por tu interés. Si estoy organizando mi tiempo, y creo que los sábados por la tarde los voy a destinar para hacer una entrada semanal en mi blog. La idea es empezar a escribir sobre diversos temas pues me enfrasco mucho en mi mismo. Vamos como me va con eso. Un abrazo.

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