agosto 16, 2014
Bitácora Personal, Black Box, Kay-Redfield Jamison, Lógica del Terrorista (mejores y peores escenarios), Reseñas de Material Audiovisual, Soledad, Sueño, Trastorno Bipolar

Trastorno Afectivo Bipolar: Realidad y Ficción


En entrada resulto relacionando lo que le pasa a Kate Black, neuróloga bipolar protagonista de la serie “Black Box”, con la leve inestabilidad que tuve durante los últimos meses y que me tuvo alejado de algunas cosas de mi vida como por ejemplo el placer de bloguear. Trato de separar ficción y realidad en esta interesante serie, hago varias aclaraciones sobre el TAB (Trastorno Afectivo Bipolar), valiéndome de la teoría y algunas de mis experiencias. También hablo de una facultativa bipolar de la vida real, la exitosa psiquiatra y escritora Kay Redfield Jamison, con lo cual queda demostrado  que con los tratamientos actuales, especialmente en lo farmacológico, se puede ser una persona productiva, feliz y sana, aún habiendo nacido con un desorden bipolar, y más aún en la compañía de la inexorable soledad.


Antes de empezar esta entrada en mi blog, me leí la anterior (Un mes sin fumar y otros cambios positivos) y me doy cuenta que la misma fue muy triunfalista, pues poco después, por ponerme de ambicioso a tener un horario perfecto, se me subió el ánimo y me empezó a dar insomnio. Lo que  quiero decir es que desde dicha entrada (18-May-2014) hasta hace unos días, tuve desconfigurado mi sueño y ánimo, pues hacia mayo me sentía tan bien que empecé a poner despertador todo los días y eso me disparó el ánimo y me quitó el sueño. Fuera de eso hace como un mes y medio un médico amigo me recomendó un fármaco nuevo para dormir (Isoklon). Yo en medio de mi insomnio lo ensayé y al principio funcionó super-bien. Me hacía dormir rapidísimo y despertarme temprano. Pero al poco tiempo me empezó a dar sueño por la tarde y a los pocos días me tenía durmiendo y haciendo pereza todo el tiempo y duré en esas como cuatro días. Le rebajé a este fármaco y lo mismo, empezó funcionando muy bien pero después me ponía a dormir y hacer pereza todo el tiempo. El Isoklon (eszopiclona) es muy buen fármaco. El problema es que no se puede mezclar con otros fármacos como el clonazepam, y eso es un problema para mi pues traté de quitar este últimos fármaco (clonazepam) de a poquitos y con todo y eso, me dio síndrome de abstinencia. Yo podría quitar el clonazepam pero me tomaría como un año hacerlo pues me tocaría quitar de a un octavo de pasta por semana o algo así. El problema es que la eszopiclona se sinergiza con el clonazepam  y producen ya mucho sueño y tranquilidad. Tanta tranquilidad que ya no se quiere uno bajar de la cama, y la idea tampoco es comportarme como una anémona que no hace mas que filtrar y pasa toda su vida en el mismo lugar. Para resumir el cuento tuve que volver a los medicamentos que he tomado toda la vida y dejar la eszopiclona. Pero para aquellos que tengan problemas de sueño y no estén tomando más fármacos, la eszopiclona es buen fármaco tomado como monoterapia (como único fármaco) para tratar el insomnio, pues además de no ser adictivo, respeta la arquitectura del sueño, lo induce muy rápido y al otro día se amanece despejado y bien dormido. Viene en pastas de 3 miligramos (mg) birranuradas por lo cual se puede partir en tres partes y se debe empezar el tratamiento, como con cualquier medicamento, con el mínimo (1 mg). Entonces en resumidas cuentas, desde mayo a duras penas me ha quedado tiempo para cumplir con mis obligaciones (trámites de oficina caseros, y traducciones y ediciones pagas) pues con el sueño desconfigurado es muy difícil producir. Afortunadamente parece que ya se me cuadró el sueño otra vez y estoy empezando a cumplir, de forma aproximada, con mis horarios y estas cosas. También quiero organizar mis días para que las tardes me alcancen para hacer mas cosas. Y he elegido las tardes del sábado para bloguear.


Entonces hoy quiero bloguear pero no se sobre que, pues como ya lo dije últimamente he estado dedicado a cuidar mi sueño y la interacción eszopiclona-clonazepam me tuvieron muy introvertido hasta hace unos días. Afortunadamente tengo una bipolaridad leve y después de 26 años de tener esta condición ya me se re-configurar fácil, para usar la comparación del cerebro (hardware) y la mente (software) que hace la psicología cognitiva (teoría computacional de la mente). Pero por lo que leído y visto durante mi vida, hay gente mucho más jodida que uno. Durante estos días me he estado viendo una serie que me recomendó mi amiga y profe de la Unibague, Patricia Coba, que se llama “Black Box”:

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Se trata de una neuróloga muy brillante que sufre, secretamente, de un trastorno bipolar. El nombre está muy bien puesto, pues muchas veces se habla de la mente como una caja negra inexplorable. Al menos eso decían los conductistas, lo cual está siendo reemplazado por la visión cognitivista en el sentido de que la mente es algo estudiable científicamente dado que ahora podemos compararla con sistemas informáticos, inteligencia artificial, etc. La serie trata de una neuróloga bipolar muy brillante llamada Kate Black. El centro neurológico donde trabaja “El Cubo” es una caja negra en Manhattan. Su novio formal es negro. Kate Black es una paciente que tiene la tendencia a dejar su medicación, y cuando lo hace casi que inmediatamente entra en manía (ánimo patológicamente subido), empezando a tener alucinaciones muy placenteras, se vuelve hipersexual, verborreica, hiperactiva, etc. Y cuando vuelve a su mediación, inmediatamente vuelve a estar relativamente eutímica (ánimo normal). Esto es lo primero que hay que criticarle a la serie. A no ser que sea un ciclador ultra-rápido, casi ningún paciente bipolar entra en hipomanía o manía en cuestión de horas después de dejar su mediación. Y al revés, la mejoría no se da por arte de magia con solo volver a tomar los medicamentos, eso toma al menos algunos días. En el cubo nadie sabe que ella es bipolar. Eso también lo veo difícil, pues como sucede en estas series, muestran a unos médicos que en su trabajo son brillantes, pero en cuanto a su vida personal son desastre. A lo mejor sea así en la realidad, pero veo muy complicado pasar como neuróloga “normal” durante su trabajo, mientras que en su vida privada si se le nota su bipolaridad. No podría comparar este caso con el mío, pues comparado con Kate Black, yo tengo una bipolaridad muy leve y además no la oculto. Pero así uno la ocultase, es muy difícil pasar varios años en un ambiente medicoide y que la gente no se de cuenta. Yo hice mi tesis de pregrado y mi maestría en la Facultad de Salud de la Universidad del Valle en Cali-Colombia. La gente me quería mucho y todo, pero cuando terminé las materias de la maestría, y por haber entrado a hacer la misma sin proyecto, me quede un año buscando quien me recibiera como tutor para hacer mi tesis y poderme graduar. La gente de la facultad me quería y sabía que yo era inteligente y todo, pero por mi comportamiento errático, y por el hecho de que no encontraba un tema divertido, casi que no encuentro un grupo de investigación para hacer mi tesis de maestría. Afortunadamente, mi compañero de pregrado, y en ese entonces (2005) estudiante de doctorado, Santiago Castaño, me recibió extra-oficialmente para ser mi tutor, y así logré graduarme. Entonces es muy difícil comportarse normalmente cuando se está en frente de compañeros de trabajo y estudio, y en privado mostrar síntomas de bipolaridad. Yo generalmente estoy bien pues lo que molesta es el sueño y mis variaciones anímicas son mínimas, y conforme pasa la edad la cosa cada vez mejora. Pero no me imagino durante mi pregrado y maestría estar ocultando mi bipolaridad y actuando para que nadie se diera cuenta. Eso uno lo puede hacer cuando ve gente de vez en cuando. ¿Pero con gente que uno tiene que ver todos los días? Imposible y máxime si se trata de profesionales de la salud. Ahí falla la serie. La serie dura 13 capítulos y aunque solo me falta ver los últimos dos, solo hasta el final se dan cuenta sus compañeros de trabajo que Kate es bipolar y resultan echándola del trabajo. Bueno, de pronto dramáticamente es mejor así, dejar este descubrimiento para el final. Pero en la realidad yo creo que nadie puede llegar a ser un facultativo destacado sin que sus compañeros de trabajo se de cuenta tempranamente.


En la vida real, hay una facultativa bipolar muy destacada. Se trata de Kay Redfield Jamison quien es bipolar pero es una exitosa psiquiatra y escritora. Esta es la realidad. Se sabe que ella es bipolar, pero obviamente ha sido correctamente tratada y es una persona muy exitosa. De ella estoy empezando a trabajar un libro que se llama Touched with Fire: Manic-Depressive Illness and the Artistic Temperament (Tocados por el Fuego: Enfermedad Maniaco-Depresiva y el Comportamiento Artístico). Con respecto al título hay que hacer una aclaración. Estrictamente ser bipolar y maniaco-depresivo, no es lo mismo, aunque algunos autores ligeramente lo equiparan. No hay entera claridad sobre el asunto y menos con lo complicado que es de entender la biblia de la psiquiatría (DSM: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). De menor a mayor gravedad, el siguiente podría ser el gradiente bipolar:


– Ciclotimia

– Condición Bipolar

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– Psicosis Maniaco-Depresivo

– Psicosis Esquizo-afectiva


Un individuo como yo, en la actualidad, a duras penas es ciclotímico (por lo tanto no debería quejarme tanto), y eso gracias a que mis padres empezaron a tratarme farmacológicamente desde que era adolescente y muchas veces en contra de mi voluntad. Muchas personas que uno ve en las calles perdidas en las drogas, pueden ser personas que nacieron con una condición mental tratable pero que sus padres, al no enfrentar la realidad por el miedo al que dirán y estas cosas, no le  proporcionan a su hijo trastornado un correcto tratamiento farmacológico y el individuo no le quedó otro camino que recurrir a las drogas para palear su condición, lo cual resulta en el empeoramiento de la misma. Debo agradecerle a mis padres que durante lo duro de mi condición, durante mi adolescencia, enfrentaron el problema y me hicieron tratar adecuadamente. Volviendo a la lista anterior, la raya entre tener una condición subclínica y estar enfermo, se pone entre el grado bipolar y el grado maniaco-depresivo, estrictamente hablando. Hay varias diferencias entre tener una condición subclínica y estar enfermo. Cuando se tiene una condición, la misma puede ser tratada con consulta externa y sin necesidad de ser internado en una institución. En ese sentido yo nunca he estado enfermo, pues mi condición nunca ha llegado al extremo de necesitar ser internado. Otra diferencia es que a los que tenemos la condición en algún grado subclínico, nos dan hipomanías (mini-manías. Son mas pequeñas que las manías) mientras que al enfermo le dan manías completas que además de incluir los típicos síntomas de animo y auto-estima super-elevados, incluyen alucinaciones. Un enfermo en manía puede creer seriamente que va a ser el presidente el planeta e incluso puedo oír voces que lo impulsen a perseguir este objetivo. Las depresiones de una persona con una condición subclínica son relativamente pequeñas y tratables con una intervención farmacológica leve. En cambio cuando se trata de una persona enferma, la misma sufre de depresiones mayores que también incluyen alucinaciones. Pueden por ejemplo oír una voz que le dice “usted es el culpable de todos los males del mundo, suicídese”. Generalmente las manías y depresiones mayores acentuadas, requieren que la persona sea internada en una institución mental. Afortunadamente con la tecnología farmacéutica que tenemos actualmente nadie debería enfermarse si hereda una condición bipolar leve, a no ser que nazca con una entidad patológica grave dentro del gradiente bipolar. Actualmente las personas con estas condiciones mejoramos mucho con una correcta terapia farmacológica y psicológica complementaria.


Pero en los siglos anteriores al XX, las personas que naciesen con una entidad del gradiente bipolar estaban condenadas a empeorarse y generalmente morían suicidándose, pues no contaban con la tecnología farmacéutica con la cual contamos ahora. Esto es lo quiero ver en el,citado libro que estoy empezando a leer. Trata de artistas, sobretodo escritores, famosos que dejaron obras muy importantes, pero que vivían vidas muy atormentadas por sus estados de ánimo fluctuantes. Definitivamente hay una conexión entre ser bipolar y poseer ciertas ventajas intelectuales. Hay una discusión sobre cuando es mas productiva una persona aquejada por una entidad del gradiente bipolar. Si lo es cuando está subido o cuando está bajo o cuando está eutímico (ánimo normal). Cuando el ánimo sube aumenta la energía, la creatividad, la cantidad de ideas y se ven relaciones muy interesantes, etc., pero es mucho más difícil concentrarse y mantenerse enfocado en una tarea. En una manía acentuada esto es imposible. Durante una fase depresiva no surgen muchas ideas ni ganas de hacer algo, pero hay muchos escritores que no les quedaba otro camino que escribir para desahogarse. Entonces pues viéndolo así, habría que estar alterado para poder producir intelectualmente. Pero hay otros autores, con los cuales estoy de acuerdo, que dicen que la mayor productividad se da durante los momentos de ánimo normal (eutimia). Por ejemplo, un compositor de música clásica, después de pasar por una fase maniaca y ya de regreso a la fase eutímica, compone una sinfonía que comunique toda la alegría que sintió cuando estaba subido. O al revés, después de regresar a la línea media de una depresión, puede componer una pieza musical que transmita la tristeza que sintió. O un proyecto que puede empezar como una idea loca durante una manía o hipomanía puede ser pulido, aterrizado y llevado a la realidad durante una fase eutímica. En los últimos meses a mi me paso esto, en una escala muy pequeña obviamente. Durante julio estuve en hipomanía (pequeña manía) y necesitaba publicar dos escritos largos que había hecho sobre psicología evolucionista. Por su longitud era obvio que no me lo iban a publicar en ninguna revista. Entonces me dije:


– Pues lo publico en mi blog. Pero no, esos escritos están muy formales y largos como para una entrada en mi blog. Entonces los publico como PDF en alguno de mis espacios en google. Ah, que bacano sería tener uno su propia revista divulgativa para publicar lo que no pueda publicar en ningún otro lado, y publicar cosas de los amigos.


Bueno, me acosté y traté de dormir, pero la idea me siguió dando vueltas. Pues en medio de esa calentura mental no me quedó mas remedio que levantarme a llevar esa idea a la realidad. Sobra decir que aunque no es mucho, me tomó toda la noche y pase derecho, lo cual me maluqueó todavía más. Se trata de una revista divulgativa virtual (http://www.variedadesintelectuales.com/). Compré el dominio, y no se como asigné los DNS y un resto de cosas más en una noche. Le comuniqué a varios amigos de los medios intelectualoides, pero hasta ahora solo mi amiga, Paty Coba, me ha enviado un artículo que tengo pendiente por publicar. Como estoy actualmente (eutímico) yo no me habría metido en este proyecto que incluye pagar el dominio y a google apps por un año. Pero ya lo hice y me toca sostener la caña por lo menos un año. Si en ese tiempo no se publica nada más, miro a ver si dejo de pagar por este sitio. Y es que eso es uno de las cosas hartas de una hipomanía. Además de que uno se puede poner de mal genio muy fácil, el cual generalmente es desahogado en contra de las personas que uno mas quiere, está el riesgo de gastar mas dinero de lo normal. Hipomanía + Tarjeta de crédito es una combinación muy peligrosa. Afortunadamente no hice mayores gastos durante este tiempo.


Volviendo a la serie Black Box, la protagonista tiene la tendencia de dejar sus fármacos, pues sin ellos, como ya lo narré entra en manía y se siente estupenda. Durante un episodio, para que su genialidad aflorara y poder solucionar un caso neurológico muy complicado, deja de tomar sus medicamentos, y efectivamente logra concentrarse, investigar arduamente y solucionar el problema. Se toma sus medicamentos y de una vuelve a estar eutímica para poder aplicar correctamente al tratamiento al cual llegó después de pasar derecho la noche anterior investigando en una manía bien definida. Es muy divertido ver esto, pero así no funciona. Uno no se puede subir durante un día para que se le ocurra una idea genial para solucionar un problema, después retomar los medicamentos, para al día siguiente estar ya otra vez con el ánimo normal (eutímico). Todo, ese ciclo, como ya dije, toma más tiempo.


Entonces, y como ya lo dejé entrever, para mi uno es mas productivo cuando uno esta eutímico. Sobretodo en un caso como el mío, pues en hipomanía, salvo a proyectos como armar una revista divulgativa virtual que obviamente va a fracacar, no se me van a ocurrir más ideas maravillosas. Además en eutimia uno se puede focalizar mucho más fácil y entrar en lo que algunos autores llaman estado de flujo en el cual uno está tan entretenido que se olvida de cosas como el tiempo y está totalmente concentrado en una actividad que tiene el grado de dificultad perfecto para uno, por lo cual es muy gratificante. A mi me pasa mucho esto cuando escribo. Pero entrar en estado de flujo es imposible si no se está eutímico. En estado de flujo, facilitado por estar eutímico, si que se le ocurren a uno buenas y sobretodo realistas ideas. Además no siento que las “musas” se me vayan cuando estoy eutímico, pues aún en estado normal sigo siendo verborreico lo cual me permite vomitar muchas palabras cuando escribo. En otras palabras, para ser consistentemente productivo, al menos intelectualmente hablando, se necesita disciplina. Y para obtener disciplina es indispensable tener horarios bien organizados, sobre lo cual ya hable al principio de esta entrada.


El nombre competo de la bipolaridad es condición afectiva bipolar. Kate Black, la protagonista de la serie en mención, al entrar en manía se vuelve hiper-sexual, y le pone los cachos a su prometido y todo el cuento. Esto puede ser cierto, al menos en el caso de los maniaco-depresivos. Pero en dicha serie se les olvidó tocar otra cosa que va de la mano del sexo, pero no es lo mismo: el amor. Si tocan este tema, pero lo hubieran podido explotar más, pues, dependiendo de la gravedad de la condición, las personas con trastornos bipolares nos tragamos con relativa facilidad y rapidez, cuando alguien nos gusta de verdad. Kate Black, aunque tenía su prometido, durante sus brotes de manía empieza a ponerle los cachos con un colega del cubo (centro neurológico donde transcurre la mayor parte de la serie), y al principio lo coge como amante relajada y solo después de un tiempo se empieza a tragar. Listo, ella tenía su prometido y de pronto eso mantenía los sentimientos hacia su colega a raya, pero una persona maniaco-depresiva, era para que se enamorara mucho más rápido. Pienso que ahí también se hubiesen podido acercar un poco más a la realidad, o, como en el caso de ser descubierta como bipolar, de pronto brindaba mas tensión dramática dejar todas estas cosas, que en la realidad surgen rápidamente, para el final. Estos enamoramientos, típicos de las hipomanías o manías son llamados enamoramientos patológicos, y son responsables de la destrucción de muchos hogares, pues el paciente de pronto siente que una persona diferente a su conyugue es la pareja de su vida, se separa, se casa con la nueva pareja, para después caer en depresión, con lo cual pasa el enamoramiento. 


Yo nunca he estado enamorado de verdad, pues entre otras cosas, un enamoramiento verdadero implica creer que uno encontró la mujer de su vida y quiere pasar el resto de la vida con ella, para no tener ojos para ninguna otra, etc. Implica además una re-organización del “yo”, pues cuando la persona se enamora de verdad el “yo” se vuelve binario, pues ahora incluye al enamorado y a la persona a la cual ama. Nunca he permitido que nada de esto me pase pues, repito, no he encontrado una mujer que yo diga:


– Está es la que estaba esperando, me caso.


Y dudo mucho que llegue pues cada vez las oportunidades de socializar disminuyen con la edad, uno se va volviendo más quisquilloso, no quiero tener hijos, no me quiero ir del hotel mama, soy bipolar, etc., y ninguna mujer que valga la pena se va a someter a estas condiciones. Por lo cual, y como lo he dicho antes, cada vez estoy acostumbrándome más a la soledad, sobre lo cual hablaré mas adelante. Estoy disfrutando del placer de disfrutar de amigas y ya. Pero me estaba desviando. Entonces aunque no me he enamorado nunca de verdad si me han dado estados que podríamos llamar “traguitas súbitas”. En estos meses inmediatamente anteriores que estuve inestable me dieron dos. Eso es una mamera pues literalmente se aburre uno de pensar en la misma vieja todo el tiempo. Además, si me pongo a repasar mi historia, nunca me he tragado y he obtenido resultados. Las novias que he tenido, que tampoco son muchas, me han coqueteado a mi y de ahí se resulta en algo, y poco a poco me voy apegando de una manera no-patológica. Pero esas traguitas súbitas nunca dejan algo bueno. Primero que todo pierdo mi espontaneidad pues aunque uno no lo quiera toma uno el papel de pretendiente. Y una vez perdida la espontaneidad se pierde todo, pues con la misma y sin quererlo es que he atraído a las pocas novias que tenido. Cuando estaba estudiando escolarizadamente estuve prácticamente libre de traguitas malucas, pues el estudiar era lo mas importante y de traga en traga no hubiese podido hacer mi pregrado y mi maestría en un claustro tan exigente como la Universidad del Valle. Entonces cuando me empezada una traguita súbita, cortaba radicalmente mi contacto con la susodicha y rápidamente me destragaba. Me puse a pensar y aquí en Ibagué había bajado la guardia. Y ya se por qué. Cuando en el 2010A decidí no hacer doctorado en la Universidad del Valle en Cali y venirnos para Ibagué, se hecho a andar el programa que seguía: el casarme. Y es que la sociedad, la familia, los padres, nada más con su ejemplo, lo condicionan a uno cuando es niño. El tal fue que durante el 2012A me dio una crisis de matrimonitis asquerosa que afortunadamente quedó restringida a ese año. En todo caso durante los últimos años he estado abierto, por primera vez en mi vida, a una relación con proyección de futuro. Y ahí estaba mi vulnerabilidad. Al estar abierto a encontrar la mujer de mi vida abria la posibilidad de tragarme. Pues ahora si estoy superando de verdad el condicionamiento a casarme, arrejuntarme, o envejecer con una buena mujer o como se le quiera llamar, pues es muy difícil que una mujer que de verdad valga la pena, que de verdad me guste, se someta a las condiciones esbozadas al principio de este párrafo. Además el estar abierto a una relación seria, y repito, me deja muy vulnerable para que me den traguitas súbitas, las cuales me incomodan mucho y no arrojan ningún resultado. Es por esto que he decido volverme a portar como lo hacía cuando estudiaba escolarizadamente. Traguita súbita que me empiece a dar, la corto de raíz. Y si resulto con alguien, será de una forma cómoda, espontanea, relajada, gradual y sin traguitas súbitas en todo caso.


Ahora si esto implica quedarme solo pues me quedo solo. Y ese es el otro tema sobre el cual he estado pensando mucho últimamente. Obviamente tengo amigos y conocidos en Cali, ciudad en la cual fui criado. En cuanto a Ibagué ya no puedo quejar, pues después de cuatro años en este pueblo he conocido a mucha gente bacana de los medios intelectualoides, y tengo mi grupo de amigos y todo. Pero obviamente se puede comparar con esa época de comienzos del pregrado, en el cual uno tenía los parches del colegio y demás, mas los parches de la Universidad, los del barrio, etc. Con el tiempo la posibilidad de socializar va bajando, pues la gente se va, se dedica a sus vidas serias que implican dedicarse exclusivamente a la producción y reproducción, olvidándose casi por completo de la parte social. De esto me empecé a concientizar a finales del 2008, momento en el cual me empezó la parte fuerte del duelo por la muerte de mi papá en 2007 y además coincidió con el hecho de que ya los parches con los cuales faranduleaba en Univalle resultaran disueltos, pues hubo como diáspora y  los pocos que quedaron en Cali ya tenían las vidas serias que acabo de describir. Desde ese año, me concienticé, entre otras muchas cosas, sobre la necesidad de acostumbrarme a la soledad, pues el precio a pagar por tener una vida relativamente relajada. Es muy fácil, o me voy de mi hotel mama, lo cual implica producir dinero de forma seria, lo cual a su vez implica esclavizarme del sistema, para poder formar una familia y disfrutar de la relativa y muy incierta compañía de los hijos cuando se viejo, o sigo como voy trabajando como contratista externo sacando adelante las publicaciones de mis clientes, sin olvidarme de las mías. Obviamente escojo lo segundo, quedarme tranquilo en el hotel mama y trabajar a mi ritmo, y ser dueño de mi tiempo. Pero el precio de esa libertad y comodidad es la soledad. Entonces, y volviendo a la lógica del terrorista de Estanislao Zuleta sobre la cual hablo tanto, debo aspirar a tener buena compañía, pero debo alistarme para terminar solo. Esa es la cosa. Cada vez me siento mejor conmigo mismo, lo cual implica que cada vez me conozco más, y eso le permite a uno disfrutar más de la compañía de si mismo. Si de vez en cuando resulta mas gente bacana pues buenísimo, pero de plano uno debe sentirse cómodo y satisfecho con la compañía de si mismo. Y ya hace varios meses empecé a sentir el placer de quedarme solo en mi apto leyendo y escribiendo, y es para este oficio se necesita soledad. Y es que lejos de huirle a la soledad, uno le debe dar la bienvenida, pues entre otras cosas, si no puedes con el enemigo únete a él. Por mucho tiempo le huí a la soledad hasta que hace varios meses para acá aprendí que la misma es la solución a muchos problemas. Que no resultó parche para salir, que no resulta una niña que de verdad valga la pena, que no hay plata, etc. Cual es la solución a ese y todo ese tipo de problemas? Pues como me lo enseño mi amiga Diana Correa:


– Quédese solo en su casa estudiando. Ahorra tiempo, plata y crece como persona.


Y eso lo estoy aplicando hace rato y me ha dado muy buenos resultados, pues solo salgo cuando el programa verdaderamente se ve que me va a gustar, y no como hacía cuando estaba más joven que resultaba en unos parches aburridorsísimos  solo por conocer gente. Además ya cumplí 40 años y a esta edad uno cada vez se vuelve más perezoso para salir, sobretodo para trasnochar. Eso no quiere decir que se debe uno volver un ermitaño. No. Aplicando la lógica del terrorista, y repito, uno debe aspirar a conocer gente bacana pero a la vez debe estar cada vez mas a gusto con la soledad.


Entonces ya para ir concluyendo, el ser bipolar no significa que uno no pueda triunfar, al contrario, esto se debe convertir en un aliciente e insumo para ser exitoso, y superarse así mismo, etc. máxime si ahora existen tratamientos que le permiten a uno estar tranquilo a modo que  las ventajas intelectuales que trae la bipolaridad se puedan manifestar de una forma  no-patológica y productiva. Por eso es mi posición que si existen fármacos para tratar cualquier condición, que en el caso de este escrito es el trastorno afectivo bipolar, los mismos deben ser usados de acuerdo a las instrucciones del médico tratante. Teniendo en cuenta todo esto, el hecho de estar con ánimo normal (eutímico) la mayor parte de mi tiempo, decidí empezar a producir intelectualmente seriamente sin importar como haya dormido, pues al final y en la actualidad, lo mío se puede etiquetar como una ciclotimia leve que se manifiesta principalmente en disrupciones del sueño. Y para mantener mi sueño bien no existe el fármaco milagroso, como lo llegué a creer que era el Isoklon (eszopiclona). Debo tomarme los medicamentos que me han funcionado toda la vida y ser disciplinado en mis horarios sobretodo en cuanto al sueño se refiere, todo sobre lo cual hable al principio de esta entrada, con lo cual por lo tanto completo el círculo. Además del horario diario, espero cumplir con el semanario que he diseñado y vamos a ver si logro bloguear todos los sábados.  Otra vez, muchas gracias por leer algo tan personal, pero es que por mas que trato y por la inercia de escribir tanto en mi bitácora personal privada, siempre resulto escribiendo de mi mismo. Gracias y un abrazo.
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Juan Fernando Duque-Osorio

Juan-Fernando es Máster en Ciencias, Biólogo Profesional y paciente bipolar. Su condición lo ha llevado a ser inquieto por lo cual bloguea y da conferencias sobre diferentes temas. Actualmente está interesado en la consiliencia biología-humanidades y la mezcla, por medio de la Psicología Evolucionista, con el tema del trastorno bipolar sobre el cual funciona como psicoeducador de otros pacientes.

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